Andrea Bajani. Foto: Adolfo Frediani.

Andrea Bajani. Foto: Adolfo Frediani.

Novela

'El aniversario', premio Strega 2025: Andrea Bajani disecciona con brillantez las fracturas familiares

¿Puede uno desligarse por completo de sus padres? El autor romano, voz clave de la narrativa italiana, explora las relaciones familiares contemporáneas.

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Andrea Bajani (Roma, 1975) ganó este 2025 el premio Strega con El aniversario, novela con la gran virtud de ser un notable calidoscopio para radiografiar tendencias hegemónicas en la ficción de nuestro siglo.

El aniversario

Andrea Bajani

Traducción de Carlos Gumper. Anagrama, 2025. 151 páginas. 19,90 €

¿Puede uno desligarse por completo de sus padres? La pregunta parece ser el leitmotiv de la trama, al menos por ese tan abrupto principio con una despedida, brillante al condensar en muy pocas líneas todo un ambiente, propio de una familia de clase media sin ínfulas ni pretensiones.

Lo que sigue, en su relativa brevedad, exhibe las habilidades narrativas del autor romano, quien durante un tercio del libro juega a sumergirnos en una broma perequiana centrada en la madre, una mujer sumisa, sin atributos a destacar en su existencia, ahogada por el contexto del hogar, “patriarcal” según su hijo, como si sin esa palabra no pudiéramos entender la dimensión de esa triste normalidad, clásica durante decenios y aquí denunciada con estrépito sin necesidad de poner el dedo en la llaga.

Este inicio es engañoso y propicia un salto con capacidad para desbaratar un recorrido previsible. De la supuesta experimentación, que exhibe un sufrimiento a partir de redundancias y mediocridades, transitamos hasta el eje del asunto.

De este modo, descubrimos cómo esa mater dolorosa y silente solo es una tesela más de un mosaico donde todas las partes del núcleo familiar pierden, sin importar si son víctimas o verdugos.

Una vez terminas de leer El aniversario puedes pensar en otras obras de denuncia, de La Familia grande de Camille Kouchner a El consentimiento de Vanessa Springora, ambas de voces francesas de la burguesía cultivada, traumatizadas por desvelar entresijos a priori imposibles en sus hábitats privilegiados.

Tanto en ellas como en Bajani, más modesto en sus orígenes, la paz se quiebra en lo cotidiano. La pesadilla debe recuperarse cuando todo ha pasado para ajustar cuentas y ejercer de antídoto para no olvidar lo acaecido, como si así se impidiera la proliferación de un mal imparable.

Esa primera persona que confiesa y destapa tantas tinieblas entre cuatro paredes íntimas se ha vuelto un lugar común en nuestra centuria más allá de su valor artístico, tanto en la literatura como en un alud de producciones audiovisuales, en realidad mecanismos del mercado para generar temas normativos a servir con constancia en el plato del consumidor, quien así asume estos discursos, hasta interiorizarlos como fundamentales en la agenda del presente.

El aniversario apunta maneras sin romper con los moldes para ser premiado, que son fantásticos para vender

A la cuestión que abre la novela es lícito replicarla con otra en torno a si su exitosa inmediatez puede trascender y sentarse con arrestos en la mesa del futuro.

La respuesta puede ser afirmativa sin excepcionalidades por la acumulación de experiencias similares en muchas voces de nuestra contemporaneidad, que al final tendrán valor documental para los historiadores del mañana, felices por encontrar tantas fuentes empecinadas en hablar de lo mismo.

Otra alternativa, siempre situada en líneas afines a la ya descrita, nos haría ir más hacia el particular italiano, donde tampoco es difícil localizar una reciente querencia por abordar las problemáticas familiares desde el choque generacional y de épocas mediante distintas tesituras.

Si Veronica Raimo es lo cómico desde una vis casi frívola, Bajani sería un candidato más a la herencia del francés Emmanuel Carrère, eso sí, sin conseguir el equilibrio de este en su edad de oro, cuando el yo se supeditaba al conjunto para sepultar el sambenito de la autoficción y alcanzar registros más que loables sin tanta etiqueta.

A diferencia de La edad frágil, Strega 2024 de la mucho más madura Donatella di Pietrantonio, El aniversario apunta maneras sin romper con los moldes para ser premiado, que son fantásticos para vender pero peligrosos si se aspira a devenir algo más que una simple anécdota galardonada.