La organización agraria Asaja ha advertido que el olivar de Cuenca, afectado por las tormentas de granizo del pasado fin de semana y los daños de la borrasca Filomena el pasado mes de enero, tardará más de una década en recuperar su productividad habitual.

Así lo ha expuesto en una rueda de prensa, este viernes, el secretario general técnico de la organización agraria, Manuel Torrero, quien ha reclamado medidas específicas para compensar estos daños, dado que el borrador de la orden ayudas de la Junta no tiene en cuenta las características especiales del olivar del territorio conquense.

Según Torrero, la falta de rentabilidad puede provocar el abandono de miles de árboles en la provincia, con características agronómicas diferentes al olivar de Toledo o Ciudad Real.

30.000 hectáreas afectadas por las tormentas

Asimismo, Asaja ha cifrado en 30.000 las hectáreas afectadas por las tormentas de este mes de junio, que han dañado sobre todo cultivos herbáceos, viña y ajo.

En concreto, el número total de hectáreas afectadas de herbáceos suma 22.000 hectáreas, el viñedo tiene daños en unas 3.500 hectáreas y el ajo en 3.000 hectáreas, según sus cálculos.

Una de las tormentas que más daños causó fue la del 19 de junio en la zona del Vale de Altomira, con más de 2.500 hectáreas de cereal y girasol afectadas, en muchos casos en un 90 por ciento.