El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. EFE

Política CATALUÑA

El Gobierno da por hecho que el Supremo no anulará los indultos pero lamenta que se reabra la polémica

Moncloa lamenta que se mantenga durante meses la duda sobre un asunto que consideraba cerrado y dificulte las relaciones con ERC.

26 mayo, 2022 04:19

Noticias relacionadas

La resolución del Tribunal Supremo de admitir el recurso contra los indultos de los independentistas provoca incomodidad en el Gobierno, aunque considera que no serán revocados por el Alto Tribunal.

Fuentes de la Moncloa explican que no ven posible que el Supremo anule los indultos, porque los expedientes cumplían con creces los requisitos objetivos de la ley. No obstante, dejan un mínimo margen a que el cambio de mayorías en la Sala quinta del tribunal pueda suponer una resolución que lleve de nuevo a los líderes independentistas a la cárcel. 

Esa posibilidad remota sería un desastre para Pedro Sánchez porque derrumbaría uno de sus principales objetivos políticos y volvería a incendiar el clima político y social de Cataluña.

Su explicación técnica es que simplemente se ha decidido que no haya rechazo de plano de los recursos por falta de legitimación de los firmantes y que se requiera análisis de los magistrados y pronunciamiento detallado en la sentencia.

Eso no quiere decir que no haya malestar e incomodidad en el Ejecutivo. Sobre todo, porque la sentencia definitiva podría demorarse aún hasta final de este año o, quizás, hasta 2023 en el peor de los casos.

Tensión en Cataluña

Ese largo plazo hace que se mantenga abierto un asunto que el Gobierno daba ya por cerrado y que tuvo en su momento un coste político por aprobar los indultos. Pero según el Ejecutivo, gracias a ello la tensión en Cataluña bajó notablemente y ahora vuelve el asunto a la agenda política con la “espada de Damocles” hasta dentro de unos meses.

Ese criterio de “utilidad” estaba en la argumentación de los indultos y también en la explicación política de su aprobación. Sin embargo, reabrir el asunto y una hipotética anulación volvería a encender el asunto y las tensiones en Cataluña y, por tanto, lo que el Gobierno pretende presentar como uno de los logros de la legislatura, la pacificación del conflicto.

Esas fuentes explican que Gobierno y ERC optaron por la vía de diálogo y esa anulación mostraría a los sectores más radicales del independentismo la falta de resultados de ese camino.

Para el Gobierno, no despejar el tema de los indultos dificulta también las relaciones con ERC, fundamentales para sacar en el Congreso iniciativas que necesitan el voto del llamado bloque de la investidura.

Si se pone en cuestión la estrategia de diálogo de ERC también se dificulta esos acuerdos y su concreción en la mesa de diálogo, varada ahora por el enfrentamiento por los espionajes a independentistas, siempre según el análisis de Moncloa.