Image: Diario de 360º

Image: Diario de 360º

Novela

Diario de 360º

Luis Goytisolo

18 octubre, 2000 02:00

Seix Barral. Barcelona, 2000. 285 páginas, 2.800 pesetas

Novela compleja y de pensamiento, no es en sí misma de difícil lectura, pero sí limitada a esa inmensa minoría juanramoniana interesada por la literatura de calidad y capacitada para entrar en ella

La dilatada trayectoria de Luis Goytisolo como narrador presenta una apariencia de variedad, pero obedece a un diseño extraordinariamente unitario concebido desde el principio, con una nitidez infrecuente, como un proyecto de experimentación formal. ¿Qué era su primer libro, Las afueras, una novela o un conjunto de relatos? Ya entonces, en 1958, mostraba su radical preocupación por los aspectos estructurales del arte de narrar.

Por supuesto que, desde tal punto de partida, Goytisolo ha ido a más en esa dirección. Esta postura inspira Diario de 360º, novela compleja y de pensamiento, pero en sí misma de no difícil lectura, aunque limitada ésta a un círculo reducido de destinatarios, a esa inmensa minoría juanramoniana interesada por la literatura de calidad y capacitada para entrar en ella. Digo esto sin ningún tipo de clasismo intelectual, nada más como simple constatación de algo que la misma novela aborda con insistencia: leer requiere determinadas condiciones, hoy obstaculizadas por los nuevos tiempos de hegemonía audiovisual.

Diario de 360º es, como subraya su título, un relato construido con anotaciones de marzo a marzo durante un año bisiesto no datado en fecha exacta. Los apuntes son discontinuos pero respetan el orden del calendario salvo un retroceso del 5 de mayo que debe de tratarse de un error. La forma de diario (explica el propio texto) tiene la ventaja de reproducir unos ritmos temporales que conducen el desarrollo de la novela, la cual se construye como un mosaico (sistema a favor del cual se hace también un alegato). Esa concepción básica de la novela como expresión de una temporalidad especial se pone al servicio de un contenido muy fragmentado, sujeto al implacable control del autor.

Un mismo día de la semana tiene una materia diferenciada de los restantes. La cubierta del libro da una oportuna información al respecto y a ella remito ante la imposibilidad de entrar aquí en detalles. Sí destacaré unos pocos datos. Existe una leve trama anecdótica: la encarna una pareja "de huidos" y consiste en una auténtica novela convencional que podría independizarse bajo el rótulo "Cordillera imperceptible". Un bloque de contenido presenta noticias personales del propio Goytisolo que insisten en la práctica suya anterior de usar la experiencia biográfica como base de la ficción. En conjunto, las distintas líneas narrativas se cargan de un amplio núcleo de cuestiones referidas a ámbitos muy distintos: sociales, existenciales, culturales... Esos asuntos, que abarcan de la ecología al sexo "licuante", a veces están encadenados a anécdotas imaginativas, pero también surgen sin disimulo con un directo enfoque especulativo. Así, la novela es ficción y ensayo, creación y vida, emoción artística (verbal) y pensamiento. No se trata, sin embargo, de una de esas obras al gusto centroeuropeo de fatigosa densidad porque Goytisolo se apoya con frecuencia en un humorismo de situaciones o en la ironía y el sarcasmo.
Estas notas dan -así lo creo- noticia suficiente de las distintas vetas de Diario de 360º y de su enfoque experimental y culturalista. La parte del león de la novela se centra en cuestiones de teoría e historia literarias, y muy en especial en un debate pugnaz acerca del propio género novelesco. No se trata de simples añadidos -aunque también sean incrustaciones especulativas dirigidas a una minoría dentro de la minoría- sino de una formación teórica a cuyo modelo responde la propia novela. La meta última radica en definir el tipo de novela propio de la modernidad y avisar del peligro de su extinción a la vista de las circunstancias que abocan al género al silencio. Los cambios sociales últimos, el desprecio por la lectura, la banalización de las letras, la sociedad de consumo que propicia el best seller, todo ello va a arruinar la novela. Aunque no de hoy para mañana, el desenlace de este proceso está cantado. Así lo cree Goytisolo.

Mientras eso se da o no se da -y uno teme que le asisten al autor buenas razones, aunque exagere y se ponga un poco demasiado exquisito e intransigente, para mi gusto-, en el libro abundan las opiniones que invitan a pensar y algunos exabruptos artísticos. Por poner un botón de muestra, aunque hay otros no menos extremosos: ¿sólo fue Valle Inclán "escritor de gran talento a la vez que mal novelista y mediocre dramaturgo"? Pero dejemos este mordiente provocador para anotar ideas dignas de reflexión. Así, las relaciones de la novela con la poesía, el cine y el periodismo, tres constantes del libro resueltas con un veredicto favorable a la novela. Simplifico hasta la caricatura las posturas de Goytisolo. La novela le ha robado a la poesía parte de sus señas de identidad y la ha dejado huérfana mientras ella ha crecido en el siglo XX. La novela debe huir de la contaminación del cine, al cual, en cambio, le suele beneficiar el inspirarse en la narrativa. En fin, quien ejerce el periodismo, difícilmente llegará a gran novelista.

Todos estos principios tienen una base teórica firme, aunque discutible. Respecto de la novela, entiende Goytisolo que ha prescrito el gusto por la aventura, que éste es un valor secundario y que sólo importa la construcción de un organismo autónomo de base verbal. Y, en cuanto a la creación literaria, sostiene sin rodeos que no responde a un propósito de comunicar algo. Estos criterios son inexcusables -se comparten o no- para acercarse a Diario de 360º desde la óptica que ella misma exige.