El presidente Pedro Sánchez y Patxi López bromean, este jueves en el Congreso, con Francina Armengol.

El presidente Pedro Sánchez y Patxi López bromean, este jueves en el Congreso, con Francina Armengol. EFE

Política

Francina Armengol, la 'joven independentista' que hará de puente entre el PSOE, ERC y Junts

Armengol fue una de las únicas dirigentes del PSOE que apoyaron a Sánchez en 2016, tras la rebelión de los barones socialistas.

17 agosto, 2023 12:15

Cuando los barones socialistas se conjuraron para forzar la salida de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, en octubre de 2016, Francina Armengol fue una de las únicas dirigentes del partido que alzaron la voz para apoyar en su travesía del desierto al hoy presidente del Gobierno en funciones.

Apenas un año antes, en las elecciones autonómicas de 2015, Francina Armengol (Inca, 1971) había llegado a la presidencia del Govern balear mediante un pacto de coalición con Podemos y los independentistas de Més, que ha logrado mantener a flote durante dos mandatos. A pesar de que las tensiones internas han estado a punto de hacer saltar por los aires el pacto de gobierno en varias ocasiones.

Ambas circunstancias la han convertido ahora en la persona más idónea para presidir el Congreso de los Diputados, en la nueva etapa en la que Pedro Sánchez necesita ampliar su red de alianza a Junts, el partido de Carles Puigdemont, que desde su búnker de Waterloo (la "Casa de la República") lleva cinco años alimentando los rencores y tramando su venganza contra el "Estado español".

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Armengol ha sido elegida este jueves nueva presidenta del Congreso de los Diputados con una mayoría absoluta de 178 votos, otorgados por el PSOE, Sumar, Junts, Bildu, PNV, ERC y BNG. Este resultado ha sido posible gracias al acuerdo que los socialistas han alcanzado a dos bandas con ERC y el partido de Puigdemont, que entre otros aspectos (como el uso del catalán en toda la Administración española y las instituciones de la UE) incluye impulsar una amnistía para decenas de separatistas encausados por la Justicia. 

Este punto está recogido en el pacto con ERC bajo un eufemismo: el Estado se compromete a poner fin a "la represión relacionada con el 1-O contra el independentismo por las vías legales necesarias".

"Por sus convicciones personales le resultará muy fácil entenderse con los independentistas y, como ha hecho Meritxell Batet durante la última legislatura, se plegará siempre a los deseos de Pedro Sánchez", dice sobre Armengol un destacado político balear.

Francina Armengol heredó su doble vocación de farmacéutica (estudió la carrera, pero nunca llegó a ejercer) y política de su padre, Jaume Armengol Coll, que a principios de los años 90 fue alcalde de Inca (Mallorca).

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El padre de Francina emprendió una breve trayectoria como novelista y poeta, participó en la redacción de la Gran Enciclopèdia Catalana, regentó la Farmacia Armengol de Inca y durante la Transición militó en el Partido Socialista de Mallorca (PSM), afín a las tesis nacionalistas. Luego se enroló en el PSOE, partido con el que llegaría a la Alcaldía. En los últimos años ha escrito varios libros sobre la Memoria Histórica y la represión franquista en la isla de Mallorca.

Todas estas inquietudes sobrevuelan la figura de Francina Armengol, que militó durante sus años universitarios en una asociación independentista, próxima a las juventudes de ERC, antes de iniciar en 1998 su trayectoria política como concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Inca (el mismo que había presidido su padre como alcalde).

Como pretende ahora Pedro Sánchez, Francina Armengol se convirtió en presidenta del Govern balear en 2015, pese a haber perdido las elecciones. Aprovechó para ello la rebelión de los sectores más nacionalistas de las Islas contra varias medidas que había adoptado su antecesor en el cargo, el popular José Ramón Bauzá (hoy eurodiputado de Cs).

A pesar de la resistencia de una parte de su propio partido, Bauzá había derogado la Ley de Normalización Lingüística de Gabriel Cañellas (el gran patriarca del PP balear) y había puesto en marcha una Ley de educación trilingüe que ponía fin a uno de los dogmas del nacionalismo: la inmersión lingüística en catalán en las escuelas.

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Tras llegar al Consolat de Mar, sede del Ejecutivo autonómico, la primera decisión de Francina Armengol fue dar marcha atrás a todas estas medidas lingüísticas impulsadas por Bauzá. En una imagen que ha pasado a la historia, Armengol lo celebró ante la sede del Parlament representando el baile de la conga junto a su vicepresidente, Biel Barceló (Més), el líder de Podemos, Alberto Jarabo, y varios consellers de su Ejecutivo.

Pero los escándalos comenzaron a cercar al Govern de Armengol pronto. El primero estalló en 2016, al trascender que la televisión autonómica IB3 había adjudicado más de 100.000 euros a una productora fundada por el líder de Podemos en las Islas, Alberto Jarabo.

Un año después, la consellera de Cultura, Ruth Mateu, y varios cargos de su departamento se vieron obligados a dimitir al trascender que habían adjudicado contratos al coordinador de la campaña electoral de Més, Jaume Garau.

Aquel mismo año 2017, tras la huida de Carles Puigdemont, los socios independentistas de Francina Armengol, integrados en Més, multiplicaron los actos de homenaje a los llamados "presos políticos" (Junqueras y el resto de encausados por el referéndum ilegal) y reclamaron un referéndum de independencia para que las Islas Baleares puedan integrarse en los "Países Catalanes".

El toque de queda

La nueva presidenta del Congreso de los Diputados lidió con estos escándalos. También el que protagonizó ella misma en octubre de 2020, cuando fue pillada en un bar de copas de Palma a las dos de la madrugada, vulnerando el toque de la queda de la pandemia, a pesar de que su Ejecutivo había adoptado medidas especialmente restrictivas contra la Covid.

Otra de las medidas más polémicas del Ejecutivo de Armengol ha sido la que exige el conocimiento del catalán a todos los profesionales que trabajan en la Administración autonómica. Algo que ha provocado que las Islas pierdan a especialistas de la sanidad pública que no lograron superar el examen de catalán.