El exministro de Fomento José Luis Ábalos este lunes tras declarar ante el Tribunal Supremo.

El exministro de Fomento José Luis Ábalos este lunes tras declarar ante el Tribunal Supremo. Efe

Política

La presión pasa factura a Ábalos, cada vez más delgado: "En casa me da pereza cocinar"

A sus 65 años, el exministro lleva semanas mostrándose con una imagen distinta a la que acostumbraba durante sus años de poder. 

Más información: Ábalos vuelve a negar 'mordidas' en el TS, dice no reconocerse en los audios y esquiva la cárcel pedida por la acusación popular

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José Luis Ábalos compareció este lunes ante el Tribunal Supremo por tercera vez en el marco del caso Koldo. El exministro de Fomento, investigado por organización criminal, cohecho y tráfico de influencias, entre otros delitos, mantuvo su línea de defensa, negando los hechos.

Lo que llamó la atención este lunes, sin embargo, fue su aspecto físico, bastante más delgado. El desgaste político que arrastra desde hace meses parece haberse materializado también en su imagen.

A sus 65 años, Ábalos lleva semanas mostrándose con una imagen distinta a la que acostumbraba durante sus años de poder. Ya el pasado 10 de junio, cuando agentes de la UCO registraron su vivienda en Valencia en busca de documentación relacionada con contratos públicos, fue captado por las cámaras saliendo con una camiseta de andar por casa.

"Hombre, claro, porque estoy en casa, me da pereza cocinarme", reconoció entonces al ser preguntado por su pérdida de peso.

El exministro, a las puertas de su casa tras el registro, el pasado 10 de junio.

El exministro, a las puertas de su casa tras el registro, el pasado 10 de junio. Marta Gozalbo

El registro arrancó a primera hora de la mañana y duró varias horas. En ese contexto, su apariencia fue interpretada por algunos como un intento de mostrarse como víctima, sin apenas tiempo para prepararse.

Este lunes, de nuevo, compareció ante el magistrado del Supremo Leopoldo Puente, encargado de la causa, y reiteró que no cobró comisiones por adjudicar contratos durante su etapa al frente de Transportes.

Se desvinculó de las acusaciones que le sitúan en el centro de una presunta trama junto a su exasesor Koldo García y Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE. Según ha sostenido, no tuvo capacidad de decisión directa sobre las licitaciones investigadas, ni conocimiento de la supuesta operativa ilícita.

Durante su declaración, llegó a cuestionar la legitimidad de los audios grabados por Koldo y aportados por la Guardia Civil como prueba clave. Aseguró que no se reconoce en ellos y sugirió que podrían estar manipulados.

Según fuentes jurídicas, el exministro admitió que ha leído partes del informe de casi 500 páginas y ha escuchado algunos fragmentos, pero insistió en que muchas grabaciones son "inteligibles" y no tiene constancia de que estén completas o hayan sido grabadas con su conocimiento.

En una de las grabaciones, en la que se le escucha repartirse mujeres con su exasesor, Ábalos afirmó que no tiene relevancia penal pero que le ha causado "mucho daño".

El exministro Ábalos junto a Koldo García (derecha).

El exministro Ábalos junto a Koldo García (derecha).

Sobre el resto de los audios, subrayó que no recuerda haber mantenido conversaciones que se ajusten a los pasajes citados por el juez. También rechazó cualquier relación personal con el empresario José Ruz y declaró no conocer a la empresa Servinabar, señalada como beneficiaria de adjudicaciones.

El juez descartó, por el momento, enviarle a prisión, como pedían las siete acusaciones populares, encabezadas por el PP. En su auto, el magistrado reconoce "sólidos indicios" de criminalidad y una posible obtención de beneficios ilícitos, pero considera que no concurren los requisitos para acordar una medida tan grave como la prisión provisional.

Se mantienen, eso sí, las medidas cautelares: retirada de pasaporte, prohibición de salida del país y comparecencias quincenales ante el juzgado.