Ilustración: Tomás Serrano

Política ORIENTE PRÓXIMO

La crudeza de Sánchez ante Netanyahu liquida la Conferencia de Madrid que pedía Albares

Israel reacciona tras los "agravios" del Gobierno de España y saca a su delegación de la cumbre de la Unión por el Mediterráneo de Barcelona.

24 noviembre, 2023 13:00

Si España albergaba alguna esperanza de ser la sede de una nueva Conferencia de Paz en Oriente Próximo, como la del 30 de octubre de 1991 en Madrid, ya se ha disipado. Quedó liquidada definitivamente cualquier opción durante la entrevista de este jueves entre Pedro Sánchez y Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí. Ambos mantuvieron un combate dialéctico, tras la crudeza con la que el presidente español le espetó a su homólogo israelí que su Ejército no puede "matar a miles de niños en Gaza"

José Manuel Albares lleva más de un mes alimentando la opción de que Madrid acogiera un evento como aquél de hace más de 30 años, que fue la mayor reunión de mandatarios de toda la guerra fría (aún existía la URSS, como se puede ver en las fotos, con Mijail Gorbachov junto al estadounidense George Bush padre y al español Felipe González).

Entonces, se abrió el camino para los posteriores Acuerdos de Oslo y de Camp David. Ahora, el Gobierno de Sánchez planteaba esta cumbre como "el primer paso necesario" antes de poder volver a hablar de paz. Así lo propuso Albares el 23 de octubre en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE. Y desde entonces, fue insistiendo en que "cada vez, más países se unen a la idea".

[LEA LA DECLARACIÓN DE SÁNCHEZ ANTE NETANYAHU]

Uno de ellos, supuestamente, es Egipto, adonde llega este viernes Sánchez. Allí se entrevistará con el presidente, Abdelfatah al Sisi. La idea es seguir "explorando vías para el alto el fuego", como primer paso para la paz, que pueda llevar a esa conferencia. 

No se ha vuelto a hablar de ella en las últimas semanas. Pero podría atribuirse al recrudecimiento de la guerra con la que Israel ha respondido al ataque salvaje de los terroristas de Hamás. Este jueves, tras la reunión entre Netanyahu y Sánchez (junto al primer ministro belga, Alexander de Croo) ya se confirmó que había más razones: Israel se retira de la Cumbre del Mediterráneo de Barcelona.

Según su embajador ante la UE, ésta "es una plataforma práctica para fomentar la cooperación entre diferentes países". Pero la reunión, patrocinada esencialmente por la UE bajo la presidencia española, ha "cambiado la agenda original" para "centrarla únicamente en el conflicto actual" y esto se ha hecho "sin consultar a Israel".

Según el Gobierno de Netanyahu, esta maniobra auspiciada por España "socava el propósito de la Unión por el Mediterráneo y conlleva el riesgo de transformarla en otro foro internacional en el que los Estados árabes ataquen a Israel". Razón por la que este país "no tiene intención de participar en la reunión".

La tensa visita

Pedro Sánchez, por fin, visitó Jerusalén. Lo hizo mes y medio después del salvaje ataque de los terroristas de Hamás. Llegó con la advertencia de que su Gobierno "reconocerá el Estado palestino" si Israel no se aviene a esa conferencia de paz. Y lo hizo no como presidente del Gobierno de España, sino como el primer ministro del país que preside el Consejo de la UE en este semestre.

En este sentido, llegó tarde: entre los Veintisiete ya había recibido críticas por su ausencia en el viaje de Ursula von der Leyen y Roberta Metsola, apenas seis días después de los atentados.

Y en tanto que jefe de Gobierno de España, lo cierto es que ni se le esperaba: fuentes conocedoras confirman que en esos primeros días, el Ejecutivo israelí rechazó la petición española porque tanto Sánchez como su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, insistieron en que además de a Jerusalén querían ir a Ramala, a entrevistarse con Mahmud Abás.

Por fin llegó Sánchez a Israel, y también a Cisjordania, pues ahora sí ha obtenido la autorización del Ejecutivo de Benjamin Netanyahu para ello.

Sánchez se reúne con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Junto a él, caminaba el primer ministro de Bélgica. De Croo será quien tome el testigo de la presidencia de turno de la UE, lo que ya es prueba de que el viaje se acordó en tanto que representantes europeos, más que como de cada una de sus naciones. Y es también el líder del otro país más beligerante contra las acciones militares de Israel en Gaza, los dos (España y Bélgica) mucho más, incluso, que Irlanda y Luxemburgo.

Por eso, la reunión con el primer ministro israelí fue tan tensa. Por eso, y por la crudeza con la que el presidente español se dirigió a su homólogo israelí. El presidente español, sin medias tintas diplomáticas, lanzó el mismo mensaje que había venido exponiendo públicamente a la cara de Netanyahu: "La lucha contra el terrorismo no puede ser sólo con la fuerza".

Lo mismo que le había dicho al presidente de la nación, Isaac Herzog, lo repitió en la Knesset (Parlamento israelí) al primer ministro. Que su Gobierno condena el ataque terrorista de Hamás y apoya el derecho de Israel a defenderse, pero que la respuesta "no puede implicar la muerte de miles de niños" en la Franja de Gaza. Así lo manifestó ante ambos "con calma y serenidad, pero también con decisión, claridad y valentía", según fuentes gubernamentales.

La reacción israelí llegó por tres vías.

Por un lado, Netanyahu gastó casi 10 minutos en un discurso en el que dejó claro que "es Hamás la que quiere a sus conciudadanos muertos, porque son su escudo, y a los nuestros porque quiere destruirnos", y que "si no extirpamos este mal, si dejamos unos pocos terroristas, irán a por ustedes".

Y culminó: "¿Qué habría pasado si los Aliados hubieran renunciado a atacar a Hitler para no causar bajas civiles?".

Por el lado de las comunidades judías en España, la portavoz de su Federación señaló lo "poco afortunadas" que le habían parecido las palabras de Sánchez. "En absoluto ayudan a mediar en la guerra que está librando Israel contra la organización terrorista Hamás". La federación de Comunidades Judías (FCJE), aun así, dice confiar "en que en su viaje a Israel comprenda sobre el terreno la dimensión y la importancia de lo que Israel está haciendo".

Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, se dirige a Pedro Sánchez en su reunión de Jerusalén.

Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, se dirige a Pedro Sánchez en su reunión de Jerusalén. Moncloa

Finalmente, silencio diplomático... pero acción contundente: la delegación israelí se baja de la cumbre del Mediterráneo de Barcelona. Y con ella, elimina cualquier opción de mediación de España en el conflicto.

La idea ya era muy lejana, y rechazada de plano por el Gobierno de Jerusalén. Y es que las relaciones con el de España son "las peores desde que existen", explican fuentes diplomáticas a este diario. Sin ir más lejos, Ernest Urtasun y Sira Rego, dos de los nuevos ministros de Sánchez, eran eurodiputados hasta ahora. Y votaron en contra de condenar el ataque de Hamás hace apenas un mes, en el pleno de Estrasburgo del Parlamento Europeo en octubre.

"El nombramiento como ministra de Rego, una persona que se ha manifestado expresamente contra Israel y ha justificado las atrocidades de Hamás, no augura un mandato objetivo e imparcial en el nuevo Ministerio" de Infancia y Juventud, añade la FCJE.

Pero es que la congelación de la amistad entre ambos países viene de antes.

Pasadas sólo dos semanas desde el salvaje ataque de los terroristas de Hamás en el sur de Israel, el Gobierno español ya había zozobrado navegando esas mismas aguas turbulentas.

Ione Belarra e Irene Montero, entonces ministras, condenaban más a esta democracia aliada que al grupo yihadista, y sus consecuencias: el Gobierno de Jerusalén emitió una nota durísima condenando "las vergonzosas declaraciones" de varios de los ministros de Sánchez.

Lo mismo hacía Yolanda Díaz, que era y es vicepresidenta segunda. Y de cuya coalición política salen Urtasun y Rego. Consultadas fuentes diplomáticas israelíes, se mostraron exasperadas por "el acúmulo de agravios" de un país aliado y amigo, aunque decidieron no hacer declaraciones y esperar acontecimientos. Ya han llegado, por orden de Netanyahu.