Si un debate electoral como el que se ha visto en la noche de este lunes en Castilla-La Mancha Media, la televisión autonómica, moviera un sólo voto, que personalmente no lo creo, tal vez dos únicos candidatos hubieran sido capaces de impactar un poco a los ciudadanos y provocar algún cambio en la papeleta final que llega a las urnas: Carmen Picazo, la candidata de Ciudadanos y única mujer que se presenta en esta carrera presidencial, y David Moreno, el candidato de Vox que, pese a ser el más inexperto, superó una primera intervención más inquieta y fue creciendo en su discurso de una forma tranquila y correcta que tal vez pudo sorprender a los telespectadores. Los demás, el socialista Emiliano García-Page, el popular Paco Núñez, y el podemita José Luis García Gascón, cumplieron correctamente el debate casi en plano-secuencia, y no se salieron de su guion, que es el de su campaña y sus habituales consignas. Había que cumplir el trámite y pasar esta noche de fiebre, probablemente sin nada que ganar ni perder. Yo he venido aquí a hablar de mi libro. Gascón empezó bien, pero pronto se le vieron las costuras y lo iba leyendo casi todo, citando las bondades del Gobierno de Pedro Sánchez y sus admiradas Ione Belarra y Yolanda Díaz. Pasión previsible y de argumentario, aunque el debate lo llevaba currado.

Picazo entró en el debate la primera y a fondo. Se nota la urgencia del abismo y la desesperación demoscópica, sin expectativa ninguna de conseguir escaño, y fue desde el principio a por todo con intención y punzada. Apuesta fuerte que algo queda. La candidata naranja, que iba de rojo, golpeó nada más empezar al presidente de la Junta y candidato del PSOE, García-Page, apelando de forma sugerida y discreta a alguna polémica de tono machista que ha provocado, y en ese pequeño pantano quiso Carmen Picazo arrancar su discurso para dirigirse a Page con fuerza y al grano. Calificó como "peor que pésima" la gestión socialista en Castilla-La Mancha, atizó las opciones de "susto o muerte" que se presentan el 28 de mayo, es decir, Page o el PP con Vox, y se fue directa a defender su opción de partido naranja frente a las "dos caras de la misma moneda" que, a su juicio, son PSOE y PP. Sus intervenciones fueron todas buenas, especialmente en la primera parte, y estuvo fuerte y segura, con Page en la diana y un poco también, pero menos, un Paco Núñez, impulsivo como siempre, al que sólo le interesaba contestar a Page y no entrar en polémicas con ningún otro rival. La batalla de Núñez el 28-M está contra Page y nadie más y ahí apuntó toda la noche. Al presidente socialista, sin embargo, le costaba contestar a Núñez, como queriendo ningunearle, pero sin poder quitárselo tampoco de encima.

Así que Picazo fue de entrada lo más llamativo, aunque la segunda sorpresa llegó del candidato de Vox, que también iba preparado al debate, mostró carteles con datos y enseñó un discurso bien diferenciado del que llevaba Núñez, serio aspirante a la Presidencia castellano-manchega. Moreno, a ratos leyendo, planteó el gobierno de Castilla y León como ejemplo y alternativa válida para Castilla-La Mancha, lanzando una y otra punzadas a un Page que, en realidad, era la diana de todos, y así lo entendió el propio presidente y gran rival a batir haciéndose reiteradamente la víctima, algunas veces con éxito y buenos datos extraídos de su gestión. El candidato de Vox los desmontó con fuerza, atizó fuerte pero con buen tono y una moderación que probablemente fue bien valorada. A David Moreno ya le colocó el propio Page, si las cuentas salen en la noche electoral, como el "vicepresidente" de Paco Núñez, aunque ni siquiera intentando meter miedo con ello, ese coco de la izquierda que es el hipotético pacto del PP con Vox sobre el que el presidente de la Junta no se cebó. O no lo parecía. El presidente quiso jugar toda la noche a serlo y tiró de paciencia y moderación para enseñarle a la gente que él está en otro contexto. Era la baza elegida para esta noche.

Apuntados ya Picazo y Moreno, el resto del debate pareció un poco de trámite. Sólo tuvo algo de chispa el primer bloque general y en algún otro momento ocasional, pero fue una noche en calma. Tranquila, sin brillo, con poca chicha mediática, sin zascas memorables y con una pegada suave. Bostezante a ratos. Faltó ironía, humor y un poco de rompiente. Un zas que te doy. Debate de cada uno a lo suyo y con un fuerte aderezo de María Dolores de Cospedal, a la que no se cansaron de citar, y llevan ya ocho años, tanto el PSOE como Podemos, en este caso Page, especialmente reiterativo, y José Luis García Gascón, el candidato de Unidas Podemos que, por cierto, fue director general del propio Page en su primera legislatura y ahora le ataca con fuerza y con todos los tópicos y lugares comunes que llevaba bien escritos y teorizados, incluido un botellín de agua del Tajo que probablemente no se atrevió a probar. Page se defendió bien, en tono presidencial y apelando a sus dos grandes valores que ha querido mostrar a lo largo de la campaña: moderación y estabilidad. Y a partir de ahí hizo todo el programa televisivo en tono pausado, tranquilo, marcando buen carácter y un perfil nada punzante. Recibía el presidente y candidato socialista los ataques de todos como si la cosa no fuera con él, y se mantuvo todo el rato a lo suyo, respondiendo "sin acritú" y haciendo un ejercicio de estoicismo persistente y llamativo. Que lleve ocho años hablando (mal) de Cospedal ya se ha convertido en un automatismo recurrente y vacío carente a estas alturas de todo significado. ¿Alguien le va a dar un voto por eso?

Paco Núñez, por su parte, sabedor de sus posibilidades de convertirse en nuevo presidente y con encuestas que le dan muchas expectativas, tiene un discurso muy marcado en el tono y los contenidos y aprieta una y otra vez el guion, machacando en el mismo clavo de las debilidades de Page con todas las fuerzas que puede y lanzando su "programa de gobierno" con varios cientos de medidas con las que está recorriendo la región y que llevó muy bien aprendido al debate. Estuvo el candidato del PP tan intenso e impulsivo como siempre le marca el carácter. Un torrente, aunque yo diría que menos apasionado, como en un ejercicio de contención. Y, frente a la sombra de Cospedal de Page, pegó todo lo que pudo con Sánchez y Bildu, erre que erre, que por ahí el PP sí rasca bola, o así lo creen. El 28 de mayo será la gran selectividad de Page y Núñez, los dos únicos candidatos que pueden salir presidentes de la noche electoral y que lógicamente fueron los más institucionales y comedidos, los que más se jugaban y anduvieron con más cuidado, aunque también se golpearon a ratos. Fue el gran duelo de la noche, claro. Por cierto, enhorabuena: un gran trabajo de Sonia Trigueros y Óscar García, los dos presentadores que han moderado la noche. Un lujo.

La noche electoral del 28-M va a ser apasionante. ¿Qué quien ha ganado el debate? Voten y vean.