La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, el secretario general, Pedro Sánchez, y la 'número 2' del partido, María Jesús Montero, este miércoles en el Congreso.

La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, el secretario general, Pedro Sánchez, y la 'número 2' del partido, María Jesús Montero, este miércoles en el Congreso. Juan Carlos Hidalgo EFE

Política XV LEGISLATURA

Sánchez negocia en secreto con Puigdemont los 'hechos comprobables' que Junts le exige para la Mesa

El PSOE se niega a darle "hechos comprobables" a los catalanes sin cerrar un doble pacto para la Presidencia del Congreso y la investidura.

16 agosto, 2023 21:02
Alberto D. Prieto Luis Casal

Carles Puigdemont quiere "hechos comprobables" y Pedro Sánchez quiere ser presidente del Gobierno. El primero sabe que sólo se los puede pedir al segundo, y el segundo se niega a comprometerse públicamente a nada para asegurarse la presidencia del Congreso sin garantías de que, de paso, el catalán le garantice la investidura. 

Si hay una mínima opción de repetición electoral, el líder socialista no se va a arriesgar a reconocer que ya ha aceptado tramitar la amnistía de los cientos de implicados en el procés separatista de 2017. Pero el principal beneficiario de esa concesión exige capitalizar ese paso antes de "comprometer ningún voto".

Fuentes del Gobierno en funciones confirman a este diario que el acuerdo entre el PSOE y Junts, negociado en secreto y con muy pocos interlocutores, está prácticamente cerrado. "Aunque nunca lo puedes dar por seguro hasta ver las votaciones", explica una persona que se sienta en el Consejo de Ministros saliente, "lo que dicen en Junts, en la negociación, es que no quieren desaprovechar este papel importante para avanzar en sus demandas".

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Sobre estas últimas horas, partes de la negociación confirman que Junts nunca ha intentado negociar su apoyo a cambio de un asiento en la Mesa del Congreso, sino de "garantías por escrito para la amnistía" o, en su defecto, "hechos concretos para desjudicializar el conflicto", en referencia al procés. Tampoco les vale el gesto de Francina Armengol como presidenta, algo que ven como "insuficiente".

"Si el PSOE aparece sólo con gestos lo tiene difícil", añade una fuente parlamentaria muy cercana a las negociaciones. La gota que ha colmado el vaso ha sido, precisamente, el cebo de Sánchez de "impulsar el uso de las lenguas cooficiales" en el Parlamento Europeo, aprovechando la presidencia española de la UE. "O se hace en el Congreso o nada", aclara la misma persona, en referencia al cambio de reglamento que propuso Yolanda Díaz hace dos semanas.

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Negociaciones secretas

Es decir, que ha habido —y se mantiene— una negociación de Sánchez con Puigdemont, algo que hasta ahora no habían confirmado las fuentes socialistas. ¿Y hay acuerdo? "Ellos quieren que lo haya, pero tienen que vender sus logros, necesitan colgarse alguna medalla".

Fuentes cercanas a Puigdemont confirman que a última hora de este miércoles se seguía negociando y que lo que quiere el entorno del expresident fugado de la Justicia es, ya, la amnistía. Es decir, demostrar que, de un solo golpe y con un Gobierno en funciones, arranca a Sánchez más que ERC en toda una legislatura. Dicho de otro modo, que renta más el independentismo más agresivo que el "autonomismo pactista" de los republicanos. 

Es una negociación a contrarreloj para lograr que Francina Armengol sea presidenta del Congreso, pero ni siquiera eso acabará atado hasta que se destapen los votos. Y es una votación en secreto, abierta a toda suerte de traiciones y pactos de última hora con segundos de margen, WhatsApp en mano. 

Todo esto lleva desde hace semanas dirimido en la más absoluta discreción. Las conversaciones oficiales las pilota el ministro Félix Bolaños, pero de los contactos con Junts se ha hecho cargo "otro equipo" de exdirigentes del PSOE que sí inspiran "confianza" en el búnker de Waterloo.

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Por el lado del PSOE, la negociación incluye la presidencia de la Mesa del Congreso y la investidura de Sánchez. Ambas juntas y en pack. Por el lado de Junts, se repite la lista de exigencias de Puigdemont. A saber: amnistía, condonación de la deuda catalana con el Estado, lenguas cooficiales en las Cortes y, por supuesto, al final, "el reconocimiento del derecho a la autodeterminación" de Cataluña.

"La amnistía habrá que hacerla", explica otro ministro en funciones a este diario. "Primero, para terminar de solucionar el procés y sus consecuencias; y segundo, porque en este momento Puigdemont tiene mucho poder". Y Sánchez quiere mantenerlo, se podría añadir. 

Cuca o Armengol, clave

Pero el único modo de hacerlo es "aguantar las posiciones de máximos" de Junts. Desde el entorno de Puigdemont reprochan al presidente en funciones haberse "tomado vacaciones". No las de Marruecos y Lanzarote, que también, sino en los últimos días, delegando en otra gente o rehuyendo la agenda mediática que obligaba a posicionarse respecto a la Mesa del Congreso.

"No es de recibo que no nos llamaran en todo el día, a falta de poco más de 24 horas para la votación", critica una fuente muy cercana a Puigdemont.

Lo que abre un escenario en el que el PP aún podría ganar la presidencia del Congreso pero que, finalmente, Sánchez doble la mano y "entregue todo en secreto" al expresident huido, como temen fuentes de Génova. Porque el otro escenario implica que, si el PSOE se alza este jueves con el control de la Mesa, significaría que el pacto está "amarrado", como lleva una semana defendiendo otro líder socialista.

Que Armengol logre la confianza de la Cámara ocurrirá si y sólo si Puigdemont quiere. Porque dadas las cuentas actuales —y dejando fuera los siete votos de Junts— la aspirante del PP, Cuca Gamarra, tiene más apoyos. Lo oficial, de momento, es 171 a favor de la secretaria general popular y 166 para la expresidenta regional socialista. 

Hay motivos para pensar que los cinco votos del PNV podrían ser, finalmente, para el PSOE. Por un lado, los que emiten fuentes de Génova. Una persona muy cercana a Feijóo explica a este diario, bajo condición de anonimato, que el PP ya está en modo de repetición electoral como mal menor. Lo que coincide con lo que aporta la fuente ya citada en el seno del Gobierno en funciones: "El PNV no quiere estar en la Mesa. A nosotros no nos ha pedido nada de eso".

De modo que estaríamos en un empate a 171, en el que la llave estaría en manos de Coalición Canaria. Fernando Clavijo, su líder, ha vuelto a ser presidente del Gobierno de las Islas tras el 28-M mediante una coalición con el PP canario. Sus únicas condiciones para decantarse entre socialistas y populares son que "se asuma la agenda canaria" y que su voto sea decisivo.

En este caso, si Puigdemont y el PSOE no encuentran "un relato que sea asumible" por ambas partes, Coalición Canaria sería decisiva. Y nadie puede asumir más esa "agenda" que un posible Gobierno de Feijóo en Madrid, líder del partido con el que CC gobierna las islas.