Opinión

¿Quién teme a la prensa feroz?

La Papelera

29 noviembre, 2000 01:00

El mundo del teatro se desentona con exigencias, rabietas y malos modos. El Real, según García Navarro, va sobre ruedas aunque rechinen más que las de la carreta de Atahualpa Yupanqui. También rechina lo de Villapalos y su querella (treinta kilos por un silencio dicen que tienen la culpa), y lo de las cancelaciones de la agencia Porta, que traerán cola. ¡Cómo desafina todo!

Una pregunta: ¿por qué tiene tanto miedo García Navarro a la Prensa feroz? Ahora asegura que todo va sobre ruedas en el Real desde que el Ministerio tiró de las orejas a Cambreleng, pero no quiere arrimarse a nadie con quien tenga que entrar en detalles. ¿Será porque espera que le renueven el contrato dentro de año y medio? ¿Tiene un as en la bocamanga? Continuará...

Me tienen contento los productores regionales de teatro. A garrotazos están con la SGAE por el concepto metafísico de los Premios Max, una categoría filosófica que no termina de cuajar, ni de entenderse, ni de definirse, ni de formarse. Pero, realmente, su propuesta de elegir una obra por autonomía para que opten a los premios es tan igualitaria, tan políticamente correcta, tan tan...falsa.

Y para que las tablas no decaigan la "alternativa" sala Triángulo de Madrid ha dejado de pintarla. Ya nos puede decir el equipo que comanda Alfonso Pindado que Alicia Moreno le ha excluido de no sé cuántos festivales, pero me cuentan que tanto tiempo mamando de la teta pública uno se acostumbra, y cuando ésta deja de dar leche, se pierden las formas. A estas alturas debería saber que el lenguaje cuartelero no es muy apropiado para hacerse el pedigöeño.

Hablando de la cosa cultural en la Comunidad madrileña, convendrán que Villapalos no puede callar ante las acusaciones. Dicen que treinta millones del ala por el silencio del lógico Manuel Garrido tienen la culpa. Como siempre, luz, taquígrafos y pruebas.

El "nen del Poble Sec" no abandona la actualidad. Después de presentar Tarres Aguilar le publica sus canciones. Lo mejor, la introducción de Muñoz Molina reconociendo su vergöenza por sentir ataques "de nostalgia y de felicidad" sincrónicamente. Con Joan Manuel Serrat se hace dogma aquello de que cualquier "tempo" pasado fue mejor.

Pesadilla a la italiana. Así refiere la Prensa colombiana, canalla ella, lo ocurrido en Milán, en un festival organizado para demostrar que "la mayoría de los colombianos somos gentes de paz". Todo empezó hace un año, cuando una colombiana lanzó un SOS para mejorar la imagen de su nación. Un año después, arrancó el Primer Festival Cultural Colombiano: un fiasco verdadero. Huérfano de apoyo oficial, de los pintores homenajeados no se encontró una sola obra para mostrar y tampoco se pudieron exhibir muchos de los filmes previstos o en formatos distintos. De película.

Nada que ver con la Bienal de Arte de Valencia que mañana se presenta. Me dicen que los Zaplana boys están organizando algo extraordinario para junio del proximo año, con la intervención de primerísimas figuras del mundo del arte y la nada escondida intención de dar un buen baño a Venecia y Basilea.
La protagonista es norteamericana (Mira Sorvino), el protagonista es francés (Olivier Martínez), el guionista es británico (Roy Mitchell), el director es alemán (Pepe Danquart) y uno de los productores es español (Antonio Saura). La película se rueda estos días en Sevilla, llevará por título Semana Santa y es un thriller. ¿Son estas las consecuencias culturales de la Unión Europea? No sé cómo se las apañan para entenderse, pero será divertido ver a la Sorvino interpretando a una periodista madrileña con acento de Nueva Jersey.

La batalla editorial también se libra en la red. Desde hoy Fnac se une a las librerías virtuales existentes, plantando cara a submarino.com y es.bol.com. Claro que su idea es vender también discos, vídeos, DVD, soft informativo: 200.000 productos al principio, para alcanzar, dice, medio millón en un año. Que tiemble Amazon.

Las cancelaciones de artistas de la agencia Porta en el operístico concierto pucciniano de Valencia traerán consecuencias. La soprano Zampieri se había preparado un papel que no era aquél para el que se la contrataba y, claro, se quedó de piedra al enterarse. Igual que la gente del Palau. Matos canceló y en el Palau se enteraron a última hora aunque ella había avisado semanas antes. Otro tanto pasó con barítono, tenor, recitador... Todos de Porta. La jugada podría haber sido colocar artistas de segunda a última hora... al precio de los de primera. Pero nada, el Palau y Gómez Martínez no pasaron por la Porta.

P.D. Lucía, mi amor, perdona el "erupto". Lo siento de verdad, querida Etxebarría, pero mi incontinencia y tu test tienen la culpa. ¿Fue para tanto dolor, amor, para tanto lamento? Que a mi Papelera le sobra humor y mala leche, pero no sabe ni de envidias ni de complacencias. Gaudeamus igitur, doctoranda. Todo fue en tu honoris.