Rafael Álvarez El Brujo y Valerio Rocco

Rafael Álvarez El Brujo y Valerio Rocco

Jardines colgantes

¿Cuál es la forma de arte más elevada?

Los creadores son los que prueban lo que funciona y lo que no. Lo mejor, los personajes secundarios. Lo peor, el ego. Mientras, dejemos que nos aúlle el subconsciente y recuperemos la ironía y la introspección

13 febrero, 2023 02:22

Cada artista, como es de esperar, piensa que el suyo. “El cine es mi religión –dice M. Night Shyamalan a Fernando Muñoz (ABC)–. Es la forma más elevada de arte y nadie me va a convencer de lo contrario”. Por su parte, el novelista Miguel Ángel Hernández sostiene que “la literatura resulta más transformadora que el arte que está en los museos”. “El alcance de la literatura desborda el ámbito de su propia crítica, mientras que el arte contemporáneo queda en el círculo de los iniciados –explica a Enrique Rey (Mercurio)–. Tal vez porque el arte tiene un lugar mientras que la literatura es deslocalizada: te llevas un libro a casa, pero no puedes llevarte una obra. (...) La literatura tiene un potencial mayor por su lógica económica”.

Rafael Álvarez ‘El Brujo’ es de los que cree que “los escritores, los pintores, los actores, nos basamos en probar lo que funciona y lo que no funciona”. Está convencido de que “el arte es una ciencia”. Por otra parte, el actor y dramaturgo reivindica los clásicos, porque “tienen la sabiduría de la antigüedad, que está sepultada bajo los escombros de la modernidad”. ‘El Brujo’ explica a Pilar González Ruiz (El Diario Montañés) que “los clásicos antiguos conservan esa intuición por la sabiduría que nos falta en la civilización moderna”.

Otro actor, Eduard Fernández, se pronuncia sobre su profesión. “Me hacen mucha gracia esos actores que dicen que están poseídos y no son su personaje –dice a Pablo R. Roces (El Mundo)–. Si tú lloras haciendo un personaje y analizamos la lágrima, esa lágrima va a ser tuya”. Considera que “esta profesión tiene algo muy chungo que es el ego, que es el cáncer de nuestra sociedad y nos afecta a todos”, y, por eso, se declara “muy contento de no ser famoso”.

Rafael Álvarez ‘El Brujo’: “La sabiduría de la antigüedad está sepultada bajo los escombros de la modernidad”

Elvira Mínguez, ahora también novelista, confiesa a Sonia Fides (El Asombrario) que “si algo he aprendido en todos mis años en la interpretación es que quienes cuentan la historia son los personajes secundarios. Todos somos con relación a alguien”. La actriz manifiesta estar “un poco cansada” de que “solo se atribuyan a personajes masculinos” las características de la maldad. “Las mujeres tenemos capacidad para ser unas auténticas hijas de su madre, egoístas, manipuladoras (...) ¿Cómo vamos a avanzar si no nos reconocemos también en lo malo?”.

A propósito de mujeres, Ottessa Moshfegh aduce: “No me pagan extra por escribir un personaje feminista”. La novelista estadounidense es de las que cree que “el arte no tiene moral, no debe ser usado nunca con propósitos morales ni políticos”. “Es la principal diferencia entre la literatura y la propaganda –explica a Luis Pablo Beauregard (El País)– (...) Creo que los novelistas que quieren una responsabilidad política deberían llamarse a sí mismos activistas literarios (...) Me niego a decirle a nadie lo que debe pensar”. Y, a propósito de la maldad, concluye: “si alguien me preguntara qué representa mejor el mal, diría que internet”.

Internet y las redes están en el centro de la conversación. Antonio Arias, líder y vocalista de Lagartija Nick, proclama que “el subconsciente nos aúlla”. “Esa introspección necesaria para conocernos mejor se está alejando –cuenta a Álvaro Macías (20minutos)–, porque realmente parece que nos dominan desde fuera, que hacemos lo que nos piden las redes”.

Valerio Rocco Lozano: “Hay una mirada muy importante que estamos descuidando, la mirada interior”

El actor, humorista, cantante y dibujante Carlos Areces concede que “las redes habrán traído alguna cosa buena, pero no sé cuál”. “Si algo han conseguido –dice a Bárbara Ayuso (Jot Down)– es acabar con una figura literaria que veníamos trabajando desde muchos siglos atrás: la ironía. La ironía ha desaparecido (...) Si tú has dicho la mayor burrada simplemente como un exabrupto cómico, da igual. La gente lo va a leer en serio.”

El director del Círculo de Bellas Artes, Valerio Rocco Lozano, también se muestra crítico con las redes. “Hay que educar la mirada exterior, formar el criterio, que viene del verbo krinein, que en griego es juzgar, elegir, es decir, no tragarnos todo lo que vemos en Twitter y Facebook –explica a Braulio Ortiz (Diario de Sevilla)–. Pero hay también otra mirada muy importante que estamos descuidando, y que es la mirada interior. Yo defiendo ese aburrimiento que surge de la privación de imágenes exteriores, pero que nos facilita una introspección que estamos perdiendo”.

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