Los candidatos, durante el debate en televisión.

Los candidatos, durante el debate en televisión. EFE

España ELECCIONES MADRID

Los 4 exámenes del 4-M y dos reválidas: de las mociones de censura a la nueva izquierda verde

Los seis partidos en liza se juegan parte de su futuro en Madrid y en toda España en estos comicios. 

4 mayo, 2021 03:36

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Que las elecciones autonómicas de este martes en Madrid tienen una dimensión nacional es algo de lo que, a estas alturas, no duda nadie ya. Las distintas formaciones políticas se juegan en la cita con las urnas algo más que la mera posibilidad de ocupar el despacho presidencial en la Puerta del Sol, o de ser desalojados del mismo. Y según de cuál se trate, se juegan mucho más, incluso hasta su supervivencia futura.

Los partidos afrontan cuatro exámenes y dos reválidas. Los electores madrileños podrán poner nota al PSOE, por su estrategia de impulsar mociones de censura a nivel autonómico con Ciudadanos; a Isabel Díaz Ayuso, por haber convocado las elecciones de manera anticipada en plena pandemia; a Pablo Iglesias, por su abrupta salida del Gobierno para encabezar la candidatura de Podemos o a Inés Arrimadas y la posible robustez futura de su proyecto.

Y como exámenes de reválida, el tribunal de los ciudadanos de Madrid establecerá si Vox consolida su espacio tras su irrupción hace dos años en la política institucional y por último, aunque no menos importante, sobre todo de cara al futuro, si en Más Madrid hay el embrión de una izquierda alternativa en la estela de Los Verdes en toda Europa.

Las mociones de Moncloa

Con la llegada de Inés Arrimadas a la presidencia de Ciudadanos se puso punto y final al veto que su antecesor había establecido sobre Pedro Sánchez y el PSOE, una apuesta estratégica que terminaría por sepultarle políticamente.

Las negociaciones de las prórrogas del estado de alarma en 2020, cuando el Gobierno ya no contaba con el voto de PP y Vox e incluso se descolgaban algunos de sus socios, como ERC, permitieron a socialistas y naranjas, curiosamente con la participación destacada del ahora candidato Edmundo Bal, estrechar sus relaciones. Incluso Arrimadas abrió la puerta a apoyar los Presupuestos Generales del Estado, pero finalmente la inclinación por ERC y Bildu, como quería Podemos, le hizo votar en contra.

Sánchez e Iván Redondo.

Sánchez e Iván Redondo. EFE

Pero Moncloa y la cúpula naranja ya habían abierto una vía de negociación en la que, por los primeros, fueron muy importantes el ínclito Iván Redondo, jefe de Gabinete de Sánchez, y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y por Ciudadanos Carlos Cuadrado y José María Espejo, hombres de la máxima confianza de Arrimadas.

De ahí surgió la estrategia de las mociones de censura contra gobiernos autonómicos y municipales del PP. Sánchez pisó el acelerador para arrebatarle a Pablo Casado tres de sus feudos: Castilla y León, la comunidad autónoma de Murcia y Murcia capital. El balance es muy negativo.

Los socialistas, es verdad, han recuperado el Ayuntamiento murciano, pero ni en la región -tránsfugas de Ciudadanos mediante- ni en Castilla y León han conseguido desalojar a dos barones populares: Fernando López Miras y Alfonso Fernández Mañueco. Y además el adelanto electoral del 4-M es una consecuencia de ello, según lo justificó Ayuso, temerosa de que también a ella se le presentase una moción, para la que se llegaron a recoger firmas entre los diputados de Ciudadanos. Más Madrid y el PSOE ya habían presentado las suyas, aunque finalmente la Justicia resolvió que prevalecía la disolución de la cámara regional efectuada por la presidenta madrileña.

El fracaso de la 'operación mociones', en la que tuvo un papel determinante, como desveló EL ESPAÑOL, el fichaje por parte del PP del que fuera secretario de organización de Ciudadanos, Fran Hervías, que se marchó a Génova con su tupida red de contactos territoriales, tuvo consecuencias políticas en Ciudadanos pero ninguna en el PSOE o en Moncloa.

Cuadrado y Espejo terminaron siendo relegados por Arrimadas, que diseñó una nueva Ejecutiva, pero nadie pagó por ello en el otro lado. Si el 4-M confirma el fracaso de la iniciativa, con una debacle de Ángel Gabilondo, puede que muchos busquen responsables, y entonces Iván Redondo, alguien mirado con recelo por muchos socialistas, estará en el punto de mira.

Ayuso: todo o nada

El segundo examen de este martes será el que pasará Isabel Díaz Ayuso por su decisión de adelantar en plena pandemia las elecciones en Madrid, aun cuando en 2023, como establece el Estatuto autonómico, tendrán que celebrarse de nuevo.

Ayuso y Casado.

Ayuso y Casado. David Mudarra.

Las encuestas vaticinan un incremento exponencial del PP, que superará ampliamente el 30% del voto, pudieron gobernar en solitario o con el apoyo de Vox. Pero si por un casual el resultado fuese más ajustado y la izquierda sumase, la apuesta por disolver la Asamblea madrileña habría fracasado y la presidenta, aun con una buena nota en el examen, no podría pasar de curso.

En ese hipotético caso, Ayuso recordaría a Susana Díaz, quien en 2018 adelantó las elecciones para revalidar su presidencia y, por contra, los andaluces mandaron al PSOE, por primera vez en su historia, a la oposición. En el cuartel general de los populares confían en un triunfo histórico, pero el fantasma de una amarga victoria ha llegado a planear en algún momento de la campaña. 

¿Examen final para Iglesias?

En cuanto a Pablo Iglesias, el examen podría ser el último al que se someta. Está en el ambiente la posible dimisión del líder de Podemos la noche electoral o al día siguiente, dependiendo obviamente del resultado.

Iglesias echó el resto: abandonó la vicepresidencia segunda del Gobierno que tantos desvelos le había provocado y por la que tanto luchó; tiró de dedazo para designar como sucesora a Yolanda Díaz (esta por ver que la ahora vicepresidenta tercera acepte); encajó con impostada deportividad el portazo de Íñigo Errejón a una candidatura conjunta; vio cómo los primeros sondeos hacían remontar a Podemos por encima del 5% que obtuvo Isa Serra en 2019, al borde de la desaparición, y prácticamente ahí se acabó lo que se daba.

Iglesias, en un acto de campaña.

Iglesias, en un acto de campaña. EFE

La campaña se le ha hecho muy larga, no despega en las encuestas, su figura se deteriora a pasos agigantados y Más Madrid, por contra, no para de crecer, hasta acercarse mucho al PSOE. Sin él la desaparición de Podemos de la Asamblea madrileña parecía cantada, pero la evolución de los acontecimientos no acreditan que quien ilusionó a buena parte de la sociedad española hace un lustro, logrando cinco millones de votos en las generales 2015, sea ahora un activo político.

Puede que los madrileños le aprueben con un 5 (por ciento) raspado, pero parece un magro consuelo para quien, en otro tiempo, fue de los primeros de la clase.

La robustez de Cs

Inés Arrimadas es de las que mayor temario ha tenido que preparar para el examen y de las que, a pesar de sus esfuerzos, menos posibilidades tiene de obtener el aprobado. Los madrileños juzgarán con su voto su año al frente del partido, pero también la gestión que Ignacio Aguado hizo de la vicepresidencia de la Comunidad de Madrid, siempre en abierto conflicto con Ayuso. Y por supuesto, como en el caso del PSOE, la moción de Murcia que el 10 de marzo lo cambió todo.

La líder naranja ya ha admitido que no supieron explicar ese golpe político para derribar un gobierno del que ellos mismos formaban parte. Pese a todo, ha tirado de uno de sus más aplicados estudiantes, Edmundo Bal, para tratar de evitar una desaparición de la Asamblea de Madrid, allí donde lograron en 2019 nada menos que 26 escaños.

Arrimadas y Bal.

Arrimadas y Bal. EFE

Quedarse fuera supondría un serio aldabonazo, puede que definitivo, a la robustez de Cs como partido de ámbito nacional, más allá de la Cataluña en la que nació hace quince años.

Vox y Más Madrid, dos reválidas

Dos de las formaciones más antagónicas de las seis que casi con toda seguridad (con la duda de Cs) obtendrán representación, Vox y Más Madrid, se enfrentan a sendas reválidas.

En el caso de los de Santiago Abascal, han sido unos comicios donde el liderazgo ascendente de Ayuso en todo el espacio del centroderecha se lo ha puesto más difícil que nunca. Los madrileños evaluarán si la formación derechista -que era extraparlamentaria hasta finales de 2018, cuando irrumpió con gran fuerza en el Parlamento de Andalucía, siendo decisiva además para el cambio en la Junta- llegó a la política española, o no, para quedarse.

Los sondeos hacen indicar que sí, y que incluso Rocío Monasterio podría mejorar, si bien levemente, su resultado de 2019, volviendo además a ser decisiva para la investidura de Ayuso. En su caso, no hay grandes temores a suspender, pero tampoco grandes expectativas de lograr una nota alta.

Mónica García y Errejón.

Mónica García y Errejón. EFE

Y por último Más Madrid y su candidata, Mónica García, sin duda la que, con permiso de Edmundo Bal pero obviamente contra magnitud, más ha crecido en campaña. De ser casi una perfecta desconocida a crecer sin parar en las encuestas a un ritmo que, incluso, permite soñar a los de Errejón con el sorpasso a un PSOE que ha seguido el camino inverso en los sondeos. El aprobado, por tanto, parece garantizado, pero García va para nota.

El proyecto escindido de Podemos hace dos años, entonces con la inestimable colaboración de Manuela Carmena, aspira ahora a asaltar el cielo que se le resistió, a la postre, a Iglesias. Y lo hace tratando de subirse a la ola verde que parece imparable en Europa. Su campaña ha marcado distancias con el estilo de Iglesias y Podemos, tratando de rescatar la ampliación de la base que el errejonismo peleó por imponer en la formación morada.

Las encuestas, por ejemplo, sitúan ya a Los Verdes como el virtual ganador de las elecciones de septiembre en Alemania, las que decidirán el sucesor en la cancillería federal de Angela Merkel, y Errejón cree posible importar el modelo, aun sin ser, nominalmente, un partido ecologista. Un gran resultado en Madrid ayudaría a ello, y dejaría muy tocado a Podemos, su primer competidor.

Pero como ya sucediera con la formación morada, lo que ocurre en la capital, donde Más Madrid es ya el primer partido del Ayuntamiento, no siempre es tan fácilmente extrapolable a una España grande y diversa, donde determinada sensibilidad urbanita/progresista puede que no tenga tanta cabida.

Cuatro exámenes y dos reválidas en solo unas elecciones. Los madrileños, profesores por un día, tienen la palabra.