Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, en una comparecencia ante los medios en la sede de Génova.

Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, en una comparecencia ante los medios en la sede de Génova. Tarek

Política PARTIDO POPULAR

El PP esperará a que la Justicia abra una investigación por financiación ilegal al PSOE para impulsar la moción de censura

Feijóo descarta negociar con PNV o Junts, y sólo se plantearía forzar a los socios de Sánchez a cumplir su promesa pública de retirar el apoyo si el juez abre una causa al PSOE por los pagos y cobros en metálico.

Más información: El PP, satisfecho tras reunir en 48 horas a más de 50.000 manifestantes: "La corrupción de Sánchez exige elecciones".

Publicada

El Partido Popular tiene "motivos sobrados y todas las ganas" de presentar una moción de censura. Lo que no tiene, de momento, son "los votos" necesarios para ganarla. Sin embargo, la estrategia en la planta séptima de Génova ha virado en las últimas semanas hacia una tensa espera táctica.

El equipo directivo de Alberto Núñez Feijóo quiere "medir los tiempos" con frialdad quirúrgica. Del mismo modo que anunciaron con casi un año de antelación la comparecencia de Pedro Sánchez en la comisión Koldo del Senado, ahora aguardan el momento judicial exacto para acorralarlo definitivamente.

El PP no prevé presentar una moción de censura "para perderla", al menos, de momento. Pero sí maneja un escenario muy concreto que considera propicio para activarla, aunque "se conjuga en condicional".

Se trata del momento en que el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, decidiera transformar sus diligencias previas en una investigación formal por financiación irregular del PSOE. El magistrado le dio la semana pasada un plazo de 10 días a Ferraz para que justifique todas las entradas y salidas de dinero desde 2017.

Las pesquisas actuales sobre esos pagos y cobros en metálico en la sede del PSOE son la clave de bóveda de esta operación. El propio Feijóo ya ha deslizado esta posibilidad en sede parlamentaria, augurando que Sánchez podría acabar "en prisión" porque la Justicia "ya investiga" las cuentas de su partido.

Ese vaticinio cobró fuerza este domingo en la concentración del Templo de Debod. Ante miles de personas, Feijóo señaló al presidente como "el uno" de la trama corrupta. Recordó además que es "el único" de los "pasajeros del Peugeot" de las primarias socialistas que no ha pasado por la cárcel.

La última frontera

El contexto judicial se ha vuelto irrespirable para el Gobierno en las últimas semanas. La semana pasada fue liberado con medidas cautelares Santos Cerdán tras cinco meses de prisión preventiva. Pocos días después, ingresaron en la cárcel su antecesor, José Luis Ábalos, y su ex asistente Koldo García.

Ellos formaron, junto a Sánchez, el núcleo duro de la "reconquista" de la secretaría general del PSOE en 2017. Ahora, tres de los cuatro han caído.

La estrategia actual del PP se sustenta en una grieta abierta en el bloque de investidura. Todos los socios de Sánchez, desde Sumar hasta el PNV, pasando por ERC y Junts —con la única excepción de Bildu, "de quien no esperamos nada"—, han marcado una línea roja pública. Han advertido de que "la financiación ilegal es la última frontera".

Si aparecen "pruebas o indicios claros" de ese delito, han prometido retirar su apoyo al Gobierno y exigir elecciones. Ahí es donde Feijóo entraría, oportunamente. Si el magistrado Moreno abre esa causa tras recibir la información del Tribunal Supremo, el PP se planteará activar el mecanismo constitucional.

Fuentes de la dirección popular consultadas por este diario son tajantes. Feijóo "no va a presentar una moción de censura condenada al fracaso". No quieren darle "oxígeno" a Sánchez con una victoria parlamentaria estéril, tal y como explicaba recientemente la portavoz Ester Muñoz en una entrevista con este periódico.

Moción instrumental

El objetivo de esa hipotética moción sería "siempre instrumental", para convocar elecciones de inmediato. "Nunca para mantener una composición parlamentaria imposible", aclaran en Génova. Eso solo traería "más inestabilidad, ingobernabilidad y chantajes" que Feijóo no está dispuesto a sufrir.

Si la Audiencia Nacional cruza esa línea roja, el escenario cambiaría radicalmente. "Esa línea la pusieron ellos mismos", advierten desde el entorno de Feijóo. En ese caso, el PP lanzaría la iniciativa sin necesidad de negociar nada.

Génova se niega en rotundo a contactar con el PNV o Junts para entablar negociaciones oscuras. Hacerlo implicaría perder la iniciativa política y someterse a nuevas exigencias de los independentistas.

"Si Feijóo estuviese dispuesto a negociar con los nacionalistas, ya habría sido presidente en 2023", recuerdan las mismas fuentes. "Pero eso lo hizo Sánchez comprando votos a cambio de impunidad".

"Mejor Vox"

Para los populares, el tiempo corre a su favor en el tablero territorial.

Detectan que los partidos de derecha nacionalista, tanto el vasco como el catalán, se están desangrando electoralmente en sus territorios. Consideran que están pagando el precio de "tragar sin límite" con la corrupción y de llevar siete años sosteniendo políticas de izquierdas.

Un portavoz autorizado del PP lo resume con una analogía muy gráfica. "Si mi partido se pasara siete años apoyando políticas de izquierdas, yo acabaría yéndome a Vox".

Eso, aseguran, es lo que le pasa a Junts con la irrupción de Aliança Catalana y al PNV con el repunte del PP vasco.

Esta semana, Jordi Turull exigió a Feijóo que pidiera "perdón" por sus críticas ante los empresarios catalanes sobre la persecución del español. Pero en el PP no se inmutan ante las quejas de los de Carles Puigdemont.

El PP se siente cómodo en la actual polarización. "Cada día que pasa, la derecha gana votos, la izquierda cae y los nacionalistas pierden peso", explican en el entorno del líder gallego.

La preferencia de alianzas es clara. "Aunque nos llamen de todo, preferimos gobernar con el apoyo de Vox", sentencian, "que sometidos al chantaje de los periféricos". Feijóo asume que peleará en lo ideológico con los de Abascal, pero los considera un partido "constitucional y nacional".

Prefiere esa batalla antes que depender de esas "formaciones periféricas que quieren romper España". Según Génova, ya es hora de que estas formaciones pierdan su capacidad de veto en la democracia española. El objetivo es claro: "Seremos un Gobierno fuerte o no lo seremos".