Imagen de archivo de una planta de reciclaje.

Imagen de archivo de una planta de reciclaje. iStock

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España, cerca de la 'desintoxicación': la UE endurece los límites a los químicos nocivos eternos

Los eurodiputados acordaron este martes poner límites a los contaminantes orgánicos persistentes con el fin de crear un entorno libre de tóxicos.

4 octubre, 2022 18:10

La presencia de los químicos persistentes en los residuos van a endurecerse en el entorno de la Unión Europea. Esto es, al menos, lo que han acordado los europarlamentarios en un pleno celebrado este martes. Se espera que la nueva normativa entre en vigor una vez se adopten formalmente por el Consejo y seis meses después de su publicación en el Diario Oficial de la UE.

Martin Hojsík, eurodiputado de Renew, asegura que el objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente, así como garantizar una economía verdaderamente circular, libre de productos químicos tóxicos. "Hemos demostrado compromiso con la implementación del Convenio de Estocolmo, que es claro: la única forma de lidiar con los COP, uno de los productos químicos más peligrosos que conocemos, es trabajar para eliminarlos”, señala el experto.

Según lo acordado, el valor límite se endurece para químicos como los PFOA que se encuentran, por ejemplo, en textiles impermeables o en espumas contra incendios. También para otros como los bromados, dioxinas o furanos.

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Hay que tener en cuenta que aunque los COP generalmente no están presentes en los productos nuevos, aún se pueden encontrar en los desechos y representan una amenaza.

“Después de haberlas prohibido, siguen apareciendo en el agua, en los juguetes de nuestros hijos o en la leche materna”, reconocía Hojsík en el informe que planteaba los nuevos límites de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) que pretende aplicar la Unión Europea.

Estas sustancias se encuentran entre los productos químicos más peligrosos del mundo y están vinculados a efectos irreversibles en la salud pública y el medioambiente. Como aseguró Hojsík en la anterior sesión plenaria del Parlamento Europeo celebrada el pasado mes de mayo, lo más preocupante es que “la contaminación química ha superado los límites que la humanidad puede soportar”.

Por este motivo, la UE lleva meses trabajando en una nueva propuesta legislativa que modifique parte del Reglamento 2019/1021 sobre contaminantes orgánicos persistentes. Principalmente, en lo relativo a la lista de sustancias prohibidas y a la gestión de los residuos.

Urge asumir unos límites más estrictos y así se ha acordado en la sesión plenaria del Parlamento Europeo que ha tenido lugar este martes. Estos contaminantes viajan por todo el mundo, y muy lejos de su fuente emisora. Llegan al ártico, a los desiertos, y están en nuestra cadena alimentaria. Se cuelan en todos los rincones de nuestra vida cotidiana y, como aseguró Hojsík, “no desaparecen nunca”.

Los eurodiputados mencionaron esta propuesta como una necesidad que ya venía marcando el Convenio de Estocolmo, una norma internacional que entró en vigor en el año 2004. En ella se regulaba el tratamiento internacional de las sustancias tóxicas.

Hay que recordar que existe un comercio internacional de residuos, y que hay países pocos desarrollados a los que pueden llegar grandes cantidades de sustancias tóxicas y en los que, además, el reciclado puede no ser el adecuado.

María Arena, eurodiputada del partido socialista belga, aseguró en su día que estos COP acaban contaminando otros muchos lugares lejos de donde se han emitido. En su turno de palabra, recordó, además, que detrás de estas sustancias se esconden “peligrosas sustancias cancerígenas y otras que perturban nuestro sistema endocrino” que hay que eliminar.

En este sentido, los eurodiputados han acordado una mayor armonización con los objetivos del Pacto Verde Europeo y, muy en particular, con el logro de un medioambiente sin sustancias tóxicas y una economía verdaderamente circular. La eliminación total e inmediata en el corto plazo no es realista, pero sí un endurecimiento de los límites permitidos.

Las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), por ejemplo, son uno de los contaminantes citados. Se pueden encontrar en la ropa, en envoltorios de comida rápida o en utensilios de cocina, entre otros. Y aunque llegar a establecer un límite mayor puede tener un impacto en la industria, esto ya está previsto por la Comisión, que ha calificado de “viable” lo propuesto en el informe presentado ayer ante el Parlamento Europeo.

Reciclaje de productos con sustancias nocivas.

Reciclaje de productos con sustancias nocivas. iStock

Hace falta más ambición

Para los europarlamentarios, la Comisión podría haber ido más allá en su propuesta de endurecer los límites a los contaminantes. Creen que es necesaria una mayor ambición para poder lograr la meta de contaminación cero de un entorno libre de sustancias tóxicas. 

Un objetivo que solo será posible aumentando el reciclado, así como reduciendo las emisiones de gases o desarrollando ciclos de materiales no tóxicos para que las sustancias prohibidas no vuelvan a reintroducirse en el mercado de la Unión. Peticiones que se amparan, entre otros, bajo el paraguas del principio de precaución recogido en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

Hosjík aseguró en la reunión celebrada en mayo ante los europarlamentarios que “la Comisión ha decidido optar por el medio camino en lugar de lo máximo”. Insiste en que “la salud humana es lo más importante”, y, por ello, los grupos políticos en el Parlamento Europeo piden “más ambición”, porque “tenemos la necesidad de conseguir eliminar las sustancias químicas”.

Por su parte, Vera Jaurova, vicepresidenta de la Comisión Europea, reconoció estar de acuerdo en que hay que reducir grandes cantidades de los contaminantes, pero subraya que la propuesta marca “unos límites ambiciosos”, más de lo que ya existía. “Necesitamos contar con una base que permita que los órganos de reciclado y otros operadores puedan mejorar”, aseguró Jaurova.

No es la primera vez que este asunto se trata en la Cámara. En 2015, se dio a conocer la primera de las resoluciones que hablaba de avanzar hacia una economía circular en la que el reciclado no podía justificar la perpetuidad del uso de sustancias peligrosas. Desde entonces, se han sucedido hasta tres resoluciones más en este sentido, con atención a acuerdos como el Pacto Verde Europeo o el Plan de acción para la economía circular.

La iniciativa relativa al endurecimiento de los límites a los COP se recibió ya con mucha aceptación. Organizaciones ecologistas como la Oficina Europea del Medioambiente han asegurado en anteriores ocasiones que propuestas como esta suponen un paso adelante hacia una “gran desintoxicación”, porque la medida podría tener consecuencias sobre miles de productos.

La postura de los eurodiputados sobre la normativa -con 534 votos a favor, 25 en contra y 66 abstenciones- aboga por adoptar nuevas normas sobre estos contaminantes persistentes y la gestión de los residuos que los contienen.

De acuerdo a lo expuesto por el Parlamento, los materiales que contengan niveles demasiado altos de COP deben destruirse o incinerarse y no pueden reciclarse. En definitiva, lo acordado por el Parlamento sitúa a la Unión un paso más cerca de la desintoxicación de sustancias nocivas y permanentes.