Scott Morrison, el primer ministro australiano.

Scott Morrison, el primer ministro australiano.

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Australia pide perdón por las agresiones sexuales dentro del Parlamento: "Silenciamos las quejas"

Una investigación desveló una cultura laboral tóxica en el Parlamento dominada por los hombres, con sistemáticos abusos de poder, explotación, acoso y agresiones.

8 febrero, 2022 11:34

El primer ministro australiano, Scott Morrison, pidió este martes perdón a las víctimas de acoso, maltratos y agresiones sexuales en el Parlamento y reconoció que muchas denuncias fueron silenciadas por el miedo a las consecuencias electorales. En un discurso en el Parlamento, Morrison expresó sus disculpas en presencia de Brittany Higgings, la exasesora del Partido Liberal que denunció el año pasado haber sido violada en la sede del Parlamento, lo que provocó que otras mujeres se atrevieran también a presentar más denuncias.

"Ella tuvo el valor de hablar, y por eso estamos aquí. Lamentamos todas estas cosas, y al hacerlo, cada uno de nosotros asume la responsabilidad de un cambio", dijo Morrison, del Partido Liberal.

Las disculpas de Morrison, junto a las del líder de la oposición, el laborista Anthony Albanese, y ambas cámaras del Parlamento, se dan en respuesta a las 28 recomendaciones emitidas en noviembre pasado por la comisionada de Discriminación Sexual, Kate Jenkins, que lideró una investigación sobre la cultura laboral en la sede del Legislativo.

Adalid de las mujeres

La investigación independiente fue ordenada en marzo pasado por el Gobierno de Morrison a raíz de la denuncia de Higgins sobre la violación que sufrió en 2019 por parte de un antiguo compañero de trabajo en la oficina de la entonces titular de Industrias de la Defensa, Linda Reynolds, en el Parlamento de Camberra.

La denuncia de Higgins, quien además se quejó de cómo sus empleadores abordaron su caso, motivó a otras tres mujeres a revelar que fueron víctimas de asaltos o tocamientos indebidos por parte del mismo hombre, quien actualmente es procesado por los presuntos delitos.

Asimismo provocaron fuertes críticas contra el Gobierno de Morrison por su gestión del caso, una marcha masiva en la que participó Higgins para reclamar una mayor protección de las mujeres en el Parlamento así como la remoción de la cartera de Defensa a Reynolds por haber llamado "vaca mentirosa" a la exasesora.

"Hemos tratado de silenciar las quejas válidas y justas de la gente porque reinaba el miedo a las consecuencias electorales. Lo siento. Lo sentimos", admitió Morrison, al prometer "sacar a la luz" a los autores de estas agresiones en el Parlamento.

Higgins, quien se convirtió en un icono de las reinvidicaciones de las mujeres, formó parte de un reducido grupo que atendió la sesión parlamentaria se sentó en la galería del Parlamento de Camberra con restricciones por la covid-19.

Además estuvo presente en la galería parlamentaria otra exasesora gubernamental, Rachelle Miller, quien asegura haber sido víctima de maltrato verbal y en una ocasión físico por parte del exministro de Educación Alan Tudge.

Tudge, quien previamente mantuvo una relación extramarital con Miller, niega esta denuncia, aunque se ha apartado del cargo mientras se investigan estos hechos, en momentos cruciales para el Gobierno de Morrison de cara a los comicios de este año en los que busca la reelección.

Miller declaró a la cadena pública australiana ABC que se sintió "reivindicada por las disculpas presentadas" en el Parlamento porque "por fin, se reconocía" lo que había denunciado desde hace tiempo, que "esta cultura es inaceptable".

Romper el ciclo

La investigación de Jenkins reveló la existencia de una cultura laboral tóxica en el Parlamento dominada por los hombres, así como sistemáticos abusos de poder, explotación, acoso y agresiones, incluidas sexuales, principalmente contra las mujeres.

Según el informe presentado a finales de noviembre pasado, el 51 por ciento de los trabajadores del Parlamento experimentaron al menos un incidente de abuso o acoso sexual así como un intento de violación o asalto sexual consumado.

"No podemos deshacer lo que está hecho, pero si tenemos la voluntad, podremos romper este ciclo de una vez por todas", dijo en su discurso el líder laborista, mientras que el Parlamento prometió "establecer los estándares que rijan a la nación" para subsanar una "historia inaceptable de abuso, acoso y asalto sexual en los lugares de trabajo del Parlamento de Australia".