Pedro Sánchez y Nadia Calviño el pasado mes de marzo en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez y Nadia Calviño el pasado mes de marzo en el Congreso de los Diputados. Eduardo Parra Europa Press

Política BEI

Calviño sería ministra de Sánchez sólo tres meses si preside el BEI: comienza la quiniela de sustitutos

Cobran relevancia perfiles como el de Manuel de la Rocha o incluso fusionar Economía con Hacienda y que pilote la cartera María Jesús Montero. 

14 agosto, 2023 02:36
Diego Rodríguez Veiga Eduardo Ortega Socorro

La candidatura de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), ha cogido a muchos por sorpresa. No sólo por la forma del anuncio y porque, hasta hace unos meses, ella era la voz económica de Pedro Sánchez. También porque tiene intención de entrar en el hipotético Gobierno que forme el socialista, pero tendría que abandonarlo a los tres meses.

Este sábado, en una visita a Cádiz, Calviño aseguró que si Sánchez logra ser investido presidente del Gobierno, ella seguirá al frente de la cartera económica. Afirmó que la candidatura al BEI no colisiona con sus labores, pero sí sería incompatible si resulta elegida presidenta y Sánchez tendría que remodelar su Ejecutivo antes del 1 de enero, fecha en la que comenzaría el mandato de la todavía ministra en funciones.

El movimiento se produce porque se calcula saber si hay Gobierno antes de saber si España presidirá el BEI. Así, Calviño se asegura un asiento en el Consejo de Ministros si su candidatura no recaba los apoyos suficientes. Pero si lo logra, obliga a Sánchez a hacer una crisis precipitada y, por ello, ya empieza la quiniela de sustitutos.

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El próximo jueves tendrá lugar la constitución de las Cortes y ahí comienza el arranque de la Legislatura. A partir de ese momento, el Rey comenzará a realizar consultas para ver a qué candidato encarga formar Gobierno. A la par, en el Congreso comenzará la formación de grupos parlamentarios, la Junta de Portavoces y el reparto físico de los escaños que acabaría hacia finales de agosto.

Con todo este proceso ya elaborado, la última semana de agosto o la primera de septiembre ya se podrían celebrar sesiones de investidura, ya sea la de Alberto Núñez Feijóo, primero, y después la de Sánchez tras el previsible fracaso del popular; o la de Sánchez directamente –desde el PSOE consideran que el Rey debe encargarle la formación del Gobierno a él al ver que el PP carece de apoyos–.

El Banco Europeo de Inversiones, por su parte, elegirá a su presidente o presidenta los días 15 y 16 de septiembre. Que Calviño haya dicho que, sí o sí, seguirá siendo ministra de Asuntos Económicos hasta asumir la presidencia del BEI –en caso de que los dos escenarios se cumplan–, demuestra que planean formar el Ejecutivo las dos primeras semanas de septiembre. 

Carecería de sentido que Sánchez nombrara a Calviño ministra sabiendo que el mandato caducará. Y como la presidencia del BEI comienza el 1 de enero, la hipotética remodelación del hipotético Gobierno de Sánchez tendría que producirse a finales de diciembre, como tarde, unos tres (o como mucho cuatro) meses después de haber echado a arrancar el Gobierno.

En el plano pragmático, esto significaría que Nadia Calviño sería la responsable de establecer los cimientos de la política económica española de los siguientes años, también de bocetear los Presupuestos Generales del Estado para 2024 que ya deberían estar avanzados y que no lo están, pero que luego las riendas las tendría que asumir otra persona. ¿Y quién sería esa otra persona?

Del PSOE a los independientes

Intentar adivinar a quién va a nombrar Pedro Sánchez para un cargo es meterse en un laberinto del que es difícil salir ileso. Muchos ministros del actual Ejecutivo comentan en charlas informales que se enteraron de que iban a serlo el día antes de tener que coger el tren para Madrid. Sin embargo, hay ciertos nombres de peso que podrían ser buenos candidatos.

Uno de esos nombres de peso es el de Manuel de la Rocha, actual secretario general del departamento de Asuntos Económicos y G20 del gabinete de Pedro Sánchez. Es uno de los pesos pesados económicos del PSOE y de Moncloa y su poder ha ido creciendo a lo largo de la legislatura. Tanto, que ya sonó como sustituto de Reyes Maroto al frente de Industria cuando esta anunció que sería candidata a la Alcaldía de Madrid el pasado 28 de mayo.

De la Rocha tiene experiencia en tratar directamente con las empresas y ha sido, durante las distintas crisis que ha sufrido Sánchez en su mandato, el encargado de tener línea directa con sectores como el farmacéutico o el energético, siempre buscando equilibrios entre Gobierno y empresas. Además, es el responsable del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

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Otra opción es que Sánchez quiera buscar un perfil independiente, fuera de su actual Gobierno y del partido. Eso mismo hizo con Nadia Calviño, y su nombramiento pilló a todos con el pie cambiado. Consistiría en intentar encontrar un perfil también similar al de José Luis Escrivá, ministro de Inclusión. En este caso, sería preferible un nombre con mano en Bruselas.

Si Sánchez quisiera buscar dentro del partido, aupar figuras relevantes en el PSOE, podría optar por reducir el número de carteras y que la titular de Hacienda, María Jesús Montero, pase a serlo también de Economía. Estos dos ministerios han estado juntos en gobiernos de Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, por lo que hay precedentes.

En el caso de Montero, la influencia en Bruselas sería menor que con Calviño. Con esas jugada, Sánchez estaría lanzando un mensaje claro: Calviño seguiría siendo la mano de España en la capital europea y, en casa, refuerza el perfil ideológico de la cartera ante una legislatura que se prevé convulsa y, por ende, con visos de ser corta.