El portavoz de ERC Gabriel Rufián, a la entrada dl hemiciclo.

El portavoz de ERC Gabriel Rufián, a la entrada dl hemiciclo.

Política CONGRESO

Los camioneros unen los discursos de Vox y ERC, y Sánchez acusa a Rufián de 'alimentar la ultraderecha'

Iván Espinosa de los Monteros suscribió las palabras del líder de ERC, que había acusado al Gobierno de esta manera: "Nadie entiende a la izquierda".

24 marzo, 2022 03:58

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Cuando estallaron las movilizaciones lideradas por los transportistas, el Gobierno las circunscribió a una "minoría". Ya desde ese momento, las manifestaciones amenazaban con desbordar la cadena de suministros. El ministro de Agricultura, Luis Planas, se veía obligado a cambiar de discurso en apenas una semana: del 'no hay riesgo' al 'existe un riesgo'.

Casi todas las marchas están apoyadas por un partido político u otro. Incluso Podemos, que está en el Gobierno, apoya algunas; en concreto, las vinculadas al auge del precio de la luz. Los sindicatos, al principio rezagados, han comenzado a jugar su papel. PP, Vox y Cs también han dado voz a los manifestantes. Esa transversalidad alcanzó su culmen este miércoles en el Congreso, cuando las quejas de los camioneros pusieron de acuerdo a los de Santiago Abascal y Esquerra Republicana.

Tomó la palabra Gabriel Rufián en la sesión de control al Gobierno. Preguntó a Pedro Sánchez: "¿Quién cree que va a pagar los efectos de esta guerra?". El presidente, en su respuesta, se refirió a los "refugiados": "En 27 días, ya son tres millones y medio. En Siria, durante dos años, fueron un millón".

Luego también mencionó a la clase trabajadora, a las "consecuencias económicas" que la han sacado a la calle. Sobre esto, se justificó: "Estamos en diálogo con los agentes sociales, los grupos parlamentarios, la patronal y las Comunidades autónomas. Llegaremos a un buen acuerdo".

Casi todos los partidos –incluso voces del propio PSOE– ya se han puesto de acuerdo en el cerco a Sánchez. Le recriminan que espere al 29 de marzo para reaccionar, cuando las consecuencias ya se han trasladado a las cuentas de miles de españoles.

Rufián le contestó: "Ahora viene cuando yo le digo qué mal todo, qué cabreada está la gente y que la ultraderecha se está aprovechando. ¿No están hartos?". Después, dejó de mirar a Sánchez e interpeló a las bancadas de PSOE y Podemos: "A la izquierda nadie nos entiende, no nos sabemos explicar, hablamos de temas que no le interesan a nadie. Es duro, ¿eh? Tenemos que dejar de militar exclusivamente en la moral para empezar a militar en la utilidad".

El portavoz de Esquerra Republicana apostilló su autocrítico argumento con estos datos: "La luz ha subido un 80% el último año; el butano, un 33%; la gasolina, un 30%".

Esquerra Republicana es el aliado fundamental de la coalición de Gobierno en el Congreso. Imprescindible para sacar adelante las votaciones. Las palabras de Rufián provocaron el cabreo de Pedro Sánchez, pero también el asentimiento de los diputados de Vox.

El presidente del Ejecutivo, visiblemente molesto, rebatió: "Es su discurso el que alimenta a la ultraderecha porque no reconoce lo que está haciendo este Gobierno progresista". Había caído en la trampa de Rufián, que precisamente le había pedido que no culpara a Vox de los males que afectaban a los trabajadores.

Fue Iván Espinosa de los Monteros, su portavoz, el encargado de transmitir el regocijo de los suyos: "Escuchen a Rufián cuando dice que el Gobierno ha abandonado a los trabajadores".

Con ironía, Espinosa atacó a Rufián: pronosticó que será despedido por ERC debido a su "absentismo ideológico" –ya no es independentista–, "igual que fue despedido de su último trabajo por absentismo laboral".

Rufián había hecho antes lo propio con Vox: "Abascal, que no ha trabajado en su vida y que vota en contra de los trabajadores cada semana, se pasea luego por sus manifestaciones".

Pero esos chascarrillos parecían de cara a la galería. La raíz más profunda de su discurso era la misma: la desconexión entre el Gobierno y la clase trabajadora. "Aquí se ha producido la mayor destrucción de empleo de Europa, pero ustedes siguen con sus veintidós ministros (...) Algunos españoles no pueden llenar el depósito, pero ahí siguen sus flamantes coches oficiales", expresó Espinosa de los Monteros en esa línea.

De un tiempo a esta parte, Vox se ha propuesto ensanchar su electorado por la izquierda. Creó su propio sindicato y viene trazando decenas de propuestas relacionadas con la okupación, la inmigración, el aumento del coste del precio de la compra, etcétera.

Los de Abascal presumen de estar ganando esa batalla y, para demostrarlo, se agarran a los resultados de la Comunidad de Madrid –sacaron muy buenas cifras en el llamado cinturón rojo– y en Castilla y León –uno de sus fuertes fueron las zonas rurales–.

"Los trabajadores no tienen las ayudas que necesitan, pero ustedes destinan 335.000 euros a restaurar el palacio de veraneo del señor Sánchez. Miles de pymes se han quedado fuera del reparto de fondos, porque se los regalan a sus amiguetes del Ibex, con quien llegarán a acuerdos cuando ustedes salgan del Gobierno", dijo Espinosa de los Monteros en una frase que podía haber repetido el propio Rufián.