Image: Lampedusa

Image: Lampedusa

Ensayo

Lampedusa

Maylis de Kerangal

3 febrero, 2017 01:00

Maylis de Kerangal. Foto: C. Hélie

Traducción de Javier Albiñana. Anagrama, 2016. 64 páginas. 20,81 €

A estas alturas no es necesario explicar a nadie que la llamada literatura "literaria" se ha trasladado a los territorios de lo híbrido. Por eso uno esboza una sonrisa cuando lee en la contraportada de este libro que uno está a punto de abrir una "novela canto" o "novela songline". Songline o no, Lampedusa es sobre todo un hermoso libro de viajes, el estudio mental y sentimental de un paisaje. Con la palabra paisaje queda definido lo que se encuentra bajo la extensión de nuestra mirada y por encima de todo, lo que en esa extensión ha resistido al vector que convierte la literatura de viajes en un género narrativo antes que en un género solo descriptivo: el tiempo.

A ratos parece que el motor del libro no es tanto el placer de contar una historia como algo un poco más correoso y sin duda más familiar: la indignación. No es mala idea desconfiar de los textos que nacen de sentimientos demasiado exaltados, tal vez por eso Kerangal opta por una naturaleza pausada, meditativa y extraordinariamente rítmica para dar curso a su pensamiento. El episodio es el naufragio de un barco procedente de Libia a menos de dos kilómetros de la costa de Lampedusa. Un episodio en el que mueren más de treiscientas personas. Kerangal oye esa noticia en una cómoda cocina primermundista, con un café caliente, hojeando el periódico, y la indignación producida por la ingratitud europea se va articulando en ese paisaje que se conforma en la mirada cuando hemos dejado de mirar.

Con una envidiable inteligencia narrativa la autora enlaza esa imagen con la de don Fabrizio, el personaje de El gatopardo de Lampedusa. ¿Qué es Lampedusa: un lugar, un escritor, la imagen de Burt Lancaster interpretando a don Fabrizio, ese aristócrata inmóvil y majestuoso pero tan decadente como la Europa que ha retirado la mirada para no ver a los inmigrantes? ¿O es tan solo la imagen vacía e hipnótica del propio Burt Lancaster atravesando piscinas en "El nadador", de Cheever: una imagen hermosa y hueca de belleza inútil?

Para Kerangal la novela songline, la novela paisaje, se parece al ADN de un clan. A medida que pasan las páginas y el espacio mental de Lampedusa se va convirtiendo en un gran monumento a la ingratitud de los ricos hacia los pobres, la linea de la narración encarna un recorrido terrestre. El poema mítico no es al final más que una rememoración, una salmodia cartográfica que describe una identidad. Pertenecer a un clan es conocer y transmitir el canto del ancestro, actualizar y legar la memoria de un recorrido singular, "pertenecer a un clan es cantar su paisaje". Pero la verdadera apuesta de Kerangal es la de hacernos asistir precisamente a la generación de un símbolo delante de nuestros propios ojos, a la forma en la que un episodio histórico va aglutinándose alrededor de un discurso cargándose de sentido, al tiempo que se abisma en la ambigüedad.