La modelo Laura Sánchez en la Suite Real del Hotel Alfonso XIII con vestido de The IQ Collection.

La modelo Laura Sánchez en la Suite Real del Hotel Alfonso XIII con vestido de The IQ Collection. Rodrigo Mínguez Magas

Lujos ENTREVISTA

Laura Sánchez: "Me atacan por mis arrugas y mis canas, pero yo me miro al espejo y me gusto muchísimo"

Magas se cita con la modelo y empresaria onubense en el emblemático hotel Alfonso XIII de Sevilla, escenario de la pasarela We Love Flamenco. 

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A Laura Sánchez (Groß-Gerau, Alemania, 1981) la virgencita no la escuchó cuando le pidió quedarse igual que estaba a finales del año 2023 [Virgencita, virgencita, que me quede como estoy]. Los 12 meses de este recién despedido 2024 fueron para ella un terremoto, un tsunami, una estampida, la mayor de las tormentas. Y ya lo escribió Haruki Murakami en su obra Kafka en la orilla: "Una vez que la tormenta termine, no recordarás cómo lo lograste, cómo sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro de si la tormenta ha terminado realmente. Aunque una cosa sí es cierta: cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entró en ella".

Tras divorciarse, mudarse de casa, enrolarse en un concurso de costura en televisión y ver cómo su única hija, Naia, cumplía la mayoría de edad y se iba a vivir a Estados Unidos, Laura Sánchez ha irrumpido en 2025 mudando de piel, surfeando la ola, siendo la misma fuerza de la naturaleza que fue siempre, pero en versión mejorada. Testigo de gran parte de sus éxitos, un año más, y ya van 13, es el majestuoso hotel Alfonso XIII de Sevilla, escenario de We Love Flamenco, la pasarela que dirige junto a su incansable compañero e íntimo amigo Javier Villa. 

Y no es casualidad que la modelo, nacida en Alemania pero criada en Huelva -es onubense por los cuatro costaos- esté en su mejor momento cuando todo gira en torno al 13. Lejos de supersticiones, ella abraza al número maldito, lo mira a los ojos y le sonríe. Esa es, quizá, su mejor arma. Laura tiene una sonrisa que ilumina la Suite Real del hotel con más solera de Andalucía. Y si se se lo propone, podría hacer brillar todo un estadio.

Laura Sánchez y su socio, Javier Villa, fundaron hace 14 años su agencia GO! Eventos y Comunicación, encargada de la pasarela We Love Flamenco.

Laura Sánchez y su socio, Javier Villa, fundaron hace 14 años su agencia GO! Eventos y Comunicación, encargada de la pasarela We Love Flamenco. Rodrigo Mínguez Magas

Su aura se ve potenciada por el entorno. Lo del Alfonso XIII es inexplicable. En el corazón palpitante de la ciudad más dorada, Sevilla, donde las calles huelen a azahar y el murmullo del Guadalquivir acaricia la historia, se erige este monumento al lujo y al esplendor. Más que un edificio, es un testimonio vivo de una época de ensueño, un puente entre el pasado andalusí y el brillo cosmopolita del siglo XX.

A las 13 horas de la tarde, Magas se cita con la actriz y empresaria y con ella conversa sobre lujo, artesanía, moda flamenca, salud y redes sociales. La brillante decisión de no ser esclava del tinte -la determinación de ser, simplemente, libre- ha provocado que algunas de sus seguidoras se hayan tomado la licencia de atacarla a través de Instagram. Ella, como debe ser, se pone delante de un espejo y se gusta muchísimo.

Laura, edición número 13 de We Love Flamenco, en el hotel Alfonso XIII de Sevilla y con desfiles del 10 al 17 de enero, incluyendo el día 13, claro. ¿Eres supersticiosa?

(Se levanta en silencio la manga de la blazer blanca y muestra un tatuaje con el número 13).

Guau. ¿Es tu número?

Es mi número. Me encanta el 13, y no he nacido un 13 ni nada de eso. Pero hay acontecimientos importantes de mi vida que han pasado un 13.

¿Cómo cuáles?

Mira, realmente, el tatuaje viene porque, cuando mi hija empezó a tener WhatsApp, a las 13:13 me escribía "te quiero" todos los días. Entonces, cuando cumplió 18 años, hace unos meses, me dijo: "Me quiero hacer un tatuaje contigo". Las dos caímos en que algo que teníamos en común era lo de las 13:13, pero lo veíamos demasiado evidente. Por eso decidimos hacernos sólo el 13. En el mío no sé si son las horas o los minutos o al revés. 

Vamos, que el 13 te persigue.

Total. Mi email lleva un 13, he conocido a personas importantes el 13... 

En resumen, una edición de lujo esta decimotercera de We Love Flamenco, ¿no?

¡De lujo! La decimotercera y en el Alfonso XIII.

¿Qué balance haces de esta edición de 2025?

2025 ya... es muy fuerte. El balance ha superado las expectativas. Trabajamos seis meses para que todo salga bien. Ampliamos una jornada este año por la alta demanda de los diseñadores aunque somos muy exquisitos para la selección. Hemos visto colecciones de todo tipo. No te puedo decir que se lleve algo concreto porque cada diseñador tiene su estilo. En colores te puedo unificar: he visto mucho gris, mucho pastel, mucho empolvado...

¿El gris? ¿Para la Feria de Sevilla?

Parece que no pega nada, ¿no? Pues mira José Hidalgo qué maravilla de colección ha hecho con los grises, mezclados con mandarina y con menta y colores pastel. 

Bueno, es que José Hidalgo es punto y aparte, ¿no? Él es de esos diseñadores que abre el camino y los demás lo siguen. 

Yo tengo una frase para definirlo: es el diseñador que rompe las fronteras del flamenco.

Laura Sánchez en el backstage de We Love Flamenco con un dos piezas de la firma Blanam.

Laura Sánchez en el backstage de We Love Flamenco con un dos piezas de la firma Blanam. Rodrigo Mínguez Magas

¿Qué tiene un traje de gitana que lo hace tan especial?

Para la mujer, sobre todo, es que nos vemos muy guapas y favorece. Con el traje de gitana se ronea. Tiene la clave exacta: esconde lo que no te gusta de ti y potencia lo que te gusta de ti. 

¿Lo consideras una prenda de lujo?

Para mí es una prenda de lujo. Yo llevo años nombrando a la moda flamenca como la alta costura española. No se puede generalizar, pero sí es verdad que hay diseñadores que lo siguen haciendo a mano, a medida, con muchas puntadas, con tejidos nobles maravillosos. No hay otra costura en España que se pueda asemejar a la alta costura que se hace en París. 

¿Crees que sin la moda flamenca el trabajo del artesano moriría? 

No sólo el del artesano, morirían muchos oficios. Imagínate las flequeras de Cantillana, que son esas señoras que hacen esos flecos, esos mantones de Manila, el bordado del mantón de Manila, las mantillas... Hay oficios de guarnicionería, que se incluyen dentro del look de flamenca, y que son oficios que si no se conservan se van a perder. Y lo que están haciendo nuestros diseñadores no sólo es conservar el trabajo del artesano, sino que potenciarlo. María Grazia Chiuri, la directora creativa de Dior, nos ha dado un guantazo sin mano a los que todavía no nos creemos lo que hacemos.

Laura Sánchez, en el backstage de We Love Flamenco.

Laura Sánchez, en el backstage de We Love Flamenco. Rodrigo Mínguez Magas

 

¿Por el desfile de Dior en Sevilla?

Exacto. Si se hace un desfile con tanta exquisitez como lo hizo ella con todo lo nuestro, nosotros lo tenemos que hacer también.

El traje de flamenca es el único traje regional que se adapta a las modas. Vemos un traje de los 90 y sabemos identificarlo, uno de los 2.000, y lo mismo... ¿Hacia dónde está evolucionando la moda flamenca y qué veremos, por ejemplo, en 2035?

Es la pregunta del millón. Como empresaria, intento potenciar que la moda flamenca no sea estacional y no se quede encasillada en una feria o una romería. La moda flamenca no sólo son volantes y lunares. Yo quiero que puedas ir a un evento con un mantón de Manila o con un traje de chaqueta de lunares y eso sea un look flamenco. Yo quiero que la moda flamenca tenga recorrido todo el año. Una de nuestras mujeres referente es Rossy de Palma, que en una alfombra roja se viste de flamenca. ¿Qué se llevará en 2035? Las novedades serán los tejidos, más que los diseños. Este año hemos visto mucho estampado propio. Cada año me sorprenden sus colecciones.

Recuerdo las colecciones de flamenca de Vicky Martín Berrocal, que tú las has llevado en la pasarela como nadie, en mi opinión. Y luego en la Feria de Sevilla veías a mujeres luciendo el traje de apertura del desfile color nude con la espalda descubierta y los rosetones enormes. Un traje que, a priori, no es cómodo para un día de feria.

Por supuesto. Hay gusto para todo. La gente se pone lo que sale en la pasarela. Siempre hay una clienta que quiere justo ese. No tienen nada que ver los trajes de flamenca de Carmen Acedo, que es de canastera de Triana, con un traje de Antonio Arcos. Hay público para los dos.

La empresaria Laura Sánchez ante la atenta mirada del rey Alfonso XIII en la suite que lleva su nombre.

La empresaria Laura Sánchez ante la atenta mirada del rey Alfonso XIII en la suite que lleva su nombre. Rodrigo Mínguez Magas

¿Qué es el lujo para Laura Sánchez?

Para mí, el lujo es Andalucía entera. 

De flamenca hemos visto vestidas a personas de a pie, de la alta sociedad y de la realeza, pero ¿por qué crees que la reina Letizia nunca se ha vestido de gitana? ¿La animarías a hacerlo?

Sí, sí. Hombre, yo creo que, siendo asturiana, le tiene que costar verse vestida de flamenca. Tienes que verte. 

¿Y la reina Sofía, que es griega?

Ya, pero ella es una atrevida (risas). ¡Y Grace Kelly! Pero ahora tenemos puestos los ojos en doña Letizia. Yo sé el traje que le vendría perfecto.

¿Y cómo sería?

Ella ya se ha vestido de José Hidalgo para recibir a Jill Biden, la esposa del presidente Biden. A ella le gustaría ese estilo fácil, limpio y minimal. Si la reina Letizia se vistiera de flamenca elegiría hacerlo de José Hidalgo o de Ismael Domínguez.

La Laura más personal

Cuando la gente habla de ti, Laura, todo el mundo opina lo mismo: que eres una muy buena persona, cercana y transparente. Sin nada que ocultar. Por ejemplo, cuando te diagnosticaron diabetes en 2021 pensaste que sería bueno visibilizarlo y sigues en esa línea. ¿En algún momento te has arrepentido?

Para nada. Todo lo contrario. El diagnóstico de diabetes me llegó por sorpresa y jamás pensé que podría tener esta enfermedad. 

Laura Sánchez, maquillada por Pepa Medina.

Laura Sánchez, maquillada por Pepa Medina. Rodrigo Mínguez Magas

¿Qué síntoma tenías? ¿Cómo te diste cuenta?

Bebía muchísima agua, muchísima agua. Supe que era diabética por una analítica del ginecólogo. Una visita rutinaria. Los médicos me dijeron que había saltado un nivel que no les había gustado nada. Fui al hospital, me hicieron las pruebas y fui prediabética 10 días. A los 10 días ya tenía el diagnóstico. Nunca pensé que el hecho de beber agua fuera síntoma de eso. Y más con la desinformación que tenemos de la diabetes. Lo primero que pensamos de alguien es que es diabético porque come mucho dulce. No es así. En esta vida estamos aquí por algo o para algo. No he soltado una lágrima por mi enfermedad aunque me gustaría no tenerla, evidentemente.  

¿Sentiste miedo cuando te dijeron que eras diabética?

No, no. Me sentí muy arropada por los profesionales sanitarios que te cogen de la mano porque, claro, tienen tanta información que darte que te lo tienen que dosificar. Me lo explicaron como si tuviera cuatro años. Es verdad que los primeros meses fueron complicados hasta que me acostumbré a llevar los controles y los niveles. No me empeñé en divulgarla, sino que yo llevo un sensor. La gente dice que lo muestro. No es así. No lo escondo. No lo voy mostrando, sino que es parte de mi vida. Es verdad que por las redes sociales tengo una comunidad, y yo contesto a todo el mundo, pero si es una duda sobre diabetes o si un hijo acaba de debutar en la enfermedad, les respondo con especial atención porque creo que necesitamos tener esa empatía entre nosotros. Yo veo a gente con sensores y nos saludamos por la calle. Sólo nosotros sabemos todo lo que pasamos. 

En una entrevista hace un par de años me dijiste que te atacaban mucho por llevar el pelo natural, sin teñir. ¿Somos sólo nuestro color de pelo?

¡Sí, sí! (risas). Todavía me lo dicen. Comentarios como: "Te ves fea, te ves más vieja, deberías teñirte". A muchos no les respondo, pero cuando lo hago, digo: "Yo me miro al espejo y me gusto muchísimo". Igual que los tratamientos de belleza. Que cada uno se haga lo que quiera. Yo voy a mi dermatóloga y me hago mis cuidados. El otro dijo me dijo: "Te voy a poner un poquito..." y le dije: "No, no, no" (risas). Yo tengo que estar bien para mí, y me encantan mis arrugas y mi pelo blanco. El día que me aburra me lo teñiré o no, pero ahora mismo estoy encantada. 

La modelo y empresaria onubense Laura Sánchez en una entrevista con Magas.

La modelo y empresaria onubense Laura Sánchez en una entrevista con Magas. Rodrigo Mínguez Magas

En el último año han cambiado muchas cosas en tu vida. Tu hija, por ejemplo, ya es mayor de edad y vive fuera de España. ¿Le diste algún consejo para esta nueva vida pública?

He criado a una hija con tanto sentido común y tan madura... me sorprenden mucho mis conversaciones con ella. No le he tenido que dar ningún consejo porque ya venía educada durante su infancia y adolescencia. Ella tiene una cabeza maravillosa y sabe utilizar sus redes sociales. Ha vivido siendo hija de padres conocidos siempre, con lo cual ya no le sorprende nada. Le hace mucha gracia. Me dice: "Mamá, te mira todo el mundo" (risas). Pero no se lo toma a mal para nada. 

¿Qué le dirías a la Laura Sánchez de hace justo un año, aquella que celebraba la duodécima edición de We Love flamenco?

Le diría: "No te quea ná, bonita..." (risas). He tenido un año de miles de cambios. Hasta de casa. Todos esos cambios los he tenido que digerir, pero han sido para bien. El año anterior fue peor, que perdí a mi padre. El 2024 fue un año de cambios: mi hija ha dejado España y vive en Estados Unidos, he dejado la oficina en la que llevaba 10 años, me he mudado de casa en Madrid, me he divorciado, he conocido a una persona maravillosa, he participado en un programa de televisión como costurera... 

Televisión, moda, entrevistas, fotos, tu propia empresa, reuniones, viajes... A pesar de todo, ¿sigue siendo tu huerta tu lugar de paz? 

Sí, sí y sí. Mi huerta es mi lugar de paz. Sin ninguna duda. He estado casi tres meses sin pisarla. Mi madre la ha cuidado muy bien, y cuando llegué no me podía creer lo bien que la había cuidado. Lo primero que quiero hacer cuando vengo al sur es pisar mi huerta: sigue siendo mi lugar de paz. 

Te conecta con tu padre, ¿no?

Me conecta con él y con ese momento de felicidad absoluta. Yo llego allí y lo tengo todo: la luz, el olor, el color, mi trabajo... Mi madre esta semana ha sembrado cebollas. Y lo que más me gusta es sembrar, no tener prisa y cuando recojo, regalar. Me encanta llegar a casa de alguien querido con una cajita de lo que recojo de mi huerta. Es regalar parte de tu vida. 

¿Recuerdas mucho a tu padre?

Todos los días. Por una cosa o por otra, viene a mí todo el rato. Y la huerta es la conexión pura. Me encanta hablar de mi padre con una sonrisa. Echo mucho de menos hablar con él. Mis conversaciones con él eran maravillosas, y contarle todo lo que me ha pasado... Sé que está. 

Laura Sánchez, en el torreón del Alfonso XIII, con la giralda al fondo.

Laura Sánchez, en el torreón del Alfonso XIII, con la giralda al fondo. Rodrigo Mínguez Magas

¿Qué planes, proyectos o ilusiones tienes de cara a este recién estrenado 2025?

Empezamos con la emisión de Maestros de la costura, que creo que va a ser un antes y un después en la carrera de muchos. Creo que ha sido de lo más difícil que hemos hecho profesionalmente. ¿MasterChef? Mira, hacer esos sofritos no tiene nada que ver con hacer pespuntes.

¿Sabías coser?

Yo no cosía. Mira que llevo 27 años en el mundo de la moda. Mi madre es costurera, pero yo nunca me cosí ni un botón ni un bajo en nada. Me preparé con un profesor maravilloso y di 50 horas de clase y de ahí me lancé a la piscina. Y he descubierto algo que me puede gustar casi tanto como el huerto. Ahora veo la moda ya con 360 grados. Ya no hay nada dentro de la moda que no haya experimentado: diseñar, desfilar, organizar...

¿Podríamos soñar con que la siguiente edición de We Love Flamenco abre con un desfile de trajes de flamenca diseñado por Laura Sánchez?

No. Es demasiado soñar. Y, además, he aprendido a coser y me gusta hacer prendas para mí, pero yo ya habiendo tenido una marca de ropa... Otra cosa es hacer alguna colaboración o una pincelada, pero ya está. Bastante tengo con lo que tengo. Y este año, además, se prevé bastante movidito.