Image: Memoria

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Ensayo

Memoria

José Moreno Villa

16 marzo, 2012 01:00

José Moreno Villa

Edición de Juan Pérez de Ayala. Colegio de México/Residencia de Estudiantes, 2012. 715 páginas. 29 euros

Aunque canónicamente José Moreno Villa (1887-1955) pertenece a la llamada generación del 14 -la de Ortega- en verdad casi todo el mundo lo relaciona con la generación del 27, entre cuyos miembros estaban sus amigos más cercanos y en cuyo entorno vivió, pues casi desde su fundación, el malagueño Moreno Villa (bibliotecario, poeta, pintor, espléndido memorialista) vivió en la Residencia de Estudiantes, aparte de que algunos de sus más conocidos libros poéticos (como Jacinta la pelirroja) y el estilo de mucha de su pintura, están ante todo cerca de los impulsos del 27... Moreno Villa fue un exiliado de la funesta guerra civil, que vió venir por el atraso en que España vivía y por el brutal cainismo de los partidos políticos. Inicialmente (en 1937) el exilio lo llevó a Estados Unidos, donde dio conferencias y trabajó con las autoridades republicanas. Cuando todo se daba por perdido marchó a México, donde viviría el resto de su vida, colaborando a crear el Colegio de México y la editorial Fondo de Cultura Económica. Pero Moreno Villa -aunque nunca pensó en regresar a la España de Franco- tuvo nostalgias de su patria y ello le hizo escribir ese excelente tomo de memorias que es Vida en claro (1944), recuerdos desde su infancia a la anteguerra, escritos en una bella prosa limpia y evocadora... Del libro quedaron fuera algunos capítulos que Moreno corrigió años después (en 1948) y que están recogidos en el tomo bien preparado y ordenado por Juan Pérez de Ayala, que prácticamente recoge todos los escritos autobiográficos de Moreno Villa, que se abrieron con la autobiografía Vida en claro que, por ello, es el texto que abre el volumen y también el más conocido...

Dado el éxito, muchas voces pidieron a Moreno Villa que lo continuara, aunque lo hizo de modo más irregular, quizá para agradecer también la protección que le dispensó en México Genaro Estrada, que fue embajador en España, donde le conoció Moreno y trabaron amistad. Aunque esté fuera del ciclo estrictamente memorialístico, vienen después los Escritos sobre la Guerra Civil Española (la mayoría de 1937) y que serían la continuación vital del autor, tras el final de Vida en claro. Volumen que Moreno Villa pensó completar con un tomo que se llamara Memorias revueltas, escritas entre 1950 y 1952. De esos años son también Amistades mexicanas y extranjeras y Recuerdos y memorias, que vienen a recoger vivencias y medallones de la gente que ha conocido, desde los hermanos Gaos a Unamuno o Lorca, pues son capítulos en general no largos y aunque sumamente interesantes y amenos (sembrados de recuerdos del Madrid perdido) menos trabados que Vida en claro.

Vienen después los Diarios de viajes (por el interior de México y Cuba), breves y con cierto carácter de apuntes, para finalizar el tomo con las Memorias inconclusas, apuntes y notas que es en lo que Moreno Villa trabajaba antes de morir. Es el final no muy nutrido de este tomo bien editado con una no desdeñable parte gráfica: fotos del autor, familiares y amigos y reproducción de algunos de sus cuadros. El conjunto es espléndido, pero nadie negará la bella supremacía estructurada de Vida en claro -el gran libro del conjunto- o la riqueza, más fragmentada, de los variados recuerdos de personas y cosas en Recuerdos y memorias, desde el vocabulario malagueño, a las semblanzas de Antonia Mercé o de Baroja, pasando por Valle-Inclán, Buñuel, además de Pedro Salinas o de nuevo la añoranza, esta vez gastronómica, que también le sirve para alabar la mexicana. Una estupenda recopilación de memorias y nostalgias, crecidas alrededor de la prosa exquisita y fina de Vida en claro.