Luis Miñarro Adolfo MorenoNEW

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DarDos

¿Qué aporta el doblaje al cine?

¿Es el doblaje una agresión o un plus para el cine? La globalización y las nuevas posibilidades de exhibición ante las plataformas digitales resucitan la polémica. Tercian en ella Adolfo Moreno, de Adoma, y el director Luis Miñarro, a punto de estrenar 'Love Me Not'

15 julio, 2019 03:16
Luis Miñarro
Director y productor de cine

Versión original, diversidad y riqueza

Vamos a empezar por algo que me es cercano. En mi nueva película Love Me Not, incluida en la programación de Filmadrid, se responde de alguna manera a la pregunta que se nos formula. Ya en el principio se argumenta si Babel fue necesariamente una maldición. La película está hablada en catalán, castellano, inglés y dos frases en francés y una en sueco.

Desde la Biblia se nos explica que las lenguas han servido para confundir a las personas en este planeta. Pero, en definitiva, las lenguas forman parte precisamente de la diversidad y de su riqueza. Si una de las cuestiones que se enfatiza hoy en día es el respeto a la diversidad y la responsabilidad de que se mantengan las especies, ¿cómo no va a ser necesario que se respeten las diferentes culturas e idiomas que las sociedades han generado?

"La globalización está fomentando la proximidad de las culturas. doblar películas es algo innecesario. Es una transgresión al idioma, al énfasis y a la cadencia de la voz de los intérpretes."

Cuando nos sentamos en cualquier cafetería, podemos oír varios idiomas que se cruzan a la vez. La globalización está fomentando el que cada vez las diferentes culturas estén más próximas. Y este es un asunto a defender. Consiguientemente, doblar las películas es algo innecesario. Es una transgresión al idioma, al énfasis y a la cadencia de la voz de los intérpretes. Cuanto más habituados estén los espectadores a escuchar otros idiomas, más se facilitará y fomentará su interés por conocerlos.

En esa gran contradicción que es la Biblia se dice que el "verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". Por tanto hemos de aceptar la "palabra" (el verbo) desde su concepción original. Porque todo sonido también cuenta. Ahí tenemos el ejemplo del sánscrito, los mantras y otros elementos del lenguaje curativo que han desarrollado diversas civilizaciones y cuyo impacto en la mente es significativo. Los idiomas, el lenguaje, los sonidos, al igual que la música, conforman nuestra estructura mental y si no, ahí está Bach para demostrárnoslo.

El doblaje ha sido en muchas ocasiones elemento grato a la censura. Ha servido para modificar conceptos o evitar interpretaciones. Curiosamente, los países en los que las películas no se han doblado, son las sociedades en las que la población practica idiomas con mayor naturalidad. Este es el caso de Holanda o Portugal, sin ir más lejos.

Es cierto que hoy en día el cine ya no forma parte de la centralidad en el consumo cultural. Por lo tanto, el tema del no doblaje, tendría que extenderse a las televisiones y a otras plataformas. Tal vez sería conveniente que las cadenas en abierto emitieran versiones originales, aunque en algunos casos ya es así. Recuerdo que hace pocos años la ministra francesa de cultura comentó que a mejor acceso a la cultura de los franceses, más competitivos serían en el mundo. Esta idea podrá parecer elemental pero marca la diferencia con respecto a otros servidores públicos que parecen fomentar lo contrario: cuanto más estúpidos sean sus gobernados, mejor.

Adolfo Moreno
Presidente de Adoma (Sindicato de Artistas de Doblaje de Madrid)

Si no existiese, habría que inventarlo

Afortunadamente, creo que el debate versión subtitulada/versión doblada está más que superado gracias a las nuevas tecnologías. En la actualidad, es difícil que uno no pueda ver su serie o película favorita en versión original, doblada a varios idiomas e, incluso, subtitulada en chino mandarín…

Reconozco que nunca entendí, ni compartí, el debate. La mejor manera de ver una película es en su versión original, no hay duda. Igual que leer un libro, siempre será mejor en el idioma original. Pero como no dominamos todas las lenguas, recurrimos a la traducción. El mundo audiovisual tiene la inmensa suerte de poder ofrecer dos tipos
de traducciones: los subtítulos y el doblaje. Cada una con sus ventajas y con sus inconvenientes, pero las dos "pervierten" la obra original. A partir de ahí, sólo hay gustos y preferencias, nada más.

Debo de ser un bicho raro porque soy capaz de disfrutar de las dos versiones. Las razones para elegir una u otra dependen del lugar, del dispositivo, de la compañía, de la película o serie, de mi estado de ánimo…. Pero hay veces que parece una decisión tan drástica y definitiva como la elección de un equipo de fútbol. Si opto por la versión subtitulada tengo que renegar del doblaje y viceversa. No lo entiendo.

"El doblaje genera un importante valor añadido a la obra audiovisual. Así de sencillo. Además, es un maravilloso vehículo para el buen uso del idioma y una magnífica herramienta de promoción."

Lo que sí tengo claro es que el doblaje es tan necesario que si no existiese, habría que inventarlo. Y no lo haríamos nosotros sino los dueños de las películas, como ya hicieron en 1929 tras la llegada del cine sonoro. Con un único objetivo, que su película la viera el mayor número de gente posible. Eso es lo que hace en esencia el doblaje. Universalizar una obra audiovisual, hacerla accesible a todo el mundo. Hablen uno o varios idiomas, vean mejor o peor, sepan o no sepan leer.

Es evidente que el doblaje genera un importante valor añadido a la obra audiovisual, porque de lo contrario no se doblaría. Así de sencillo. Pero, además, es un maravilloso vehículo para el buen uso del idioma y una magnífica herramienta de promoción. En este mundo globalizado, está ayudando a que muchos actores españoles sean conocidos en otros países. En adoma.es se pueden ver decenas de ejemplos de películas y series españolas que triunfan en Italia, Alemania, Francia e incluso China, dobladas a sus respectivos idiomas. Si no se doblasen, su impacto entre el público sería mucho menor.

El doblaje no está en retroceso, está más vivo que nunca. De hecho, cada vez se dobla en más países y cada vez se doblan más productos de idiomas distintos.

¿Sería este país tan cinéfilo (que estoy convencido de que lo es) si no se hubieran doblado las películas? Si eliminamos el doblaje, ¿corremos el riesgo de convertir el cine en algo elitista? Como dije al principio, creo que, afortunadamente, el debate está superado. Lo único importante es que la gente disfrute de su película o serie favorita como quiera. En original, doblada o con subtítulos. Poder elegir siempre es una suerte.