Image: Edoardo Sanguineti, el compromiso hecho vanguardia

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Poesía

Edoardo Sanguineti, el compromiso hecho vanguardia

Con su muerte, el poeta italiano deja un legado en el que convergen la lucha política y la rebeldía estética

20 mayo, 2010 02:00

Edoardo Sanguineti

Alberto Ojeda
Edoardo Sanguineti caminaba en Córdoba hace un mes ayudado por unas muletas y por su mujer. El poeta italiano era uno de los invitados al festival Cosmopoética. Decía encontrarse "muy contento" de estar en la ciudad califal. "Me gusta mucho mucho leer mi poesía en público. Un poeta, aunque no sea un buen declamador, siempre sabe modular mejor que nadie sus propios versos". El hombre, a pesar de su delicado estado de salud, manifestaba muy buena disposición para conversar de poesía con cualquiera que se acercara hasta él y una actitud muy vital: los ojos bien abiertos, brillante, ávidos de contemplación.

Pero la muerte se los ha cerrado de golpe, en un hospital de Génova, con 79 años. Un aneurisma abdominal torácico ha sido el responsable de acallar la voz de unos de los escritores más influyentes del siglo XX en Italia. Su nombre empezó a sonar a principios de los años 60. En esa época se consolidó como uno de los líderes de la Neovanguardia poética y participó en la primera en la antología I novissimi, de 1961. Luego se puso al frente del controvertido Grupo del 63, cuyos miembros, entre los que también se contaba Umberto Eco, se propusieron revolucionar el lenguaje literario y adoptar una actitud rebelde frente a las tradiciones que consideraban anquilosadas. Su producción poética está jalonada por títulos como Triperuno (1964), Wirrwar (1972), Postkarten (1978). En narrativa, su novela más conocida es Capricho italiano, un relato veteado por ejercicios psicoanalíticos.

Su literatura se asentó pronto en un sustrato ideológico de izquierdas muy acentuado. La fobia hacia "el pútrido pantano" de la sociedad de consumo fue uno de sus estímulos creativos principales. Desde su faceta como ensayista y crítico literario interpretó la obra de Dante en clave marxista. El resultado de este peculiar abordaje del legado del autor de florentino fueron dos títulos: Dante reaccionario y Realismo sobre Dante). El sentido del compromiso con su tiempo y su entorno le llevaron a lanzarse a la arena política. Llegó incluso a ser diputado, entre los años 1979 y 1983, como miembro independiente del Partido Comunista Italiano.

En su currículo se agolpan diversas vertientes. Fue durante gran parte de su vida profesor de literatura en diversas universidades italianas. Tuvo, además, una estrecha vinculación con el mundo de la ópera. Escribió varios libretos para Luciano Berio. De hecho, en los últimos meses escribía un ensayo sobre teatro musical, que su repentina desaparición ha dejado inconcluso.

Lo que sí terminó fue su último artículo, publicado en Il Corriere della Sera. En él da una clave de sus últimas intenciones literarias, que también podemos aplicar a la triste noticia de su muerte, tan conmovedora para aquellos que le vimos hace apenas unos días paseando a la par del Guadalquivir: "Es mejor escribir de risa que de lágrimas, porqué reír es lo que realmente está en la naturaleza del hombre".