Pedro Sánchez, durante su discurso en la conferencia de Mujeres por África el pasado jueves.

Pedro Sánchez, durante su discurso en la conferencia de Mujeres por África el pasado jueves. Efe

Política GUERRA EN UCRANIA

Sánchez impulsa en Davos un acuerdo en la crisis de alimentos para que África se una a la UE contra Rusia

Se reunirá con el presidente de Ruanda para "incluir otras sensibilidades no europeas", como el combate a la escasez de cereales causada por la guerra.

22 mayo, 2022 02:34

La presencia de Pedro Sánchez en el Foro de Davos, entre la tarde del lunes y la del miércoles, estará "esencialmente centrada en las apuestas económicas del Gobierno". Pero el presidente también hará diplomacia, y ha cerrado un encuentro bilateral "de máxima importancia", según Moncloa, para apuntalar el frente global contra Rusia y su guerra de agresión en Ucrania.

El jefe del Ejecutivo español se reunirá con Paul Kagame, presidente de Ruanda, junto con el que abordará la actual crisis mundial en el mercado alimentario. "Estamos notando cierta desafección en los países no europeos", apuntan las fuentes de Presidencia, "en la narrativa ante la invasión".

Así, Sánchez quiere sentarse con Kagame "a escuchar" para abrir las perspectivas de los socios de la UE "a otras sensibilidades". Según ha podido saber este periódico, el presidente español prevé empezar a sondear con el líder africano un acuerdo global sobre abastecimiento alimentario, esencialmente en el sector de los cereales.

Hay miedo en Europa a sufrir ciertas escaseces, algunos cuellos de botella... pero sobre todo, hay un temor grave a una hambruna en África. Caldo de cultivo perfecto para la desestabilización, las guerras, el yihadismo, y la entrega de determinados regímenes al apoyo financiero ruso. Ya ha ocurrido en Mali, recientemente. Así, el enfoque de Sánchez estará "basado en la misma solidaridad multilateral con la que se afrontó la pandemia".

27 millones de hambrientos

El impacto de la guerra en Ucrania ha colocado a África al borde de su peor crisis alimentaria en una década, sobre todo a la región occidental, según expertos de organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, citadas por el diario nigeriano The Premium Times. Estas ONG, incluidas Oxfam, Save the Children y World Vision, mostraron su preocupación por que la guerra empeorara la situación ya catastrófica en la región.

Más de 27 millones de personas ya padecían hambre en la región antes del 24 de febrero, fecha de la invasión y el consiguiente frenazo al comercio internacional de cereales. La cifra podría aumentar en otros 11 millones antes de junio, según el comunicado conjunto de las agencias citadas. Según estimaciones de Naciones Unidas, 6,3 millones de niños de seis meses a cinco años sufrirán desnutrición aguda en la región.

En términos agregados del volumen total de exportaciones de todos los cultivos de cereales, Ucrania era el segundo mayor exportador del mundo antes de la guerra, sólo por detrás de Estados Unidos.

"Ucrania es uno de los garantes de la seguridad alimentaria en el mundo y tiene potencial para aumentar la producción y exportación de cereales", según el viceministro de Desarrollo Económico, Comercio y Agricultura y representante comercial de Ucrania, Tarás Kachka.

El país invadido ha pasado de ser el primer exportador de girasol y aceite de girasol del mundo, el segundo productor mundial de cebada y el cuarto exportador, el tercer productor y el cuarto exportador de maíz, además del cuarto productor de patatas grandes y el quinto de centeno, al parón total. Y esto ha llevado a que los precios de los alimentos en África se hayan disparado hasta en un 30% por la escasez.

Un Davos diferente

En Davos (Suiza), Sánchez acudirá a una edición diferente del Foro Económico Mundial este año. La reunión, prevista para el mes de enero, se aplazó a causa de la última gran ola de la Covid, con la variante ómicron haciendo estragos sobre todo en Europa.

El retraso a esta semana de mayo ha permitido al Gobierno centrar la agenda del presidente en el último gran proyecto estratégico (PERTE) que tiene previsto, el de los microchips, con una inversión inicial de 11.000 millones de euros. El plan se aprobará este mismo martes, en un Consejo de Ministros presidido por Nadia Calviño, ya que Sánchez estará en Suiza.

Pero después de la pandemia, y sin solución de continuidad, vino el desafío bélico de Vladímir Putin provocando una la mayor guerra en Europa desde la II Guerra Mundial.

"Ésta es una edición algo diferente", abundan las fuentes de Moncloa: "Ucrania va a estar muy presente en todas las discusiones. Se tratarán las consecuencias económicas y sociales en el terreno, y la crisis alimentaria que se avecina, que ya permea todos los debates a escala multilateral".

Paul Kagame, presidente de Ruanda, en el Foro de Davos.

Paul Kagame, presidente de Ruanda, en el Foro de Davos. WEF

Así, entre las múltiples iniciativas de países y entidades multilaterales, el Gobierno de España ha detectado ese "cierto distanciamiento de algunos países no europeos respecto de la percepción sobre la guerra". Junto a los socios y aliados, el equipo de Presidencia ha identificado una falla en la aproximación global al conflicto, "demasiado centrado" en la visión eurocentrista.

"Es muy importante que el presidente mantenga encuentros con líderes que no sean los tradicionales europeos, con los que ya se ve en otros foros, de ahí la bilateral que hemos concertado con Kagame, el presidente de Ruanda".

Según Moncloa, el peso e influencia del líder africano, "muy activo en política exterior en el continente" puede ayudar a entender mejor "otras sensibilidades" que puedan alimentar la unidad global en la respuesta geopolítica frente a la conducta agresiva de Moscú.

"Ruanda ha votado a favor de todas las resoluciones de condena a Rusia por la agresión a Ucrania y de la mano de los aliados en lo tocante a la crisis humanitaria", recuerdan las citadas fuentes. Precisamente por eso, se considera esta reunión "una oportunidad muy buena para escuchar otras voces, y abrir el discurso que es demasiado europeo, a otras sensibilidades".

España, la Unión Europea y, por supuesto, la OTAN entienden que "no podemos perder la narrativa de la guerra y, para eso, hay que escuchar otras perspectivas, atender sus sensibilidades y centrarnos en qué se puede hacer a escala multilateral y global".

En este sentido, Moncloa pretende que Sánchez facilite un enfoque más global de las consecuencias reales de la crisis causada por la guerra. Del mismo modo que hizo durante los peores momentos de la pandemia, por ejemplo, impulsando la iniciativa Covax para la distribución solidaria de vacunas a países en desarrollo.