El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.

El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. EFE

España CATALUÑA

Llarena, desprotegido por el Estado: dos ataques a su casa, un escrache, amenazas... ningún detenido

15 noviembre, 2018 03:04

Noticias relacionadas

Pablo Llarena, en el punto de mira del independentismo. El juez del Tribunal Supremo que investiga la implicación de los políticos presos en el órdago secesionista sufre una campaña de acoso de los sectores radicales catalanes. Este miércoles, el portal de su casa amanecía llena de pintura amarilla. Pero en el historial del magistrado se acumulan los desagravios y, por ahora, no ha habido ningún detenido por estos hechos. Con todo, el ministro Fernando Grande-Marlaska insiste en que "no ha fallado ningún protocolo de seguridad".

Ciudadanos ya anunció este miércoles que presentó una denuncia contra Arran y ante la Fiscalía por un delito de odio sobre el juez Llarena. Por su parte, la Asociación Profesional de la Magistratura recordó algunos de los hechos que ocurrieron en la Alemania nazi: "Como las estrellas amarillas con las que se trató de marcar a los judíos, ahora se lanza pintura amarilla para señalar el domicilio de un juez".

El recorrido cronológico arranca en marzo de 2018. "Llarena, feixista!", le pintaron los miembros de Arran, las juventudes de la CUP, frente a la casa que el juez tiene en la localidad gerundense de Das. "Los Países Catalanes serán tu infierno". Desde Arran reivindicaron el ataque a través de su cuenta oficial de Twitter:

No fueron los únicos mensajes dirigidos contra Llarena en la localidad de Das, un pequeño municipio en el que apenas hay censados unos 200 vecinos. Días después de las pintadas frente a su casa, las calles amanecieron cubiertas de carteles contra el juez. De nuevo, la misma acusación: "Feixista". Y un mensaje añadido: "Llarena, aquí no eres bienvenido".

Acción de los CDR en Das, donde el juez Llarena tiene una residencia. No eres bienvenido, decían los carteles.

Acción de los CDR en Das, donde el juez Llarena tiene una residencia. "No eres bienvenido", decían los carteles. Twitter

En esa vorágine de amenazas y ataques también se registraron mensajes inquietantes en redes sociales: "Es necesario difundirlo porque tienen que saber que no podrán ir por la calle a partir de ahora!!!", alertaba una usuaria de Twitter. 

La Fiscalía Superior de Cataluña pidió entonces medidas de protección para Llarena y su familia. También se pidió que se investigase a la usuaria de Twitter, aunque el pasado mes de octubre fue absuelta en el Juzgado Penal número 1 de Reus (Tarragona) al considerar el comentario dentro de la "libertad de expresión". El procedimiento quedó en papel mojado.

Fuentes judiciales consultadas por EL ESPAÑOL indican que los Mossos d'Esquadra también han investigado las pintadas y amenazas que Llarena sufrió durante esos días, pero que no se ha producido ninguna detención.

Escrache y más ataques

Las presiones subieron un peldaño más el pasado mes de julio. Un aviso a través de Twitter ubicó al juez Llarena en un restaurante de Palafrugell (Gerona). Los independentistas se reunieron en torno al establecimiento. Terminó la cena y el magistrado y su mujer sufrieron el escrache de los radicales

Insultos de separatistas contra el juez Llarena en Gerona

Como adelantó EL ESPAÑOL, los mossos investigaron los hechos en un informe que debían remitir a la Fiscalía catalana. Por estos hechos tampoco ha habido ningún detenido.

¿Y la agresión que se ha conocido este miércoles? Dos encapuchados llenaron de pintura amarilla el portal de la vivienda del magistrado en Sant Cugat del Vallés (Barcelona). De nuevo, Arran reivindicaba la acción a través de sus redes sociales y mostraba un vídeo del ataque.

"El pueblo manda, Arran obedece" Redacción | Agencias

Un portavoz de los Mossos d'Esquadra señaló que ya investigan los hechos. Representantes de diferentes partidos políticos -no independentistas- mostraron su apoyo al juez Llarena. Por su parte, el Ministerio de Interior apuntó que revisaría los protocolos de seguridad del magistrado y que nunca existe el riesgo cero.