Feijóo, durante la presentación de sus propuestas en Murcia.
Feijóo propone ligar el Ingreso Mínimo Vital a la búsqueda de empleo e imponer la visa por puntos a los migrantes
El líder del PP propone vincular las prestaciones económicas como el Ingreso Mínimo Vital a la búsqueda activa de empleo.
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El PP le declara la guerra a lo que, comúnmente, se ha dado en llamar paguitas.
Durante su discurso en Murcia, clausurando una cumbre de presidentes autonómicos del PP, Alberto Núñez Feijóo aseguró: “En España no puede ser que no merezca la pena trabajar”.
El líder de la oposición incluso ponía nombre y apellido. “Las prestaciones económicas como el Ingreso Mínimo Vital deben ligarse a la búsqueda de empleo”, remataba.
En el PP consideran que esta medida, aprobada en 2020 por Pedro Sánchez, "funciona mal" porque, como detallan fuentes de la dirección de Génova, "no incentiva la búsqueda activa de empleo".
Los últimos datos, correspondientes a este mes de agosto, indican que el IMV llega a 764.905 hogares en los que viven 2.335.553 personas.
La cifra no ha dejado de crecer año tras año, ya que comenzó en 2021 con 260.000 hogares y 682.800 personas beneficiarias.
Sólo en el último año ha habido un incremento del 17,8%, con 115.462 prestaciones más. Unas cifras que alimentan la argumetación popular de que no es sostenible el optimismo del Gobierno, que asegura que la economía va "como un cohete".
En el PP creen que la medida está “mal diseñada” porque “se concede sin seguimiento efectivo, ni programas concretos de formación y ofertas laborales”.
De ahí que los de Feijóo quieran vincular el Ingreso Mínimo Vital con la búsqueda activa de empleo.
En Génova consideran que el objetivo primordial es elevar la competitividad de la economía española y, consiguientemente, de sus empresas para que puedan subir los sueldos.
En España, el sueldo más frecuente es el Salario Mínimo, que está en la actualidad en 1.180 euros, aunque el medio no está mucho más allá: se sitúa en unos 1.500 al mes.
En cambio, la cuantía media del IMV es de 516 euros, que se ofrecen también como complemento a la prestación por desempleo, siempre que la suma total no supere ciertos límites de ingresos establecidos.
“Eso desincentiva de dejar de vivir del Ingreso Mínimo”, sentencian en el entorno de Feijóo que enmarcan esta reforma dentro de un cambio profundo, tanto para ciudadanos españoles como extranjeros.
De ahí que se propongan “rediseñar completamente el sistema”, que iría más allá de esta ayuda pública aunque, de momento, no aclaran qué otras pagas podrían verse afectadas.
El documento aprobado este domingo por el PP, que centra el foco eminentemente en la inmigración pero en este punto es extrapolable a todos los ciudadanos, llega a afirmar que “la mera percepción de ayudas públicas no puede ser el propósito ni convertirse en un medio de vida”.
"Los que abusan no pueden oscurecer la labor de tantas personas llegadas de otros países, que en las últimas décadas han prosperado fruto de su esfuerzo y han contribuido a que España también lo haga", afirma la declaración del PP.
Este debate ya se está dando en otros países con ayudas similares. En Italia, el Gobierno ha vinculado la Reddito di Cittadinanza a requisitos más rigurosos para acceder a la ayuda, como la obligación de asistir a cursos de formación o reciclaje profesional.
Los beneficiarios pasaron de un millón a 600.000.
La reforma del IMV la enmarcaba Feijóo dentro de una serie de propuestas sobre inmigración, que forman parte de un plan integral que se irá presentando en las próximas semanas, y que busca hacer más restrictivo el acceso a los inmigrantes ilegales, llegando a plantear el visado por puntos.
Feijóo ponía como ejemplo a la Canadá liberal y a la Australia laborista, mientras evitaba mencionar a la Italia de Giorgia Meloni o a la Hungría de Viktor Orbán, que representan el modelo de Vox.
El líder del PP prefería destacar las políticas migratorias de dos países con gobiernos ideológicamente distintos —uno liberal y otro laborista— pero con sistemas muy restrictivos, basados en un "visado por puntos", al que elogió expresamente.
Este sistema exige que el solicitante alcance una calificación mínima para poder entrar en el país, y prioriza la "cultura próxima" —en referencia a América Latina—, el conocimiento del idioma y la cobertura de puestos donde "falta mano de obra".