Un montón de biomasa recogida de una playa de Santiago de la Ribera, en el Mar Menor, y al fondo, un grupo de operarios limpiando la laguna.

Un montón de biomasa recogida de una playa de Santiago de la Ribera, en el Mar Menor, y al fondo, un grupo de operarios limpiando la laguna. J. I. M.

Historias

El Gobierno de Murcia estudia reutilizar la biomasa extraída del Mar Menor como abono para champiñones

El consejero de Medio Ambiente afirma que la Dirección General del Mar Menor "ya ha realizado ensayos" con el proyecto 'Algarikon'. En lo que va de año, se han retirado 2.200 toneladas de biomasa.

Más información: De 'ahogar' al Mar Menor a alimentar setas: este es el proyecto murciano que convierte las algas en abono.

Santiago de la Ribera
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En torno a cien personas se turnan para trabajar cada día —los 365 días del año— para retirar la biomasa de la orilla del Mar Menor. Este nutrido grupo de operarios se reparten las tareas para sacar capazo tras capazo centenares de toneladas cada mes con el objetivo de tener limpia la orilla de la laguna salada. En todo 2024, según el consejero de Medio Ambiente de la Región de Murcia, Juan María Vázquez, "se extrajeron 6.000 toneladas de biomasa". Ahora, el Ejecutivo autonómico busca un destino para generar una "economía circular" con estos residuos.

Uno de los proyectos que está sonando como más fuerza es Algarikon, una iniciativa que busca convertir esa biomasa en un abono para champiñones. El consejero ha confirmado este martes que la Dirección General del Mar Menor "ya ha realizado ensayos" para estudiar su viabilidad, y lo ha hecho en una visita a la playa de Santiago de la Ribera, para comprobar cómo trabajan los operarios en la retirada de estas algas.

"El proyecto Algarikon consiste en utilizar el sustrato para el cultivo de champiñones, y de todos los sustratos que han ensayado, la biomasa del Mar Menor es la más eficiente", afirma el consejero, que asegura que la Dirección General del Mar Menor "está evaluando este concepto de economía circular para que a estos residuos se les pueda dar un uso".

Dos equipos de operarios retiran biomasa de una playa del Mar Menor en Santiago de la Ribera.

EL ESPAÑOL fue el primer medio de comunicación en elaborar un reportaje —que fue premiado por la Asociación de Aguas Minerales de España— acompañando sobre el terreno a su creadora, la bióloga Cristina Soler. Tal y como expone esta reputada científica, su funcionamiento es sencillo: "Las setas se comen las algas como si fuesen chocolate".

Y en el Mar Menor, los champiñones encontrarían toda una fábrica de dulces. En lo que va de año, tal y como explica el consejero de Medio Ambiente, los operarios han retirado "unas 2.200 toneladas, 300 más que los primeros cuatro meses de 2024". Esto, según Vázquez, se debe a dos razones: "La primera es un aumento en la plantilla de las brigadas de limpieza".

"La segunda causa son las intensas lluvias que han caído sobre la comarca del Campo de Cartagena en los primeros meses del año". Estas precipitaciones llegaron a arrojar picos de "hasta 6.000 litros por segundo de agua que entraban a la laguna desde la Rambla del Albujón. Esto también significó el arrastre de muchas cañas tanto a través de esta rambla como de otras". Según el titular autonómico de Medio Ambiente, "si excluyéramos este incremento de biomasa, los datos serán muy parecidos a los del año pasado al final del año".

Estos datos, a su juicio, "muestran un descenso de la biomasa recogida desde que comenzaron las labores de retirada. En 2022 se extrajeron entre 28 y 29.000 toneladas; en 2023, unas 9.000; y en 2024, unas 6.000". Esta disminución "se debe a esa acción permanente y diaria de retirada, que repercute en la mejora de la calidad ambiental y del baño".

El consejero de Medio Ambiente de la Región de Murcia, Juan María Vázquez (d); el alclade de San Javier, José Miguel Luengo; y el director general del Mar Menor, Víctor Serrano (i), asisten a una jornada de recogida de biomasa en la laguna salada.

El consejero de Medio Ambiente de la Región de Murcia, Juan María Vázquez (d); el alclade de San Javier, José Miguel Luengo; y el director general del Mar Menor, Víctor Serrano (i), asisten a una jornada de recogida de biomasa en la laguna salada. J. I. M.

Esta labor se puede ver a simple vista desde la orilla. A día de hoy, en el Mar Menor es habitual encontrarse sobre la arena pequeños montones de algas, como castillitos de arena, separados varias decenas de metros unos de otros. Y no lejos de estos, un grupo de operarios van volcando estos montones en un dumper.

Mientras unos trabajan desde la orilla, a otros les toca mojarse hasta las rodillas a algo menos de 100 metros mar adentro respecto de la línea de playa —dependiendo de la playa—, con una profundidad aproximada de medio metro. Estos se ayudan de una especie de flotador sobre el que van amontonando las algas, que después verterán en el interior del dumper. Esta labor se repite en todas las playas del Mar Menor.

Para extraer esas algas utilizan tridentes, haciendo de este trabajo una labor muy manual. Pero este sistema, según el titular de Medio Ambiente, garantiza que "no se daña a la laguna". Vázquez recuerda que esta actividad es "fundamental" porque esta biomasa, si no se retira, "consume oxígeno y genera cienos. Además, con su retirada también se extraen nutrientes como nitratos y fosfatos", ambos, la kryptonita de un Mar Menor saludable.

Un grupo de limpiadores retira biomasa del Mar Menor, en Santiago de la Ribera.

Un grupo de limpiadores retira biomasa del Mar Menor, en Santiago de la Ribera. J. I. M.

"El servicio de recogida de biomasa tiene un coste anual de unos 7,5 millones de euros. El año pasado se encargaba de llevarlo a cabo una empresa pública, pero este año ya tenemos una licitación asegurada para los próximos dos años, que es prorrogable. Estamos tranquilos porque este servicio va a estar asegurado para los próximos años", ha concluido el consejero en su visita a la playa de Santiago de la Ribera, en la que ha estado acompañado por el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, entre otras autoridades.