Pablo Crespo, en la Audiencia Nacional, este lunes.
Pablo Crespo reconoce sus delitos en el último juicio a la 'Gürtel': "Soy un apestado social, a consecuencia de mis actos"
El ex alto cargo del PP fue hombre de máxima confianza del cerebro de la trama, Francisco Correa. Ambos han cooperado con la Fiscalía y reconocen los hechos.
Más información: Francisco Correa, cerebro de 'Gürtel', admite en el juicio que no ha pagado impuestos en España desde el año 1999
Pablo Crespo, ex alto cargo del PP gallego y hombre de confianza del cerebro de la Gürtel, Francisco Correa, ha declarado este martes en el último juicio contra esta trama corrupta.
Sentado en el banquillo de los acusados, Crespo ha reconocido todos los delitos de los que le acusa la Fiscalía Anticorrupción, al igual que hiciera Correa este lunes, en la primera sesión del último juicio previsto contra la red criminal.
El expolítico ha narrado las gestiones que, durante años, realizó para Correa, al que ayudó, por ejemplo, en su intento de conseguir la nacionalidad panameña para no pagar impuestos en España. Aunque, finalmente, nunca la consiguió, el cerebro de la Gürtel nunca pagó impuestos en España desde el año 1999.
Crespo ha reconocido que también le ayudó a ocultar en el extranjero su patrimonio, obtenido de "forma claramente ilícita". En concreto, gracias al pago de comisiones ilegales a distintas Administraciones, controladas por el PP, a cambio de la adjudicación de contratos amañados a las compañías del Grupo Correa.
"Soy un apestado social, a consecuencia de mis actos, pero antes no lo era", ha reconocido Crespo, quien ha señalado que su "cooperación" con la Justicia le está suponiendo "un alivio".
"Es un alivio confesar, cooperar, decir todo lo que he hecho", ha expresado. "He sido, junto al señor Correa, máximo responsable de cuantos delitos aquí se han relatado", ha admitido frente al tribunal de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Crespo presidió o gestionó varias empresas pertenecientes al Grupo Correa, beneficiadas con esos contratos irregulares. También ocultó dinero en el extranjero, gracias, supuestamente, a la labor de otro de los acusados, Mateo Blanco Balín.
Posteriormente, habría sido el gestor de fortunas Arturo Fasana el encargado de controlar el patrimonio que Francisco Correa envió a Suiza. Fasana también hizo lo propio con el dinero del rey Juan Carlos I en el extranjero.
Esta pieza de la macrocausa, la última, se centra, precisamente, en la ocultación y el blanqueo de las ganancias ilícitas de la trama Gürtel.
Francisco Correa (d), líder de la trama 'Gürtel', y Pablo Crespo (i), su máximo colaborador, este lunes en la Audiencia Nacional. Efe
De momento, Anticorrupción solicita 77 años de prisión para Correa y para Crespo. Este último ha señalado que no iban "confesando a nadie" que el cabecilla de la trama había obtenido "una gran parte de su patrimonio" gracias a "actividades ilícitas" y de fraude fiscal, pero ha admitido que así fue.
Sin embargo, ha señalado que, como "carta de presentación", aludían a las empresas de organización de eventos del grupo y a ciertas inversiones inmobiliarias en Miami (Estados Unidos). Y, según admiten tanto Correa como su número dos, colocaron a testaferros al frente de varias de estas compañías para ocultar el patrimonio del líder de la trama.
Este martes, Crespo también ha relatado cómo ordenó el pago de entre 200.000 y 250.000 dólares a una mujer, también acusada en este juicio, para que ésta le consiguiera a Correa la nacionalidad panameña.
El empresario, finalmente, no la consiguió, lo que le hizo —tal y como declaró este lunes— sentirse "estafado". Tanto fue así, que Correa se encaró en una ocasión con el marido de esta mujer. "250.000 dólares no se pagan por cualquier gestión", ha subrayado Pablo Crespo ante el tribunal.