
María Pozo Baena (conocida como 'Barbijaputa'), este martes en la Audiencia Provincial de Madrid.
La tuitera 'Barbijaputa', juzgada por sus tuits contra los judíos, se escuda en el "humor" y culpa a la" ultraderecha" por exagerarlos
Se sienta en el banquillo por tuits de hace años como: "Hitler era un cabrón por cargarse judíos y un cutre por no acabar el trabajo. Ahora mira lo que pasa".
Más información: El fiscal pide identificación obligatoria en las redes y prohibirlas a quienes cometan delitos de odio
La tuitera conocida como Barbijaputa ha sido juzgada este martes en la Audiencia Provincial de Madrid por un supuesto delito de incitación al odio contra la comunidad judía, debido a varios tuits suyos de carácter antisemita.
Bajo este alias, con el que se hizo célebre años atrás en la red social y firmó columnas de opinión en elDiario.es y Público, se escondía María Pozo Baena.
De hecho, ha salido de la Audiencia madrileña custodiada por varias militantes feministas, que han tratado de evitar que la prensa captara una imagen de su rostro y se desvelara así su identidad, que hasta ahora permanecía en secreto en medio de especulaciones de todo tipo.
Ante el tribunal, este martes, Pozo se ha escudado en la libertad de expresión y ha defendido que sus polémicos tuits, fechados entre 2011 y 2015, respondían a un "contexto político" concreto, en el que en las redes sociales se debatía acaloradamente sobre los límites del humor. Asimismo, ha culpado a "la ultraderecha" por sacar algunos de ellos de contexto y exagerarlos.
Éstos son varios de los mensajes por los que ha sido juzgada: "Hitler era un cabrón por cargarse judíos y un cutre por no acabar el trabajo. Ahora mira lo que pasa", "Los que más me gustaban eran los judíos. Muy fan de los judíos. Si estaban vivos, no tanto", "Hitler la cagó cargándose a los judíos, eso no sirve para nada. Ahora estaríamos mejor si hubieran perseguido, por ejemplo, a los felices", "¿Qué sería más apropiado: eliminar todo Israel o solo a los judíos? #Debate" o "Yo voto por envenenar todas las kosher #HolocaustoBarbi".

'Barbijaputa', este martes, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid.
La Fiscalía pide para ella un año y nueve meses de prisión. La acusación popular ejercida por el Comité Legal para la Lucha contra la Discriminación solicita una pena de tres años de cárcel y considera que sus tuits "trivializan gravemente" el Holocausto e incitan al odio hacia la comunidad judía, a la que mensajes como éstos "ponen en peligro".
En el banquillo de los acusados, Pozo ha insistido en que es evidente que ella no es partidaria de Hitler; es más, se ha definido como "antifascista".
Además de la pena de prisión, el fiscal solicita que la acusada no pueda ser elegida para ningún cargo público durante el tiempo de la condena ni tenga permitido, durante ese mismo periodo, usar las redes sociales. El Ministerio Público también pide que Pozo tenga que pagar una multa de casi 3.000 euros.
Este martes, como testigos, entre otros, han declarado Ignacio Escolar, director de eldiario.es, medio que catapultó a la fama a Barbijaputa; el eurodiputado de Vox Juan Carlos Girauta y Fernando Múgica, hijo del político del mismo nombre asesinado por ETA en 1996.
Anonimato en redes sociales
El anonimato en redes —especialmente, cuando está vinculado a delitos de incitación al odio— es una cuestión espinosa aún candente en el debate público.
El pasado agosto, en una entrevista radiofónica, el fiscal de Sala de la Unidad de Delitos de Odio, Miguel Ángel Aguilar, propuso reformar el Código Penal para que los condenados por haber cometido delitos de odio en las redes sociales tengan que mantenerse un tiempo alejados de ellas, así como que todos los usuarios de las mismas tengan que estar identificados.
"Muchas veces nos encontramos con la dificultad de que la investigación no puede prosperar porque no identificamos al autor", señaló Aguilar.
Pese a que, como recordó el fiscal en la Cadena SER, "en las redes sociales se ejercen derechos constitucionales, como la libertad de expresión", sí consideró "una buena idea" la identificación obligatoria de sus usuarios.
"Cuando yo cojo un coche o una moto, estoy plenamente identificado", comparó. "Sería interesante... Muchas veces nos encontramos con esta dificultad: una investigación no puede prosperar porque desconocemos quién es el autor [de los mensajes]", advirtió.