Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, antes del plenario del último Consejo Europeo.

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, antes del plenario del último Consejo Europeo. EU

Política UNIÓN EUROPEA

Sánchez visitará a Meloni para intentar aprobar el Pacto de Migración y Asilo en su presidencia de la UE

Mini gira a Chipre, Malta e Italia del presidente, que intenta evitar que le estalle el debate de la emigración en plena campaña de las generales.  

4 abril, 2023 02:59

El presidente del Gobierno continúa este martes y miércoles con sus mini giras por Europa, preparando la presidencia de turno del Consejo de la UE, que ostentará España durante el segundo semestre de 2023.

Sánchez aterrizará en Chipre este mediodía, al caer la tarde se trasladará a Malta y el miércoles parará unas horas en Roma. Ésta es la parada más conflictiva del viaje: por fin, tendrá una bilateral con Giorgia Meloni, la primera ministra neofascista de Italia y un riesgo evidente para Sánchez.

La presidencia española tiene el encargo de cerrar o, como mínimo, dejar a punto de cierre el Pacto de Migración y Asilo. Es una tarea largamente procrastinada en la Unión. Quedó claro en la crisis de refugiados de 2015, y en los eternos debates sin solución desde entonces.

Pero ahora es "un compromiso del Consejo, la Comisión y el Parlamento" cerrarla antes del fin de la legislatura europea. Así lo confirma un portavoz de la presidenta de la Eurocámara, la maltesa Roberta Metsola: el expediente cae de lleno en manos del semestre español.

Con un socio como Meloni, ese debate le puede estallar a Sánchez en el peor momento: en plena campaña electoral para repetir como presidente del Gobierno.

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Italia comparte todos los desafíos y su primera ministra coincide en los diagnósticos básicos, explica Moncloa. Pero Meloni discrepa diametralmente en las recetas.

Por eso, fuentes de Moncloa consideran clave esta primera cita entre ambos mandatarios. Para "escuchar con detalle" las propuestas de la mandataria transalpina, y para "averiguar hasta dónde podemos llegar" en posiciones comunes.

Las diferencias

Teóricamente, no hay mucho margen para el consenso entre el socialdemócrata español y la ultraderechista italiana. Tanta es la distancia política que -del mismo modo que no el único líder de la UE con el que no ha celebrado nunca una bilateral es húngaro Viktor Orbán- Sánchez no se deja ver en una sola foto con Meloni, pese a haber coincidido en al menos tres consejos europeos y la cumbre del G-20 en Bali.

Reunión de líderes del G-7 y de la OTAN durante la cumbre del G-20 en Bali (indonesia).

Donde Sánchez cree que "los puertos más cercanos deben acoger" a los migrantes a la deriva, Meloni proclama que hay que llevar "patrulleras de la operación Sophia" para disuadirlos siquiera de zarpar. Ésta es una iniciativa militar de la UE para desmantelar las redes de tráfico de inmigrantes a través del Mediterráneo.

Moncloa rechaza de plano implicar a las Fuerzas Armadas en temas migratorios.

Y si España ofrece su experiencia de "incentivos positivos" con acuerdos integrales con los países de origen y tránsito, Italia exige un plan de "incentivos negativos", para amenazar con represalias a los países que no acepten la devolución de sus irregulares interceptados.

El Gobierno Sánchez ofrece datos para sostener que su modelo de cooperación funciona mejor: los flujos de migrantes por las rutas este y central del Mediterráneo no dejan de crecer. Sin embargo, en la occidental -Andalucía, Baleares, Ceuta y Melilla, e incluso Canarias- los descensos en el último año rondan el 25%.

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Y si Madrid y Roma están de acuerdo en que el pacto europeo debe incluir "una perspectiva equilibrada entre los principios de responsabilidad y solidaridad", Meloni deja de escuchar cuando Sánchez le añade el de "humanidad". Por eso, las fuentes oficiales de su entorno afirman que en esta reunión el presidente español replanteará este último concepto, envolviéndolo en los "derechos humanos" y "los ideales europeos".

Esperanza y cautela

El objetivo es encontrar el punto de inflexión por el que incentivar a la Italia de Meloni a ir de la mano de España. Y asegurarse de que nada se vuelve en contra en el peor momento para el presidente.

En Moncloa dicen haber detectado un viraje en las declaraciones de la primera ministra italiana. Con cautela, señalan que Meloni ha llegado incluso a "alabar la experiencia española en los acuerdos con terceros países".

Es más, creen que la actitud de la mandataria en los Consejos Europeos a los que ha asistido desde que tomó el poder, el pasado octubre, ha sido más "cordial y moderada" de lo que anticipaba su campaña electoral.

Y que hay motivo para la esperanza a la vista de que, en las últimas semanas, los puertos italianos han acogido embarcaciones con migrantes cuyo rechazo en el pasado pudo estar detrás de la tragedia de Cutro (Calabria), que se saldó con más de 60 muertes.

Los cuerpos de rescate italianos agrupan los cuerpos sin vida encontrados en el naufragio d euna embarcación frente a Cutro (Calabria).

Los cuerpos de rescate italianos agrupan los cuerpos sin vida encontrados en el naufragio d euna embarcación frente a Cutro (Calabria).

Pero más que ilusión, hay prudencia. Si las mini giras de Sánchez están pivotando sobre una gran cantidad de temas -reglas fiscales, reforma eléctrica, autonomía estratégica, competitividad, unión bancaria...-, en este caso todo el foco estará en el Pacto de Migración y Asilo.

Y por ejemplo, hay una coincidencia total en rechazar el concepto de "movimientos secundarios", que esgrimen los países del centro de Europa.

"La migración irregular es un problema europeo, y la regular una necesidad europea", explican fuentes del Gobierno español, agarrándose a lo que dijo Ursula von der Leyen recientemente... claro, que aquello lo dijo en una carta a Meloni, preocupada por la actitud de su Ejecutivo en la tragedia de Cutro

"España e Italia tienen unas relaciones tan profundas que no dependen de quién esté en el Gobierno", apuntan fuentes de Moncloa. Si bien admiten que la distancia ideológica entre Sánchez y Meloni ha añadido rigideces y ha alejado a ambos países, que no celebran una cumbre bilateral desde noviembre de 2020.  

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A su llegada a Moncloa, el jefe del Ejecutivo inauguró un eje Madrid-Roma muy provechoso. Primero con Giuseppe Conte y después con Mario Draghi, las coincidencias políticas y personales se unían a los "intereses estructurales" de dos países que comparten desafíos: son latinos, del sur, mediterráneos, presionados por la inmigración del norte de África... y son dos de los cuatro grandes de la Unión.

Aunque es cierto que Italia y España son el tres y el cuatro en orden de poder europeo, es a su acción conjunta a la que se debe el impulso inicial de los fondos europeos o el embrión de seguridad común que hoy ya nadie duda de que es clave, 13 meses después del inicio de la invasión de Ucrania.

Ese peso conjunto nunca se había hecho tan evidente, pero la entente se ha diluido después de las crisis gubernamentales en Roma. La pandemia primero y la guerra después condujeron a una inestabilidad que desembocó en el ascenso de Fratelli d'Italia, la formación de ultraderecha liderada por Meloni, hasta el Gobierno... sólo meses después de que hiciera campaña a favor de Vox en Marbella.