Image: Champourcin. Poesía esencial

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Poesía

Champourcin. Poesía esencial

Ernestina de Champourcin

12 junio, 2008 02:00

Ernestina de Champourcin. Foto: Larry Manigno

Edición de Jaime Siles. Fundación Banco Santander. Colección Obra Fundamental, 2008. 302 pp, 20 euros.

Ernestina de Champourcin (Vitoria, 1905-1999) y Josefina de la Torre fueron las dos únicas voces de mujer que Gerardo Diego incluyó en su Poesía española. Antología (contemporáneos), y ello en la segunda edición, de 1934. Sin embargo ambas, como Concha Méndez, han seguido quedando fuera de las nóminas del 27, estrictamente limitadas casi siempre a esos "nueve o diez poetas" que Pedro Salinas señalara como canónicos. Lo cierto es que el hecho de que algunos estudiosos sigan recuperando la obra de Champourcin importa porque nos brinda la oportunidad de volver a sus poemas mejores.

Para esta edición Jaime Siles ha realizado una selección impecable de los libros de Champourcin tomando como texto base, junto a las primeras ediciones, la titulada Poesía a través del tiempo que preparó en 1991 José ángel Ascunce, principal especialista en la autora. En la introducción, "Ernestina de Champourcin casi desdibujada", Siles nos ofrece, además, una clarificadora lectura de la obra en su unidad y evolución, así como del extenso epistolario (1927-1995) con Carmen Conde. Con interesantes confidencias y comentarios estas cartas matizan el perfil ya conocido de una joven poeta de familia acomodada con la que, decidida a construirse como "sujeto histórico moderno", no dudaría en enfrentarse esta mujer muy clara a la hora de ir expresando tanto sus intereses cambiantes en lo poético como su rotunda decisión de afirmarse como mujer independiente, activa feminista y republicana en la España de los treinta y, a partir del exilio mexicano, de afiliarse al Opus Dei en coherencia con un pensamiento religioso que ya impregnaba sus poemas anteriores a la guerra civil: "¡Subiremos a Dios/ por lo bello del mundo!", había escrito con entusiasmo juvenil en 1931.

A lo largo de 257 poemas esta Poesía esencial recoge lo mejor de una escritura auténtica y original hasta los últimos años de una activa senectud. La unidad de su escritura la sostiene la calidad de una voz siempre depurada, directa y cotidiana que nos propone sencillamente una intimidad abierta al sentimiento y a las sensaciones, a esa especie de sensualismo misticista que señala Siles, y que va conformando sus fases sucesivas al hilo de la circunstancia vital. Los cuatro primeros libros -En silencio (1926), Ahora (1928), La voz en el viento (1931) y Cántico inútil (1936)- revelan los rasgos característicos del momento generacional del 27 y el crecimiento de una poesía que, partiendo del simbolismo posmodernista, avanza por el purismo bajo lo que llamaríamos el efecto juanramón, recibe los nuevos aires del surrealismo y se instala, finalmente, en el limpio clasicismo que mejor cuadra a su voz más auténtica, siempre tensa de inquietudes, como muy bien la retratara Juan Ramón Jiménez en su caricatura lírica: "¿Qué boca de lobo hay al fondo del bosque de Ernestina y adónde largamente dará?".

Tras un silencio de quince años dedicados, pane lucrando, a las traducciones para el Fondo de Cultura Económica, la poesía de Champourcin vuelve a fluir sin pausas -en México primero, en España desde 1972- en una sucesión de libros en los que una ininterrumpida reflexión religiosa absorbe, con matices sucesivos todos los temas anteriores en una difícil ecuación intelectual que, ya en Presencia a oscuras (1952) y Cárcel de los sentidos (1960) se dirige hacia una forma particular de poesía del silencio: "En lo que no se dice alienta lo absoluto". Así, y hasta los últimos libros Los encuentros frustrados (1991), Del vacío y sus dones (1993) y Presencia del pasado (1996), aún con problemas ecdóticos pendientes, la poesía de Ernestina de Champourcin, autobiográfica, amorosa, metafísica, se nos presenta como una de las aventuras más personales y sugestivas de su generación.