Josu Ternera, momentos antes de ser detenido este jueves en Francia.

Josu Ternera, momentos antes de ser detenido este jueves en Francia.

España LA CAÍDA DEL JEFE ETARRA

La "chulería" que perdió a 'Josu Ternera', una provocación que motivó a la Guardia Civil

El Instituto Armado cierra un círculo doloroso y le arrebata a ETA parte de su discurso; llegaron al jefe terrorista a través de la pista de un colaborador.

17 mayo, 2019 02:23

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La Guardia Civil no ha dejado de seguir el rastro de José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, en los últimos años. Era una espina pendiente y doliente, que recordaba los tiempos más duros de ETA. Pero hubo algo que les hirió especialmente en el orgullo a los miembros del Servicio de Información del Cuerpo: que el histórico dirigente terrorista leyese el último comunicado de la banda, en el que se ponía fin a su trayectoria. Era la última página que les faltaba a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la banda terrorista aireaba su voz en un momento crítico.

Una "chulería", señalan fuentes próximas a la investigación, que dio el aliento necesario para tocar todas las teclas posibles. La Guardia Civil, en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), tanteó a un amplio abanico de colaboradores próximos al entorno etarra. Bingo. Uno de ellos dio una información sustancial: el centro hospitalario en el que podría estar tratándose el ex jefe de ETA de su enfermedad.

Era una pista destacada, habida cuenta que los informes que manejaban los cuerpos de lucha antiterrorista eran antiguos. Se sabía que Josu Ternera había sido un interlocutor destacado en las negociaciones con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Al otro lado de la mesa se sentaba Jesús Eguiguren, histórico líder del Partido Socialista en Euskadi.

Detenido en Francia el ex dirigente de ETA Josu Ternera

Desde entonces, la información en torno a Ternera era confusa. Sólo una vez se estuvo cerca de detenerlo: en octubre de 2015, la Policía francesa, en colaboración con la Policía Nacional, capturó a su hijo Egoitz Urrutikoetxea.

El 'refugio' de Ternera

¿Y dónde permaneció desde entonces? El ex jefe de ETA ubicó su lugar de residencia en la localidad francesa de Saint Gervais les Bains. Un enclave definido por la actividad deportiva relacionada con la nieve... y por su tremenda proximidad a las fronteras de Suiza e Italia, lo que facilitaba los movimientos del terrorista y dificultaba cualquier investigación policial.

Pero esa ubicación no la ha conocido la Guardia Civil hasta hace muy poco. Los investigadores localizaron a Ternera en el municipio de Sallanches cuando asistía a recibir tratamiento a un centro hospitalario. Tal y como les había informado su colaborador.

La detención se produjo este jueves en el aparcamiento del centro. El histórico dirigente de ETA iba acompañado de otra persona, que fue interrogada y puesta en libertad. Ternera fue trasladado a un hospital para someterlo a una revisión y después a la cárcel: tiene pendiente una sentencia de 8 años de prisión en el país vecino y tendrá que ser juzgado por la Audiencia Nacional por varios crímenes.

17 años huido

Llevaba 17 años huido de la Justicia. En 2002, siendo parlamentario vasco y presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara autonómica, fue citado a declarar por la masacre de la casa cuartel de Zaragoza, en la que murieron 11 personas -seis de ellos, menores-. El dirigente de ETA, entonces en filas de Euskal Herritarrok, nunca se presentó a la cita.

Josu Ternera pone voz al último comunicado de ETA sobre "el final de su trayectoria"

Desde entonces, y especialmente a partir del comunicado en el que la banda anunciaba su disolución, no faltaron quienes exigían la detención del ex jefe de ETA. Su voz era parte del relato que quería sostener la organización criminal: que eran ellos quienes asumían el fin de la violencia por propia iniciativa.

Aquello no fue plato de buen gusto para la Guardia Civil. Los agentes querían demostrar que la banda terrorista decía "adiós" acorralada por los golpes policiales, por la acción de la Justicia, y el arrinconamiento de la sociedad y de la inmensa mayoría de los actores políticos.

Así activaron todos los resortes para dar con Ternera. Querían cerrar el círculo; y lo hicieron con la Operación Infancia Robada, dedicada a los niños asesinados en el acuartelamiento de Zaragoza bajo la dirección del dirigente terrorista. Era, para el Instituto Armado, su última gran deuda pendiente con la sociedad en relación con ETA.