
El exministo José Luis Ábalos y Koldo García.
Ábalos, dispuesto a colaborar con la Justicia tras su 'domingo de reflexión'; Koldo, a la espera "con más grabaciones"
El exministro de Transportes está citado a declarar este lunes en el Supremo. En las últimas horas, ha valorado si colabora con la Justicia a cambio de beneficios.
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El exministro José Luis Ábalos lleva varias noches durmiendo mal. No sólo por el calor que abrasa España. Hay más motivos.
Este lunes, quien fuera el hombre fuerte de Pedro Sánchez está citado a declarar, de nuevo, como investigado en el Tribunal Supremo, en la causa de corrupción que, primero, llevó el nombre de su asesor —caso Koldo—, ahora lleva el suyo —caso Ábalos— y que, lejos de desinflarse, no deja de escalar y amenaza, pese a los maquillajes, con ennegrecer el futuro del PSOE.
Ábalos está abierto a colaborar con la Justicia. Pero ni él mismo tenía claro, a fecha de este domingo por la tarde, de qué forma o con qué ritmos. Ni si hacerlo ahora o si esperar. Sí tiene claro el objetivo: lograr hipotéticos beneficios en su futura condena, de producirse.
Su abogado, José Aníbal Álvarez, le ha animado a ello, aunque aún no existe una oferta formal de colaboración comunicada a la Fiscalía Anticorrupción, a cuyas preguntas el político —salvo sorpresa, no descartable— sí pretende contestar este lunes en el Supremo. También, a las del juez y a las de su defensa.
A sus 65 años, Ábalos está investigado por delitos tan graves como malversación, tráfico de influencias, cohecho y pertenencia a organización criminal.
Recientemente, recibió una llamada de quien fuese el asesor de su máxima confianza, Koldo García, en la que éste le comunicaba —¿o era una advertencia?— que existen más grabaciones de audio que constatan el cobro de comisiones a cambio del amaño de contratos.
El Supremo ya posee varios de estos audios, que fueron grabados, en secreto, por Koldo entre 2019 y 2023, como una suerte de seguro de vida.
Koldo también está citado a declarar este lunes en el Supremo. A diferencia de quien fuera su jefe, sí tiene claro que no pretende abrir la boca.
Ambos, de hecho, se han reunido este mismo domingo, por la tarde, en el despacho de José Aníbal Álvarez en la calle Goya, en Madrid, un encuentro crucial para determinar si Ábalos colabora con la Justicia o si se echa atrás.
Koldo acaba de cambiar de abogado —ha fichado a Letizia de la Hoz, la misma que representa a su mujer— y su letrada ha alegado que necesita más tiempo para estudiar la causa.
Además, el exasesor aguardará a ver qué hace Ábalos y decidirá en un futuro si emplea —y cómo— esos audios que dice custodiar y cuyo contenido (y alcance) aún se desconoce.
El cabreo del exministro también aumentó esta semana cuando el PSOE comunicó públicamente la expulsión formal de Ábalos del partido.
Más de un año después de ser abierto, su expediente se resolvía así, justo cuando la causa judicial pasaba a salpicar de lleno al hasta entonces secretario de Organización de la formación, Santos Cerdán.
El exministro también se ha reunido recientemente con su primogénito, Víctor Ábalos, y con su hija, Tatiana, para analizar cómo podría afectarles cualquier decisión procesal que tome.
Ábalos ha pasado sus últimas horas—una suerte de domingo de reflexión en el que, inesperadamente, ha irrumpido Koldo García— valorando cómo, cuándo y contra quién emplear los ases que aún conserva bajo la manga. Midiendo las fuerzas propias y las ajenas, consciente de que hasta los amagos, en esta guerra abierta, pueden ser letales.