Tomás Serrano

Tomás Serrano

Política INVESTIDURA

Si Sánchez quería ofender a Podemos lo ha logrado: por qué sus palabras han caído como una bomba

La consulta que "rompe" la negociación fue avalada por Celaá, Calvo y Borrell. El presidente admite que es falso que Iglesias pidiera una vicepresidencia.

16 julio, 2019 04:04

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Si Pedro Sánchez ha buscado resquebrajar la unidad en Podemos durante los ya casi tres meses que han pasado desde el 28-A dilatando las negociaciones hasta después del superdomingo de municipales, autonómicas y europeas, no lo ha logrado.

Si lo que ha buscado es ofender al partido y a Pablo Iglesias con versiones desmentibles -y desmentidas- de sus reuniones, con ofertas inasumibles -el líder morado hablaba de entrar en el Gobierno desde la misma campaña electoral- o con un documento para negociar basado en su programa electoral -"y en el que se eliminan las medidas más progresistas", apuntan desde el entorno de Iglesias-, eso sí lo ha conseguido.

Fuentes de la dirección de la formación morada se mostraban este lunes, en conversación con EL ESPAÑOL, "asombradas" por el tono tan duro y con descalificaciones a Unidas Podemos con el que el presidente en funciones despachó en la mañana del lunes a su supuesto "socio preferente".

De "consulta respetable" a "mascarada para votar no".

Según el entorno más cercano a Iglesias, hay al menos dos afirmaciones en la entrevista radiofónica con la que Sánchez inauguraba su semana decisiva que demuestran que el PSOE sólo busca "excusas" para no llegar a un acuerdo. Dos contradicciones clave. Una que demuestra una mentira y otra que desacredita de plano el motivo por el que el líder socialista dijo que daba por "rotas las negociaciones".

Sánchez admitió en la Cadena Ser que es falso que Iglesias le reclamara "una vicepresidencia" el martes pasado, en su último encuentro, desmintiendo a su número dos en el partido, Adriana Lastra. Y dijo que la consulta convocada por Podemos a sus bases era "una mascarada", estaba "trucada" y era una "trampa" para "volver a votar no" a su investidura. Curiosamente, el pasado viernes, la ministra portavoz, Isabel Celaá, decía todo lo contrario: "No tiene por qué dinamitar nada, respetaremos los resultados porque queremos un acuerdo de Gobierno".

La vicepresidencia "nunca pedida"

No es la primera vez que Pablo Iglesias se entera de a qué ha ido a una reunión con Pedro Sánchez hasta media hora después de despedirse de él: cuando el PSOE filtra su posición a los medios. "La negociación, en realidad nunca ha comenzado", explican fuentes de la dirección de Podemos, "lo que hay es una pelea del PSOE por el relato en la que envía mensajes que muchas veces tenemos que desmentir". Por ejemplo el martes pasado, cuando después de verse en una sala del Congreso, las fuentes socialistas dieron su versión de lo ocurrido: "Iglesias no ha querido hablar de programa, sólo de su vicepresidencia".

Pedro Sánchez, este martes durante su reunión con Pablo Iglesias.

Pedro Sánchez, este martes durante su reunión con Pablo Iglesias. EFE

Inmediatamente, el partido morado reaccionó indignado diciendo que eso era "absolutamente falso". La sorpresa había saltado cuando horas después del encuentro, fuentes socialistas aseguraban, en conversación con EL ESPAÑOL, que durante la reunión Iglesias reclamó ser vicepresidente del Gobierno de Sánchez. "No ha querido hablar de programa sino de su vicepresidencia", afirmaban.

"Sí, Iglesias pidió la vicepresidencia. Sólo quiso hablar de eso: ni políticas, ni comisión negociadora, ni nada... Nosotros no queremos elecciones. Ellos parece que no ven ni quieren otra salida", señalaba una fuente distinta. 

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra.

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra. PSOE / Flickr

Y es que horas antes, Adriana Lastra había cebado la bomba en la sala de prensa del Palacio de Las Cortes. "A Pablo Iglesias le importan más los nombres del Consejo de Ministros que las políticas", dijo la vicesecretaria general socialista. Iglesias "no se quiere sentar" a hablar de políticas concretas. "Si hubiera voluntad, podríamos entendernos", lamentó.

Según ella, Iglesias habría dicho "no" a negociar ningún punto del programa del hipotético Gobierno -de "cooperación" o de "coalición", tanto daba-, se habría negado a nombrar equipos que pudieran empezar a trabajar, a crear una comisión que hiciera un seguimiento de los pactos y a proponer nombres de ministros independientes "de reconocido prestigio" pero no de la dirección morada. 

Pedro Sánchez, entrevistado en la Moncloa.

Pedro Sánchez, entrevistado en la Moncloa. Efe

Sin embargo, este lunes, durante su entrevista en la Ser, el propio Sánchez decía que era mentira que Iglesias le hubiera reclamado la vicepresidencia.

-Es evidente que lo que está planteando el señor Iglesias es un acuerdo de legislatura con un Gobierno de coalición donde él impone los nombres de las personas de Unidas Podemos que puedan entrar en el Consejo de Ministros.

-¿Con él de vicepresidente? ¿Se lo ha pedido?

-No, no. No me ha pedido nunca eso. No lo ha explicitado de esa manera.

La "mascarada" que era "respetable"

El pasado viernes, cuando la tensión entre PSOE y Unidas Podemos ya era altísima, Noelia Vera convocó una rueda de prensa para anunciar lo que todo el mundo sabía: que Iglesias votará en la investidura lo que digan sus bases.

Cierto es que toda consulta a los inscritos ha dado como resultado lo que él deseaba, y que las preguntas que anunció la portavoz de la formación morada están redactadas para que quede clara cuál es la opción preferida por la dirección. Pero también lo es que desde la primera rueda de prensa de Iglesias en Moncloa tras el 28-A, el secretario general advirtió de que "en Podemos, las bases deciden en los temas importantes", como la formación de un Gobierno.

Isabel Celaá, minisstra portavoz del Gobierno.

Isabel Celaá, minisstra portavoz del Gobierno. Efe

Ese mismo mediodía, a la salida del Consejo de Ministros la ministra portavoz repasó los acuerdos adoptados y la actualidad política. Isabel Celaá dijo que "la consulta convocada por Podemos no tiene por qué dinamitar nada", que "nos toca respetar los resultados" y que "seguiremos trabajando para tener un Gobierno en julio".

Al día siguiente, era el todavía titular de Exteriores el que rechazaba "hacer un juicio de intenciones". Y añadía Josep Borrell que "para conocer la opinión de sus militantes, lo que hay que hacer es preguntarles".

A esa hora, Sánchez preparaba una comida con periodistas en Moncloa, tal como ha podido saber este periódico. En ella transmitió a sus interlocutores que este lunes contraatacaría, trataría de tomar la iniciativa y quiso convencer a la prensa de que, sea cual sea el desenlace de la negociación con Podemos, él saldrá vencedor. Como le dijo a Iglesias en su último encuentro, "yo no puedo perder un pulso contigo, así que a ver cómo lo hacemos".

En todo caso, la vicepresidenta Carmen Calvo aún insistió el domingo en que la propuesta presentada a Unidas Podemos "sigue estando ahí". Y se remitía a un tuit de Sánchez del 11 de julio. Es verdad que ese mensaje estaba redactado antes de que se anunciara el referéndum interno de Podemos, pero también lo es que Calvo hablaba dos días después... "Hemos dicho que nos queremos sentar a hablar de contenidos y que seremos capaces de encontrarnos", ha afirmado Calvo antes de participar en unas jornadas en Madrid.

¿Qué ha pasado, pues, para que este lunes Sánchez alegara que es la consulta la que "rompe" las negociaciones? En Podemos no salen de su "asombro", y añaden: "Nosotros queremos negociar un Gobierno y ellos parece que sólo quieren ganar el relato".