Irene Escolar en el exterior del teatro.

Irene Escolar en el exterior del teatro. Isaac Morell

Protagonistas

Irene Escolar, actriz: “En esta función se me dispara el cortisol y el estrés, y tengo que soltarlos"

Ganadora de un Goya y nieta de la actriz Irene Gutiérrez Caba, la actriz quiere ser conocida por sus méritos, que no son pocos. Ahora, sobre las tablas del teatro, y al mismo tiempo, con una película intimista en la cartelera, nos cuenta sus sensaciones. 

12 septiembre, 2023 01:52

La energía fluye como un torrente por toda la sala cuando Irene Escolar interpreta junto a Israel Elejalde, la obra Finlandia en el Teatro de La Abadía.

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Los diálogos y la violencia sobrecogen al público. “Es una función compleja, no es fácil y no es cómoda. Entiendo que la gente salga tocada del teatro. En el fondo es el que me interesa, el que no te dice lo que tienes que pensar”, asegura la actriz, que mantiene durante la entrevista, una actitud muy alejada de su personaje. Su voz es pausada, con calma, pensando bien cada palabra, con espacios y silencios.

Y añade: “Te plantea una serie de conflictos morales, éticos y contigo misma también. Y luego a ver qué haces con eso. Es interesante, por la conversación que se genera después”.

Irene Escolar interpretando la obra 'Finlandia'.

Irene Escolar interpretando la obra 'Finlandia'. Vanessa Rabade

Ganadora de un Goya por la película Un otoño sin Berlín, Irene Escolar ha conquistado, por mérito propio, su sitio entre los mejores intérpretes actuales, sin necesidad de hacer alusión a la saga a la que pertenece.

Nieta de la actriz Irene Gutiérrez Caba, Escolar agradece ese primer impulso que necesitó para subirse a las tablas y la vocación para hacerlo, pero ya: “quiero ser simplemente yo, que llevo muchos años dedicándome a esta profesión. Evidentemente, vengo de una familia muy querida y estoy agradecida de formar parte de eso, pero intento tener mi propia identidad”, asegura la intérprete.

Para Irene Escolar este año ha sido muy prolífico, repleto de estrenos de cine, series y teatro. Se interpreta a sí misma, al menos en parte, en Las chicas están bien, una película dirigida por Itsaso Arana, que ya está en las salas de cine y que se presenta en breve en el Festival de San Sebastián.

Irene Escolar en su papel en el teatro de La Abadía.

Irene Escolar en su papel en el teatro de La Abadía. Vanessa Rabade

Comparte cartel con Bárbara Lennie, Itziar Manero, Helena Ezquerro y la propia Itsaso Arana, que debuta como realizadora con este cuento de verano, que narra la convivencia de cinco mujeres en un antiguo molino.

“En realidad no estábamos haciendo de nosotras mismas en la película. Es verdad que usamos nuestros nombres, y que hemos compartido muchas experiencias, parece que estamos siendo nosotras, pero al final, es igual que actuar con cualquier otro personaje”, asegura Irene.

Y añade: “Cuando estás interpretando un papel siempre estás tú, aunque te transformes en la energía de otra persona. Y aquí, nosotras también estamos transformando nuestra energía. No soy exactamente como en la película, pero sí hay partes de mí que están potenciadas. Los rasgos que nos caracterizan a cada una venían bien para la película”.

¿Qué es lo que tiene de tu personalidad el personaje que interpretas, quizás la parte divertida…?

Creo que Itsaso nos ha hecho un regalo muy bonito porque ha puesto a nuestro servicio su talento, su idea, y ha hecho la película casi para nosotras.

En mi caso, me preguntó qué quería hacer en el cine, que no había podido hacer hasta ahora y que me apeteciera. Y hace mucho que me gusta ser, aunque sí que lo he podido hacer en el teatro, esta cosa más lúdica, más juguetona, más cómica. Me apetecía mucho que se pudiera ver eso en la pantalla, y me ha regalado poder hacerlo en la película.

La actriz junto a Israel Elejalde en 'Finlandia'.

La actriz junto a Israel Elejalde en 'Finlandia'. Vanessa Rabade

En la película sois cinco mujeres aisladas durante dos semanas. Nosotras somos mucho de evitar la soledad. Pero en tu caso, opinas que no hay nada de malo en pasar una temporada sola...

Creo que es muy sano estar sola y muy necesario también para para poder pensar. Hay tanto ruido y tantos estímulos a nuestro alrededor constantemente, que agradezco mucho y lo necesito también, para mi trabajo, ese momento de irme a pensar.  

Alguien me dijo que todos deberíamos tener 15 minutos al día solamente para estar solos y poder hacer una recapitulación sobre el día que hemos tenido, qué está pasando en nuestra vida, cómo vamos a enfrentarnos al resto de la semana... Pero no tenemos espacio.

En mi caso, cuando me siento más conectada, es cuando puedo atravesar esa soledad escogida, no es una soledad impuesta, sino que es algo que yo decido y necesito.

¿Es una película feminista y de mujeres en la que se ven nuestras contradicciones: fuertes y frágiles a la vez?

La película es un retrato muy hermoso de la mujer. Muy honesto y frágil. Trata temas universales que tienen que ver con la muerte, con el amor, con el paso del tiempo, con el miedo a la soledad de la que hablábamos, con el arte también...

Un espacio donde podemos ver a un grupo de mujeres sin rivalidad entre ellas, que muchas veces en el cine se ve lo contrario, mujeres con mucha rivalidad y más si son actrices.

Yo pocas veces he visto películas donde las actrices tienen unión, y una sororidad real, y eso está en la película.

Pero más allá de todo eso, creo que lo que la hace realmente feminista, desde mi punto de vista, es que de lo que habla la película es lo que ocurrió en el set, lo que ocurría en el rodaje. Que sea una cinta coherente, hace que tenga muchísimo valor.

Ha sido un rodaje con un ambiente muy relajado, ¿qué tuvo de especial?

No sólo las actrices y directora, el equipo técnico al completo también, eran mujeres. Si que se creó un ambiente muy relajado, muy seguro. No quiero decir que siempre sea así, pero sí que es verdad que en este caso, ocurrió algo muy mágico entre nosotras.

Las chicas del equipo técnico sostenían mucho lo que nosotras estábamos haciendo, con mucho amor y entre nosotras también. Ha sido un rodaje muy divertido, en el que nos hemos sostenido y acompañado mucho, y por eso ha sido tan placentero.

Con Bárbara Lennie has trabajado en varias ocasiones, habéis crecido juntas de alguna forma en el escenario y ahora en la pantalla, ¿cómo es trabajar con ella?

Bárbara es una actriz a la que yo admiraba muchísimo antes de coincidir en Hermanas. Ocurrió entre nosotras una especie de comunión, de entender la profesión de la misma manera, de quizás entender la vida también o de estar en el mundo. Y hemos compartido muchas cosas profesionalmente hermosas.

Esta película ha sido la última que hemos hecho juntas, y para mi trabajar con Barbara es muy fácil, muy apetecible y muy divertido. Ella siempre te obliga a sacar lo mejor de ti porque es tan buena que siempre tienes que tratar de estar a su nivel, te esfuerzas más para estar a su mismo nivel. 

Yo creo que tener enfrente a alguien así, a alguien tan bueno, te hace a ti mejor. Ella ha sido un gran referente en muchas cosas, y desde que la conozco se me ha abierto la mirada en la vida y en la profesión hacia lugares que me han descubierto muchas cosas, que me han hecho crecer mucho. Estoy muy agradecida de compartir con ella tanto.

Has interpretado desde muy joven papeles llenos de intensidad, ¿hubieras preferido empezar de forma más pausada, con gente y proyectos más jóvenes y frescos?

Pues la verdad es que no. He sido muy feliz, he tenido mucha suerte, he tenido oportunidades preciosas y he coincidido con artistas muy buenos. Siempre he tenido la suerte de poder escoger los proyectos y elegir el camino que quería seguir. Y también he estado rodeada de gente joven maravillosa. No tengo esa sensación.

Pero te he oído decir que estabas un poco harta de la etiqueta 'intensa y dramática'.

Sí, ahí me refería que algunas veces cuando haces algo más dramático, ya te etiquetan para siempre en el drama. Pero a mí me gusta muchísimo la comedia, el juego y la transformación... Estoy intentando no sólo hacer esto en el teatro, donde lo he hecho muchísimo, sino también en la pantalla, y explorar otros caminos y otro tipo de personajes.

Te apetece hacer cine ahora...

Me apetece mucho rodar. Es verdad que he hecho muchísimo teatro y he puesto mucha energía sobre las tablas, ha sido una escuela genial y me lo ha dado casi todo. Pero me apetece dejar espacio para para poder seguir aprendiendo de otra manera.

¿Hay alguna película de cine que te marcara?

Una película que me marcó mucho cuando era bastante jovencita, sobre todo, por la interpretación de Victoria Abril, es Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto de Agustín Díaz Yanes.  En ese momento, buscaba referentes de actrices que me gustaran y recuerdo haber visto esa película muchas veces para verla a ella trabajar.

Otras que me marcaron, aunque no tanto, Irma la Dulce por ejemplo. Siempre quería ver a actrices haciendo cosas que me impactaran. Cabaret con Liza Minelli es una película que he visto mucho o Gloria de Geena Rowlands con Casavettes que me influyó mucho.

Estarás hasta el 1 de octubre en el Teatro de La Abadía con la obra Finlandia.

Sí, llevamos un año haciendo gira por toda España y continuaremos haciéndola. En enero creo que ya pararemos porque es una función muy exigente.

Es una historia de ruptura y de violencia, ¿cómo afrontas este personaje sobre las tablas?

Diría que es una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en el escenario, porque Pascal (el dramaturgo francés Pascal Rambert) trabaja desde un sitio muy diferente al teatro habitual.

Para mí, está hacer teatro y luego está hacer Pascal. Un nivel increíble de complejidad, no solamente en los textos que propone, que son muy filosóficos y poéticos. Como si te hablara tu cabeza. Son como tiradas de pensamiento que salen por tu boca.

El escribe sin signos de puntuación. Entonces la preparación para un trabajo como éste, tanto físicamente como técnicamente es muy compleja.

Cuando te metes en algo así, sabes que te tienes que remangar, trabajar mucho, estudiar mucho, muchas horas y luego, siempre está la sensación de que estás como en el abismo, porque es una función que nunca acabas de controlar, que en cualquier momento puede pasar algo. Siempre hay una sensación de peligro, que también es muy estimulante, que es la que te engancha a querer hacerlo y que también, por otro lado, es muy agotadora y retadora.

Para salir del personaje cuando acabas la función y no llevártelo a casa, ¿qué haces?

Especialistas me han contado que cuando pones el cuerpo en una tesitura como en la que le ponemos nosotros al nuestro, cada noche, se dispara el cortisol, que es la hormona del estrés, y luego eso hay que soltarlo de alguna manera.

Depués tenemos que beber mucho agua, hacer deporte, etc. En cada función colocamos nuestra mente y nuestro cuerpo en un estado de estrés y angustia que no sabe si es real o no, no sabe que estamos actuando. En una discusión tan heavy que  es muy complicado salir de ahí.

Haces gimnasia, entonces...

Lo intento, pero no llego a hacerlo todos los días. Antes de cada función siempre hago algo al respecto para calentar.

Pascal Rambert dice que en la obra se trata el neofeminismo, que hoy las chicas de 20 años no se parecen en nada a las que luchaban antaño, ¿qué opinas?

La sociedad ha evolucionado mucho y las mujeres hemos tomado otro tipo de conciencia sobre la verdad, sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra manera de estar en el mundo, de qué manera queremos estar en el mundo y qué queremos para nosotras.

Hemos generado una red de apoyo mucho más grande, estamos empezando a perder el miedo al poder decir las cosas, estamos viviendo todo de eso ahora. También de lo que habla la función es de dos mundos enfrentados, el masculino y el femenino. Y ella ya no acepta lo que antes aceptaba.

Una de las cosas que te preocupaban cuando preparabas el texto era parecer una loca...

Sí, había algo que me asustaba mucho. En realidad es una mujer llena de contradicciones. Se trata de un momento de intimidad muy fuerte, donde aparecen todas sus miserias y el horror. Y eso existe, y hay que darle voz.

Sí que había algo inicial como de querer mostrar a una mujer que todo lo hace bien, que no comete errores, tipo 'ángel'. Y lo interesante realmente, después de reflexionarlo, era poder mostrar a una mujer como es y no tener que endulzarla.

Claro que tenemos contradicciones, claro que sufrimos, claro que tenemos mucha ira reprimida y hay momentos en los que todo eso tiene que salir, de una manera determinada y todo eso es normal. Y esto había que defenderlo con dignidad y sin miedo también.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Comienzo a rodar una serie que todavía no se ha hecho oficial, así que no puedo hablar de ella. Ya os contaré, pero sí que tengo bastantes estrenos este año. Aparte de la película Las chicas están bien, rodé una serie preciosa para Disney+ con Clara Roquet, Las largas sombras. Es su primera serie y ha sido una experiencia muy interesante para mí porque es la primera vez que tengo un personaje muy alejado: una subinspectora de policía muy dura y mental.

Ha sido un trabajo muy retador y la verdad que estoy muy contenta. Y luego también rodé una película con un director muy interesante que se llama Ariel con Lois Patiño en las Azores, donde se combina algo muy estético y poético y también se estrenará este año.