El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Congreso de los Diputados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Congreso de los Diputados. A. Pérez Meca Europa Press

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Sánchez habla ya de "éxito económico de España" y el PP le acusa de "beneficiar a delincuentes"

Gobierno y oposición se enfrentan en el Congreso en el primer debate del año y muestran sus estrategias para las elecciones.

25 enero, 2023 02:47

Quién nos iba a decir hace unos meses que Pedro Sánchez utilizaría la economía como argumento político y electoral, y que el PP lo iba a eludir para hacer oposición sobre feminismo y otros asuntos políticos.

Así ocurrió este martes en el debate del Congreso que, en teoría, debía analizar los resultados de la última cumbre europea, y así ocurrirá en las largas campañas electorales que, de facto, ya han arrancado... salvo nuevo giro inesperado de guion.

Tan así fue que el presidente del Gobierno habló expresamente del "éxito económico español" en el primer debate parlamentario del año.

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Sánchez volvió a contraponer la "respuesta social frente a la respuesta neoliberal" de la anterior crisis, proclamó que "el apocalipsis" que vaticinó Alberto Núñez Feijóo "no ha llegado" y exhibió datos económicos como prueba de ese éxito que enarbola y sobre el que apoyará sus sucesivas campañas electorales.

Por ejemplo, Moncloa, aireó que "hace diez años, la tasa de paro era del 26%, había 6 millones de desempleados y la tasa de paro juvenil estaba en el 57%, mientras emigraban nuestros jóvenes". Y que "en dos años hemos recuperado el nivel de empleo previo a la pandemia y pronto los niveles del PIB, además de no aumentar la desigualdad".

Dijo también que "el plan de respuesta a la guerra ha movilizado 45.000 millones de euros para proteger a la mayoría" y que "este gigantesco esfuerzo ha permitido acabar el 2022 con un crecimiento del PIB superior al 5%, con la inflación más baja de toda Europa, habiendo reducido la inflación en 5 puntos en los últimos 5 meses, y niveles récord de empleo".  

El clima parlamentario, además, era positivo para Sánchez, porque acababa de convalidar con comodidad el decreto con medidas del llamado "escudo social".

Frente al presidente del Gobierno, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, mostró también cuál será su argumento electoral, al menos, hasta que Moncloa encadene nuevos errores políticos y dé munición a Feijóo: las rebajas de condena para delincuentes sexuales y las reducciones de pena en el Código Penal para los autores de delitos de sedición y malversación.

"Han mezclado sectarismo con la peor técnica jurídica" y "benefician a delincuentes", dijo Gamarra en referencia a los efectos no previstos de la llamada ley del sólo sí es sí que ya ha rebajado condenas a más de 250 autores de delitos sexuales.

"Escudo electoral"

La portavoz del PP apenas habló de economía, en contra de lo que inicialmente fue la agenda de Feijóo tras su llegada a la sede de Génova. Sólo algunas expresiones como llamar "escudo electoral" al "escudo social" proclamado por Sánchez.

Su argumento para empañar la euforia del presidente fue el de las reformas legales discutidas y, contra todo pronóstico, el feminismo. "Su feminismo es mentira", le llegó a decir a Sánchez.

Esta vez, el presidente del Gobierno fue al Congreso pertrechado de frases de la portavoz del PP para replicar con el análisis y descalificación de cada una de esas declaraciones, afeándole algunas hipérboles como las referidas a cambios constitucionales "ocultos".

La otra línea del debate, que también apunta a línea básica de las campañas electorales, es la que tiene que ver con las relaciones del PP con la extrema derecha. Especialmente, lo ocurrido en Castilla y León con el protocolo fantasma sobre el aborto, que el Gobierno plantea como la prueba de que Vox traerá retrocesos de derechos si el PP pacta con ellos en ayuntamientos, comunidades y, sobre todo, en el Gobierno.

Sánchez y todos sus socios incidieron en la crítica a la medida anunciada por el vicepresidente de Castilla y León, y negada por su presidente, Alfonso Mañueco. Eso les llevó a identificar a la derecha con Bolsonaro y asegurar que si PP y Vox ganan, harán retroceder la democracia desde las instituciones, y si pierden, ocuparán el Congreso, como en Brasil y en Estados Unidos. Es decir, el rechazo a la extrema derecha de nuevo como argumento de campaña.

El líder de Vox, Santiago Abascal, quiso meterse en ese debate recordando al PP que tendrá que firmar "futuros pactos", favoreciendo así, como casi siempre, la estrategia de Sánchez. No hubo trazas de aquella moción de censura que anunció Abascal en diciembre, tal y como le reprochó y ridiculizó el presidente del Gobierno.

Otra línea del debate con continuidad en este largo año electoral es el del esfuerzo de Unidas Podemos por diferenciarse y tener voz propia en el Congreso, pese a formar parte del Gobierno. Tanto, que en ocasiones el discurso de los tres portavoces que se repartieron su tiempo en la tribuna tenía un punto demoledor contra Sánchez.

Por ejemplo, Jaume Asens, de En Comú, puso en contraste las reuniones en el Foro de Davos en las que participó el presidente del Gobierno con su reticencia a reunirse con colectivos sociales como los afectados por desahucios o por subida de alquileres. "Escuche más a la gente. Reúnase más con los colectivos y menos con los fondos buitre", le dijo a Sánchez, pese a ser el portavoz de una formación aliada.

Pablo Echenique y Enrique Santiago, portavoces también de Unidas Podemos, pidieron al presidente que limite precios de productos de primera necesidad, además de apropiarse de los méritos del Gobierno de coalición.

Y Gabriel Rufián (ERC) pidió a Sánchez valentía. Poco antes, los diputados de ERC se abstuvieron en la convalidación del decreto, certificando la distancia con el Gobierno en vísperas electorales y mirando la falta de acuerdo entre Generalitat y PSC sobre los Presupuestos catalanes.

En algún momento, alguien mencionó de pasada la cumbre europea que motivaba la comparecencia de Sánchez. El día 31 el debate será entre Sánchez y Feijóo en el pleno del Senado.