Carlos Esquembri, el agente de Vigilancia Aduanera víctima del narcotraficante.

Carlos Esquembri, el agente de Vigilancia Aduanera víctima del narcotraficante. E.E.

Tribunales AUDIENCIA NACIONAL

Condenan a 27 años de cárcel al narcotraficante que mató a un agente de aduanas arrollando su lancha con un velero

El agente tenía 58 años, era natural de Melilla y había sido casi toda su vida funcionario del Servicio de Vigilancia Aduanera.

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La Audiencia Nacional acaba de condenar a 27 años de cárcel a un narcotraficante que mató a un miembro del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria al embestir su zódiac con el velero que pilotaba en alta mar.

El agente se llamaba Carlos Esquembri y tenía 58 años. Era natural de Melilla y había sido casi toda su vida funcionario del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Según la sentencia, a la que ha accedido EL ESPAÑOL, el narcotraficante ha sido condenado a 17 años de prisión como autor de un delito de homicidio agravado, y a otros 10 por un delito contra la salud pública por tráfico de drogas.

El condenado tendrá además que indemnizar a la mujer y al hijo del agente de Vigilancia Aduanera con 450.000 euros.

Junto a él, el resto de acusados en este procedimiento han sido condenados también a penas de entre 10 y 16 años por delitos contra la salud pública, de pertenencia a organización criminal, de incendio con peligro para la vida y de atentado contra agentes de la autoridad.

"Esta maniobra de brusco viraje no tenía otro objeto ni finalidad que la de evitar que los agentes pudieran abordar la nave para zafarse de ellos y ganar tiempo y distancia suficiente para poder deshacerse de la comprometida carga que llevaban a bordo", zanja la sentencia de la Sala de lo Penal.

"Para ello, la persona que se hallaba al timón no tuvo ningún reparo en llevar a cabo aquella peligrosa maniobra, de manera que con aquel brusco movimiento embistió con el pantoque del velero la proa de la embarcación de asalto, a sabiendas del elevado riesgo que con ello generaba, de modo que era plenamente consciente del daño que podría causar", continúa.

Los hechos

Los hechos se remontan a marzo de 2023. Los acusados formaban parte de la tripulación del velero Rothmans, una embarcación de 25 metros de eslora con bandera de Malta que ese invierno fue objeto de seguimiento por las autoridades españolas.

Según relata la sentencia, el 16 de marzo de ese año, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO Central) de la Policía Nacional recibió una petición de colaboración por parte de la DEA (Drug Enforcement Administration), alertando que este narcovelero se dirigía a las costas españolas después de haber tenido un encuentro con una embarcación nodriza y recibir una importante cantidad de cocaína.

Fue entonces cuando se activó al patrullero Fulmar para localizar esa embarcación en su ruta hacia España.

Eran las ocho y media de la mañana del 18 de marzo cuando, a 700 millas de Canarias, se activó una embarcación auxiliar de asalto que estaba ocupada por el fallecido y otros seis agentes.

Al realizar la maniobra de abordaje, el narco que se encontraba al timón "efectuó un cambio brusco e inesperado de su rumbo con el propósito de impedir el abordaje".

Lo hizo, señala la sentencia, "a sabiendas de que con ello podría embestir a la embarcación de asalto y causarle daños o incluso comprometer seriamente la vida y la integridad física de sus ocupantes".

"Embistió a la embarcación"

Con aquel brusco e inesperado movimiento, "el velero embistió a la embarcación de asalto por su proa y provocó que perdiera su estabilidad y que volcara".

La embarcación de Aduanas quedó bocabajo. Los agentes cayeron al mar y quedaron atrapados en un primer momento en el interior de la embarcación. Todos, salvo uno, lograron salvarse.

Aprovechando la confusión, uno de los tripulantes prendió fuego al velero para quemar la droga que transportaban.

El incendio se propagó rápidamente hacia el velamen y después a toda la embarcación, de manera que todos los que se hallaban a bordo tuvieron que agruparse en la zona de popa.

De allí fueron rescatados por los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera cuando lograron salir del agua. Como consecuencia de la acción del fuego, el Rothmans y toda su carga se hundieron.

En sus declaraciones durante el juicio, los compañeros de Carlos Esquembri señalaron que en sus más de 35 años de servicio nunca les había sucedido algo similar. Y que la embestida no había sido producto de un golpe de mar.