Inés Arrimadas y Francisco Igea, en un acto de campaña.

Inés Arrimadas y Francisco Igea, en un acto de campaña. Ángel Pisano

Política ELECCIONES EN CASTILLA Y LEÓN

Arrimadas celebra como "un éxito" el escaño en Castilla y León pero Igea lo califica de "desastre"

La dirección nacional dice haber hecho "un campañón" y se congratula de haber "sobrevivido" al "intento de asesinato del PP".

14 febrero, 2022 14:52

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Francisco Igea no dudó en hacer uso de la contundencia que acostumbra al poco de conocer los resultados. Habló de "desastre". Lo hizo con la vista puesta en el escrutinio, que le informaba de una caída de 12 a un solo escaño. Y lo más importante, la pérdida del papel de bisagra. Sin embargo, este lunes, la Ejecutiva nacional de Ciudadanos ha hablado de "éxito".

Daniel Pérez, vicesecretario del partido, ha sido el encargado de trasladar esa palabra a los medios de comunicación. Incluso ha mencionado que Ciudadanos ha hecho "un campañón" y que el verdadero problema lo tiene Génova: "El gatillazo del PP ha sido histórico".

Solventado el proceso electoral, la dirección naranja argumenta haber "cumplido el objetivo", que no era otro que "entrar en las Cortes de Castilla y León". Y lo ha hecho, con un procurador, el propio Francisco Igea, a través de la lista de Valladolid.

Pérez, en su comparecencia, ha quitado hierro en todo momento a la leche derramada: "Probablemente quieran poner el foco en nuestro resultado, pero a quienes de verdad les ha ido mal ha sido a los castellano leoneses, hoy preocupados por la inestabilidad y la incertidumbre".

Reunidos en la sede de la calle Alcalá, Arrimadas y los suyos han dibujado una realidad en la que Ciudadanos... "sale más fuerte". "El PP ha querido dinamitar nuestro proyecto de la manera más ruin, con traición y malas artes, pero podemos decir que no lo han conseguido", ha dicho Pérez.

Nunca hasta ahora habían hablado los dirigentes de Ciudadanos con esa contundencia de la Opa que viene intentando Génova desde hace meses. Sin embargo, todos estos razonamientos contrastan con el gesto serio de Igea, que no escatimó en hablar de "desastre" y que, consciente de su laminada fuerza, se puso al servicio de cualquier fórmula que libre al gobierno de Castilla y León de los extremos.

Preguntado por esta disonancia, Daniel Pérez, que hablaba en nombre de Arrimadas y la dirección del partido, ha mencionado que se debe a una cuestión emocional, por todo lo que el candidato "ha llevado encima estas dos semanas".

Luego ha indicado que, pasado el tiempo, las conclusiones de Igea se irán "pareciendo" a las de la dirección nacional. Pero el tono de Igea, tanto anoche como en las entrevistas concedidas en la mañana de este lunes, no ha sido en absoluto de optimismo.

"Punto de inflexión"

"Nos querían echar de la política, pero no lo han conseguido. Igea va a ser una voz escuchada en las Cortes de Castilla y León. El que resiste gana. Y hemos resistido. Le decimos al PP que abandone toda esperanza. Porque es imposible vencer a quien no se rinde", ha clamado Pérez.

Ese párrafo encapsula la estrategia de Ciudadanos a medio plazo: la unión de fuerzas [Arrimadas cree que quienes dudaban irse al PP ya se fueron] en clave interna y la voluntad de ir superando procesos electorales.

"Con el porcentaje de voto que hemos tenido en Castilla y León, habríamos sacado seis escaños en Andalucía", se consuelan en Ciudadanos. Pero la discrepancia también late si se mide por objetivos.

Poco antes de las elecciones, Francisco Igea, en una entrevista con este periódico, reiteró que su objetivo era "tener grupo propio y ser decisivos en la formación del gobierno". Le han faltado dos escaños y un giro aritmético.

Para más inri, la dirección nacional habla también de "punto de inflexión": "Hemos tocado suelo. No había una sola encuesta que vaticinara nuestro escaño en las Cortes. Y lo hemos conseguido".

A ojos de los actuales dirigentes de Ciudadanos, Inés Arrimadas "cogió al partido en la sala de autopsias" y ahora acaba de "salvar los muebles". Dicho de otro modo: creen que la debacle y la desbandada de votos que ahora refrendan las elecciones allí donde se convocan se corresponde con el desemoronamiento de las últimas generales.