Qué tardones. El Partido Popular anda ronroneando y todavía no ha hecho públicos sus candidatos a las principales alcaldías de Castilla-La Mancha en las municipales de mayo. Perezosear es la palabra, otros lo llaman estrategia. Paco Núñez, el presidente regional del PP, presentó sus propuestas a Génova y ahora el equipo de Alberto Núñez Feijóo es el que tiene la decisión final. Y tarda y tarda. Cualquier día va a saltar la liebre, hoy, mañana o yo qué sé, y la expectación es alta: sobre todo porque, al no gobernar los populares en ninguna de estas grandes plazas, crece el interés por conocer los nombres que se enfrentarán a los alcaldes y alcaldesas actuales. Y que en algunos casos pueden ganarles, claro.

Pero a falta de pan, buenas son tortas. Y yo voy a hacer la mía en forma de quiniela, por supuesto con la intención de no acertar ni una. Puro cotilleo de lo que se mueve en el ambiente. Empezamos por Toledo, la capital regional. ¿Quién será el rival que se enfrentará a la alcaldesa socialista, Milagros Tolón? El nombramiento anda complicado y lo han dado muchas vueltas, pero yo me inclino al final por el presidente provincial del PP y exalcalde de Seseña Carlos Velázquez, tal vez a su pesar, no estoy segura. Dicen que es el candidato favorito de Paco Núñez para asumir una responsabilidad que, según varias encuestas, terminará en derrota para los populares. A lo mejor, lo de Núñez, tal vez por eso mismo, pero no me hagan mucho caso que me estoy haciendo un lío. O sea, mi apuesta es que el duelo de Zocodover lo librará Tolón con Charli, como le llaman los amigos. Un paseo complicado.

Segunda teoría, Albacete. El alcalde socialista, Emilio Sáez, se verá las caras con el exalcalde Manolo Serrano, que perdió por poco la Alcaldía en 2019 y quiere una segunda oportunidad que tal vez sea buena. Las encuestas lo dejan todo en el aire, con inclinación final hacia cualquiera de ambos lados. Ya no estará Ciudadanos, que salvó entonces la vida al PSOE, y ahora sí estará Vox, y eso juega a favor de mi tesis de que Serrano vuelve, y con ganas. Génova lo está pensando. En Ciudad Real anda el partido también medio empatado, pero yo apuesto porque se va a resolver en el tiempo de descuento entre la candidata socialista y exalcaldesa Pilar Zamora y el aspirante popular Paco Cañizares, que está apretando fuerte y es la cara más visible del PP en la capital manchega. La actual alcaldesa, Eva María Masías, de Ciudadanos, probablemente finiquitará en este lance su carrera política, y mira que lo siento porque me cae bien y está removiendo sus cositas en la ciudad.

Vamos, entonces, a Cuenca y Guadalajara, donde me siento más perdida. Más aún. El runrún conquense anda por el exalcalde Francisco Javier Pulido, que podría ser la apuesta de regreso del PP para enfrentarse al alcalde socialista, Darío Dolz, con pronósticos inciertos para ambos. Lo de Pulido es una apuesta que yo hago a voleo, pero que tiene su aquel. Si se confirma sería el segundo exalcalde que vuelve a la escaramuza política municipal, pero no el último: Antonio Román, exalcalde de Guadalajara, también podría meterse en la refriega para combatir al alcalde socialista, Alberto Rojo, y aquí mi apuesta es completamente arriesgada. Termino con Talavera: el rival de la alcaldesa socialista, Tita García, será José Julián Gregorio, que se va a meter en un jardín imbatible. Ya verán como no acierto ni la mitad de la mitad, pero ahí quedan estas perlitas especulativas que andan circulando.

Y un par de apuntes de la actualidad de estos días. Dimite de todo Adolfo Suárez Illana, que comenzó su carrera política en Castilla-La Mancha en 2003 y la acaba veinte años después en la indiferencia. Buscaba un imposible pero le faltó la materia prima esencial. Le deseo lo mejor, ahora y siempre, en su vida y su trabajo. Pero el notición de ayer en Castilla-La Mancha fue el regalazo que Pedro Sánchez le hizo a Emiliano García-Page con los caudales ecológicos del Tajo. “Día histórico”, dijo el presidente de Castilla-La Mancha. Uff, qué letras más grandes. Yo no lo tengo tan claro, pero me escaman dos cosas. La primera, tanta generosidad de Sánchez con su principal díscolo en el PSOE y el que más le lleva la contraria. Y la segunda, que el Tajo, pese al presunto avance conseguido, va a seguir siendo manoseado al menos hasta las elecciones de mayo. Por unos y por otros. Eso es seguro. En fin.