Image: Ahora tocad música de baile

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Novela

Ahora tocad música de baile

Andrés Barba

25 marzo, 2004 01:00

Andrés Barba. Foto: Javi Martinez

Anagrama. Barcelona, 2004. 264 páginas, 14 euros

No es frecuente el cultivo de la novela psicológica -aunque constituye una de las pocas posibilidades de mantenerse en un ámbito literario autónomo y huir del relato traducible a imágenes-, y menos aún por parte de escritores jóvenes. El caso de esta novela, y también el de su autor, son excepciones notorias: Ahora tocad música de baile es una novela psicológica y ha sido escrita por un narrador que no ha cumplido 30 años.

Pese a ello, Andrés Barba muestra una notable destreza para bucear en los estratos profundos de la personalidad de sus criaturas, y convierte la historia en un relato asfixiante, en el que casi todo lo que se narra sucede en el interior de los personajes -algo perceptible en la ausencia de descripciones o retratos-, mientras que los hechos externos que llevan a cabo son triviales o responden a condicionamientos psicológicos profundos que conforman su personalidad y su conducta. La superficie de la historia es muy simple: un matrimonio anciano, el de Inés Fonseca y Pablo, sufre la erosión de la edad, que ataca sobre todo a Inés, afectada por la enfermedad de Alzheimer, circunstancia que acabará aconsejando su ingreso en una residencia especializada. Pero la historia que importa no es tanto la de estos personajes como la de sus hijos: Bárbara está casada con un piloto y tiene dos niños; Santiago, soltero, disfruta de un trabajo que le permite vivir con holgura y arrastra una vida sentimental inestable. En realidad, ambos son personajes insatisfechos, truncados por una errónea formación afectiva, erigida sobre la base de la familia que se agrupa en dos binomios -padre e hija por un lado y madre e hijo por otro-, cada uno de los cuales crea sus propios lazos, sus afinidades particulares y excluyentes. Esta distorsión es probablemente la causa remota de la inestabilidad de Santiago para mantener un amor duradero, y también de la afectividad frustrada de Bárbara, siempre necesitada de algo que enriquezca su paupérrima proyección sentimental. Ambos buscan sin éxito completarse en otros seres, y acaso intuyen que la culpa originaria de su desdicha está en la madre, deteriorada por la progresión de la enfermedad y convertida en objeto de un odio inconfesado.

El descubrimiento paulatino de los sentimientos más oscuros que mueven a los personajes está plasmado con extraordinaria habilidad, mezclando el relato en tercera persona de un narrador omnisciente con el monólogo ocasional de algunos personajes, como Elena, y el que sirve como hilo conductor del discurso, puesto en boca de Pablo y dirigido a un "señor presidente" que, aun siendo identificable con el presidente de la renfe que entregó a Pablo su placa de jubilado -según información ofrecida desde el prin- cipio-, no deja de otorgar al relato cierta semejanza con la estructura de una confesión o una deposición judicial, analogía no descartable si se tiene en cuenta el dramático desenlace de la historia, y que, además, permite al lector construir el relato -como auténtica "obra abierta"- sobre nuevas y sugestivas hipótesis.

Ahora tocad música de baile es, pues, una obra compleja y de notable hondura, en la que sólo se echa en falta alguna poda de elementos accesorios o reiterativos en ciertas partes del texto, que ganaría en eficacia con una desnudez mayor, y la corrección de expresiones inertes o de moda que desinflan el discurso ("una vida [...] que de alguna forma le resultaba agradable", pág. 121; "era, de alguna forma, como si...", pág. 147; "...pues de alguna forma era como si...", pág. 149; "parecía haber tomado opción por el [bando] de Inés", pág. 57), o de usos rechazables, sin más: "cerrarían el banco en una hora" (pág. 42); "yo no supe si pegarla o abrazarla" (pág. 180); "podía volver a pegarla, a aplastarle la espalda" (pág. 260). A pesar de ello, habrá que prestar la mayor atención a las próximas obras de este joven escritor, que sí tiene algo que decir y sabe cómo hacerlo.