El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles durante su comparecencia en el Congreso de los Diputadaos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles durante su comparecencia en el Congreso de los Diputadaos. Chema Moya EFE

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Sánchez adjudica a Feijóo un estado de "berrinche permanente" para anular sus críticas con sarcasmo

Fuentes socialistas aseguran que forma parte de la estrategia de Moncloa dibujar al líder de la oposición como un político que sólo patalea.

21 diciembre, 2023 03:21

Pedro Sánchez y su equipo eligen las palabras cuidadosamente para que calen los mensajes que quieren lanzar. En el nuevo curso político tras la investidura, le ha llegado el turno a la expresión "berrinche permanente".

El presidente del Gobierno acusó a Alberto Núñez Feijóo este miércoles, hasta en media docena de ocasiones, de eso: de estar en un estado de "berrinche permanente".

Fue durante las largas intervenciones en el Congreso de los Diputados, en el primer cara a cara entre ambos tras la investidura. Sánchez dibujó al líder de la oposición como un político que sólo patalea ante las decisiones del Gobierno. Así, con sarcasmo, trata de desactivar sus críticas.

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La RAE define "berrinche" como "irritación grande que se manifiesta ostensiblemente, y sobre todo la de los niños". Con esta expresión, Sánchez trata de trasladar a la opinión pública la idea de que el líder de la oposición va a protestar por todo.

Pero no fue este miércoles la primera vez que el presidente recurrió a esta palabra. De hecho, según confirman fuentes socialistas, es parte del argumentario diseñado por Moncloa, que ha ido variando con el tiempo.

La primera vez que Sánchez usó la expresión fue en su debate de investidura de enero de 2020. Lo hizo contra Pablo Casado: "Y llegados a este punto, pueden hacer dos cosas: o seguir indefinidamente en el berrinche o aceptar el resultado [de las elecciones]. Les recomiendo que hagan lo segundo. Que acepten el resultado democrático que salga de esta Cámara. No les compensa seguir en el berrinche indefinidamente".

Cuatro años después, Sánchez insiste en que Feijóo no respeta el resultado de las urnas y del Congreso cuando le afea los pactos con los independentistas catalanes y con EH Bildu.

"Entiendo que quisiera que nuestras posiciones se invirtieran [Feijóo como presidente del Gobierno y Sánchez como líder de la oposición], pero los españoles han hablado", le espetó Sánchez este miércoles a Feijóo desde la tribuna de oradores del Congreso.

De Piqueras a Galicia

Desde la investidura, Sánchez busca presentarse como un hombre de Estado que quiere llegar a pactos con la oposición, mientras que Feijóo sigue en el "berrinche".

El presidente del Gobierno critica al líder del PP que haga manifestaciones contra la Ley de Amnistía, que la denueste en la Unión Europea, que rechace la moción de censura para entregarle el Ayuntamiento de Pamplona a Bildu y un largo etcétera, convirtiendo la crítica política en poco más que una pataleta de niños.

En la entrevista que concedió el lunes de la semana pasada en los informativos de Telecinco, el periodista Pedro Piqueras le preguntó que por qué podía llegar a acuerdos sobre temas tan cruciales con partidos como Junts y que, sin embargo, no era capaz de llegar a acuerdos con el PP, "con quien tienen más elementos en común".

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"Yo creo que necesitamos esos acuerdos", aseguró Sánchez. Pero remarcó: "Antes, en la tradición de los nuevos gobiernos se les daban 100 días. En este caso, ni 100 días, ni 50 días, ni 10 días. El Partido Popular y Vox, desde que soy presidente del Gobierno de nuevo, ya han hecho 100 manifestaciones".

"Yo creo que tenemos cuatro años por delante, que la política no puede estar en el berrinche perpetuo y permanente, y creo que tenemos que abrir espacios para el acuerdo y el entendimiento entre las dos principales formaciones políticas del país".

El pasado fin de semana, Sánchez volvió a utilizar la expresión. En un acto en Galicia, habló de una rueda de prensa que dio él, como socialdemócrata, junto al presidente del Consejo Europeo (liberal), la presidenta de la Comisión Europea (del PP europeo).

"Eso es reivindicar la política del acuerdo de aquellos que no pertenecemos a las mismas familias políticas, pero que anteponemos el interés general", aseguró. "Eso es la política. La política no es destruir, es construir. La política no es un monólogo, es un diálogo. La política es acordar, no el berrinche permanente", añadió.

Con todo ese camino previo labrado, Sánchez recurrió a la expresión de manera definitiva este miércoles. Mientras que el PP ponía condiciones para mantener una reunión entre ambos, el presidente volvió a presentarse como alguien dispuesto a los pactos.

"Diálogo cuando quiera, como quiera, sobre lo que quiera y donde quiera", dijo en el Congreso para aceptar los términos en los que Feijóo quiere celebrar la reunión, que tendrá lugar finalmente este viernes. "Pero diálogo, no berrinche", puntualizó, antes de usar el término en numerosas ocasiones a lo largo de la jornada.

Es con este contexto con el que Sánchez se presentará a una reunión en la que ambas partes creen difícil que vaya a servir para extraer acuerdos. Pero el presidente ya tiene el terreno trabajado: si no hay pactos, no será por él, que apela al diálogo, sino porque Feijóo ha preferido quedarse instalado en la pataleta.