El presidente ruso, Vladímir Putin.

El presidente ruso, Vladímir Putin. EP

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La UE cree que las sanciones funcionan: el PIB ruso caerá un 11% y la inflación subirá al 22%

La falta de tecnología golpea su economía y las pérdidas de la capacidad militar alcanzan el 50%. Bruselas reafirma su apuesta por ayudar a Ucrania.

14 septiembre, 2022 01:58
Estrasburgo

Cuando Vladímir Putin decidió invadir Ucrania probablemente no imaginó que, pasados los 200 días, la guerra estaría lejos de terminar, con los ucranianos recuperando posiciones militares, Europa preparada para un invierno sin gas ruso y el Kremlin padeciendo los estragos de unas sanciones que han sido más contundentes de lo que calculó con el precedente de Crimea.

La guerra en Ucrania es una guerra de desgaste. Y pese a la cautela y preocupación por el conflicto, en la Comisión Europea se muestran optimistas por los datos que manejan sobre los daños que sufre Rusia tanto en el frente militar, como en el económico, donde la pérdida de PIB este año alcanzará el 11% con una inflación del 22%.

Según fuentes comunitarias, son cifras de un balance que avala la estrategia seguida por la UE. Además, refuerzan la idea de que hay que seguir apoyando a las tropas de Zelenski, como explicó este martes el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, cuando anunció en Estrasburgo que va a proponer pasar al sexto tramo de ayuda militar a Ucrania.

Y también animan a asumir la factura que va a dejar la crisis energética y de la que dará cuenta este miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Debate sobre el estado de la Unión.

Daños militares

Y es que el repliegue del Ejército ruso de la región de Járkov no es un acontecimiento aislado en el curso de esta guerra. Los datos que maneja la Comisión Europea sobre el coste militar, humano y financiero que la invasión a Ucrania está teniendo sobre Moscú son "estremecedoras", según describe un alto funcionario comunitario.

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En el frente militar, las pérdidas de Rusia ya rondan el 50% de sus capacidades. Esto incluye el destrozo de tanques, artillería y vehículos blindados que Occidente contabiliza de manera muy eficaz gracias, entre otros, a la información de los satélites.

Un soldado ucraniano.

Un soldado ucraniano. Europa Press

La pérdida en vidas humanas es mucho más difícil de calcular. Sin embargo, la estimación que maneja Bruselas es que entre muertos y heridos, el número de bajas ya es superior a las últimas cifras difundidas desde la inteligencia estadounidense que cuantificaban las bajas entre 60.000 y 70.000 rusos.

"Esta es una guerra de desgaste. El coste material y humano que está teniendo para Rusia la invasión de Ucrania es enorme. Hace medio año, para Putin era impensable que fuera a tener este alcance", señala la citada fuente.

Sanciones económicas

Este balance de pérdidas militares se produce en un momento en el que por primera vez los datos empiezan a mostrar que la estrategia de las sanciones económicas está funcionando

Hasta ahora, la opinión pública había puesto el foco en la dependencia que tiene la Unión Europea -y en especial, Alemania y sus vecinos- del gas ruso. Sin embargo, Rusia también depende de los Veintisiete y de Estados Unidos para muchos suministros.

Medio año sin acceso a tecnología occidental está siendo un golpe para el Kremlin en un momento en el que la opinión pública rusa comienza a cuestionar a Putin por esta guerra.

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El 45% de la alta tecnología que utiliza Rusia procede de la Unión Europea y el 21% de Estados Unidos. Una dependencia de Occidente que está haciendo estragos en su industria y que China (que representa el 11% de estas importaciones) no puede suplir.

Este dato enlaza con el hecho de que la producción de coches en Rusia se haya desplomado este año un 97% frente a 2021.

Dos terceras partes de los aviones civiles de la flota rusa ya no pueden volar porque al estar fabricados en la Unión Europea o en Estados Unidos dependen de los suministros occidentales y no cuentan con las piezas necesarias para sus reparaciones.

Cinco millones de empleos

Hay 1.000 empresas europeas instaladas en Rusia y de ellas dependen cinco millones de empleos en el país. Su volumen de negocio conjunto representa el 40% del PIB ruso y la mayoría de ellas ha cortado sus operaciones.

Todos estos elementos explican, en buena medida, que la economía rusa vaya a padecer este año una caída del PIB del 11% y un aumento de la inflación del 22%.

"No es una situación económica buena", afirman fuentes comunitarias.

Dudas sobre la estrategia

En los últimos meses, la eficacia de las sanciones económicas impuestas por Occidente a Moscú había sido cuestionada. Entre otros motivos, porque las menores ventas de gas e hidrocarburos de Rusia a los países europeos se estaba supliendo con otros mercados.

Además, algunos analistas apuntaban a que las ventas perdidas se habían visto compensadas por el aumento de los precios de las materias primas. Sin embargo, los mercados de futuros del gas y el precio del petróleo han comenzado a dar un respiro a Europa.

Por ello, desde Bruselas se afirma que era cuestión de "dejar que pasara un tiempo" para que se viera la efectividad de unas sanciones que no tienen precedente.

Petróleo

Cuando termine 2022, las importaciones de petróleo ruso a Europa habrán caído en un 90%. Es un mercado que Moscú ha cambiado por otros, pero los barriles de crudo que vende a terceros se están comprando a un precio 30 dólares inferior a la media global.

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A las caídas de los precios de las materias primas se suma el hecho de que la mitad de los yacimientos rusos está en fase de agotamiento, según los cálculos que maneja Bruselas.

Fuentes comunitarias reconocen que el país cuenta con más canteras, pero no con la alta tecnología que necesita para explotarlos y, además, se encuentran ubicados en sitios complicados.

Una refinería

Una refinería EP

Así, desde la UE no se espera que, por ejemplo, el descubrimiento de un yacimiento de crudo en el Ártico permita a Moscú vender más hidrocarburos a China.

Con la economía debilitada y el fuerte gasto militar, el presupuesto de Moscú está entrando en déficit. Un elemento que utiliza la UE para argumentar que "las sanciones son efectivas, pero hay que dar tiempo para que surtan efecto. Y están surtiendo efecto ya".

"Las sanciones están afectando a la economía rusa y la prueba es que el presupuesto ruso se está viendo afectado por la pérdida de ingresos por las ventas de suministros", concluye la citada fuente.

Ese desgaste que sufre Rusia es uno de los argumentos que utiliza la Unión Europea para seguir apoyando a Ucrania.

La UE ha destinado ya 2,6 billones de euros a ayudar a Ucrania en el ámbito militar. Y a las puertas del invierno se asegura que "Europa no va a flaquear". Menos aún cuando la contraofensiva en Ucrania está dando resultados "muy positivos".