Toledo vivirá este fin de semana un hecho reivindicativo y musical sin precedentes en la historia de la "lucha" de los toledanos en la defensa del río Tajo. Decimos lucha entre comillas porque hasta ahora no ha habido otra cosa que manifestaciones testimoniales con escaso eco en los medios de comunicación y sin ningún tipo de efecto que haya permitido la mejora de la calidad de las aguas y la subida del cauce.

El festival Música por el Tajo, que durante tres días ocupará las riberas del río con actividades para niños y mayores, conciertos y ofertas gastronómicas, puede que tampoco vaya a cambiar el curso de las cosas en relación con el maltratado Tajo a su paso por la capital castellano-manchega, pero sí será un sonoro toque de atención a las autoridades locales, regionales y nacionales y una llamada a la conciencia ciudadana para que dejemos de ponernos de perfil ante un problema tan grave como este.

Reivindicación, fiesta y divulgación irán de la mano estos tres días gracias a esta magnífica convocatoria impulsada por la Real Fundación Toledo, que con tanto acierto dirige Eduardo Sánchez Butragueño bajo la presidencia de Xandra Falcó y la presidencia de Honor de Gregorio Marañón. Denunciar los problemas y aportar soluciones a esta ciudad Patrimonio de la Humanidad es una de las premisas que sostienen y justifican el trabajo de la Fundación, y no cabe duda de que uno de sus más graves problemas es el estado deplorable de su río.

Es muy de agradecer la respuesta espectacular que ha obtenido Música por el Tajo al haberse sumado medio centenar de grupos musicales y solistas que se identifican con el planteamiento de los convocantes, así como entidades públicas y empresas privadas que estarán presentes en este evento que va a tener lugar justo en el momento en el que se cumplen 50 años de la prohibición del baño en las aguas del río en Toledo. Es el mejor ejemplo de cómo en tan solo cinco décadas las aguas han pasado de ser aptas para el baño a estar prácticamente corrompidas. Y no es culpa del Trasvase Tajo-Segura, o al menos no en su totalidad. El trasvase influye en el descenso del caudal, pero la contaminación, el amonio, los fosfatos, los aceites, la basura, la falta de oxígeno y toda la porquería que arrastra el Tajo procede principalmente de los vertidos de Madrid al Jarama y de las empresas y ayuntamientos que no depuran de forma adecuada los residuos que vierten al río.

Por todo ello, la voz que se va a alzar durante todo este fin de semana en Toledo en defensa del Tajo debe ser escuchada principalmente en Madrid, en el gobierno municipal y en el de la Comunidad. Y también en el gobierno nacional. Entre todos deben poner los medios para devolvernos el antiguo río Tajo y la calidad de sus aguas. Para lograrlo es imprescindible la participación masiva de los toledanos y de todos los pueblos ribereños en actos como el de Música por el Tajo, que dará la nota reivindicativa durante todo el fin de semana en Toledo.

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