Los generales  Antonio Budiño, Agustín Rosety, Manuel Mestre, Fulgencio Coll y Alberto Asarta.

Los generales Antonio Budiño, Agustín Rosety, Manuel Mestre, Fulgencio Coll y Alberto Asarta.

Política

Los generales 'caídos' de Vox: Budiño y Rosety hundidos, Mestre y Fulgencio tocados; sólo Asarta sigue a flote

Vox suspende de militancia al general Antonio Budiño por denunciar que el partido se ha convertido en "una secta" y sus dirigentes son "autócratas endiosados y fanáticos arribistas".

Más información: Así son los generales de Vox: entre el “respeto y desagravio” a Franco y la guerra de Irak

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Si Podemos tenía al JEMAD pacifista Julio Rodríguez, Vox tenía no uno, sino cinco generales del Ejército. Eran el emblema del patriotismo del partido de Abascal.

Pero el discurso de Vox ya no resulta sexy en determinados sectores del Ejército, que consideran que la alianza con líderes europeos como Viktor Orbán, situado en la órbita de Putin, es incompatible con su código de honor.

Una de las caras más visibles del partido, el general de brigada de Infantería de Marina Agustín Rosety (Cádiz, 1947), abandonó la formación el pasado mes de febrero acusando a Santiago Abascal de ser un "limpiabotas de Trump" y "aplaudir acríticamente todo lo que dice y hace".

También se muestra muy crítico con las nuevas alianzas internacionales del partido el general de división Antonio Budiño, que en 2019 fue candidato al Congreso por Pontevedra.

Esta semana ha anunciado que la dirección de Vox le ha suspendido de militancia durante cuatro años, por denunciar la falta de democracia interna.

Budiño apoyó el manifiesto firmado el pasado mes de febrero por un centenar de afiliados, en el que pedían un Congreso para refundar el partido y denunciaban la opacidad de sus cuentas

En una serie de mensajes publicados en la red social X, el general gallego ha denunciado ahora que Vox se ha convertido en "una secta que no admite la crítica ni practica la democracia interna. Una farsa política más".

Y ha calificado a sus dirigentes como unos "autócratas endiosados y fanáticos arribistas". Porque, ha apostillado, "no se ha de confundir la lealtad con el servilismo".

Sus críticas se extienden a la falta de debate interno y a la aplicación de criterios de "amiguismo o afinidad" personal en la selección de candidatos y dirigentes.

"Lo más doloroso es que están engañando a mucha gente, escondiéndose detrás de una bandera que no les pertenece y de un discurso que no se entiende", ha escrito Budiño, que como mando del Ejército de Tierra participó en misiones internacionales en Croacia, Albania e Irak.

Antonio Budiño (Pontevedra, 1955) era uno de los referentes de Vox en Galicia, una región en la que este partido no ha conseguido arañar la hegemonía del PP: no tiene ni un diputado en el Parlamento autonómico.

Tras la marcha de Rosety y la suspensión de militancia de Budiño, tres generales se mantienen en activo como cargos públicos de Vox, aunque con una trayectoria muy desigual.

El general de división Fulgencio Coll (Palma, 1948) fue observador de la ONU en Angola, estuvo destinado en Bosnia Herzegovina y en 2004 se hizo cargo de la retirada de las tropas españolas de Irak, ordenada por Zapatero.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero le encomendó luego la puesta en marcha de la Unidad Militar de Emergencias (UME), antes de nombrarle en 2008 jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME).

Pero, en la actualidad, Fulgencio Coll está centrado en la política municipal: en las elecciones del 28-M fue candidato a la Alcaldía de Palma de Mallorca, donde como concejal hoy apoya al equipo de gobierno del PP, en un pacto no exento de tensiones.

Pero más allá del Ayuntamiento de Palma, Vox se encuentra hoy en pleno proceso de descomposición en Baleares.

El partido de Abascal obtuvo ocho diputados en el Parlament balear en los comicios del 28-M, pero desde entonces ha sufrido un goteo de deserciones. Primero se desvinculó del grupo y se convirtió en diputado no adscrito Xisco Cardona (que fue presidente de Vox en Menorca), hoy alineado con el PP.

La formación radical sufrió su crisis interna más grave en enero de 2024, cuando cinco de sus diputados pidieron expulsar del grupo a la presidenta del partido en Baleares, Patricia de las Heras, y al presidente del Parlament, el polémico Gabriel Le Senne.

La intervención de la dirección de la calle Bambú cerró en falso la crisis. Uno de sus diputados, Agustín Buades, se convirtió también en no adscrito. De los seis que quedan en el Grupo Parlamentario, otros dos (Idoia Ribas y Sergio Rodríguez) mantienen una posición muy crítica.

También está centrado en la política municipal el teniente general del Ejército del Aire Manuel Mestre Barea, que hoy es concejal de Costa y Playas en el Ayuntamiento de Orihuela (Alicante), mediante un pacto de gobierno con el PP.

Mestre (Almería, 1952) fue comandante militar aéreo de Zaragoza, jefe de gabinete del Jefe del Estado Mayor del Aire, y jefe del Mando Aéreo de Canarias. También participó en la Operación Escudo del Océano para la lucha contra la piratería en el Cuerno Africano, en el marco de la Operación Atalanta de la UE.

Durante su etapa como jefe de gabinete del Jefe del Estado Mayor del Aire, Mestre mantuvo una controversia con el entonces ministro de Defensa, José Bono, quien le reprendió públicamente por haber autorizado el uso de un Hércules para trasladar desde Zaragoza a Madrid a 23 camareros, con el fin de que sirvieran en la celebración de la Virgen de Loreto en el Cuartel General del Ejército del Aire.

En la pasada legislatura, Manuel Mestre fue diputado por Alicante y portavoz adjunto en la Comisión de Defensa.

De este modo, el último mando del Ejército que se mantiene en la línea de fuego en Vox es el general de división de Infantería Alberto Asarta (Zaragoza, 1951), que en las dos últimas legislaturas ha sido diputado por Castellón.

En la actualidad es portavoz en las comisiones de Defensa y Seguridad Nacional.

Un héroe de guerra

Asarta ha participado en misiones internacionales de paz en El Salvador, Bosnia-Herzegovina y Líbano (donde fue el máximo responsable de las fuerzas de la ONU), por lo que las guerras internas de Vox deben parecerle un juego de niños.

Participó, bajo las órdenes del general Fulgencio Coll, en la fuerza multinacional desplegada en la guerra de Irak.

Fue condecorado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo Rojo por su actuación en la batalla de Nayaf, en la que fue el encargado de la defensa de la base Al-Ándalus y luego organizó el rescate de tropas salvadoreñas, que se encontraban asediadas por las fuerzas insurgentes iraquíes. Es militar en la reserva desde 2013.