Image: Juan March. Una fortuna silenciosa / Juan March. El hombre más misterioso del mundo

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Ensayo

Juan March. Una fortuna silenciosa / Juan March. El hombre más misterioso del mundo

Esteban Urreiztieta / Pere Ferrer Guasp

4 diciembre, 2008 01:00

Juan March. Foto: Archivo

La Esfera. Madrid, 2008. 400 pp., 23 euros / Ediciones B. Barcelona, 2008. 489 pp., 19’95 euros

Juan March Ordinas (Santa Margarita, Mallorca, 1880-Madrid, 1962) fue un hombre de negocios mallorquín que llegaría a convertirse en una de las personas más ricas del mundo. Su nombre todavía aparece citado en actividades económicas muy variadas, mientras que la Fundación Juan March tiene un destacadísimo papel en el mundo de la cultura. Sin embargo, pese a la magnitud de esos logros, su imagen y su trayectoria han quedado desvanecidas a veces en el escenario de la vida española de los últimos cien años. Una escena en la que, sin lugar a dudas, March fue un actor muy destacado.

Esa desaparición del primer plano no fue ajena a los intereses del propio personaje y, durante años, ha dado la impresión de que la vida de Juan March era un tema tabú. La publicación, en 1934, de una biografía novelada con el título de El último pirata del Mediterráneo, calificativo acuñado, al parecer, por Francesc Cambó, logró un gran éxito editorial y provocó medidas de boicot por parte del interesado. En la novela se aludía a muchos asuntos turbios de la vida pasada de Juan March y terminaba señalando las intensas relaciones que mantenía con el Partido Radical de Lerroux, entonces en el poder. Unas conexiones que le servían para contrarrestar la animadversión del Partido Socialista Obrero Español y de algunos de sus dirigentes, como Indalecio Prieto o ángel Garza.

Unos meses antes, cuando ya estaban convocadas las elecciones que darían el triunfo a las derechas, March había humillado a las autoridades republicanas al fugarse de la cárcel, en la que el gobierno de Azaña le había recluido, en compañía del funcionario de prisiones responsable de su custodia. Para acrecentar el sarcasmo de la situación, March había sido elegido, unas semanas antes de la fuga, para formar parte del Tribunal de Garantías Constitucionales.

No tiene nada de extraño que, con estos antecedentes, March se convirtiera en un decidido partidario del régimen franquista, surgido de la sublevación militar de julio de 1936. Pasó a ser uno de los banqueros del régimen y se movió con gran soltura en el entorno del general Franco. Murió en 1962, como consecuencia de un accidente de automóvil. Dos días antes del fallecimiento, en Ciudad de México, de Indalecio Prieto, que tal vez fue su gran rival político.

De todos modos, el supuesto tabú sobre la figura de March no deja de ser relativo porque, en los últimos treinta años han ido apareciendo diversos estudios biográficos (Ramón Garriga, Bernardo Díaz Nosty) y ensayos sobre las condiciones políticas y sociales de la vida mallorquina (caciquismo y contrabando) en los que predomina el tono de denuncia crítica. Se podría decir que la veda sobre el personaje quedó levantada después de la muerte de Franco.

A ese conjunto de estudios se vienen a sumar las dos biografías que ahora aparecen. Complementarias en cierto modo aunque realizadas desde planteamientos muy distintos. Ambos, en cualquier caso, están muy bien escritos y consiguen una lectura absorbente.

La de Pere Ferrer es la obra de un historiador de formación académica que ha utilizado una bibliografía muy superior a la usual, aparte de haber consultado numerosos periódicos catalanes y baleares, y exhumado archivos pocos frecuentados, cuando no del todo desconocidos. Una biografía de corte clásico, que se beneficia de las habilidades comunicadoras del autor y de sus publicaciones anteriores sobre el tema, pero que se diluye algo en los años del franquismo, que son los del gran despliegue del imperio March.

Esos años, por el contrario, resultan ser los que más atraen la atención del volumen del periodista Esteban Urreiztieta, que hace hincapié en el perfil económico del biografiado. En Juan March, una fortuna silenciosa, el autor hace una inteligente lectura de la rica publicística que existe sobre el personaje, para adentrarse en la trayectoria de sus descendientes en lo que, desde el primer momento, califica como la crónica de una huida. Una estrategia de ocultamiento, ya iniciada por el patriarca familiar, que se ha convertido con los años y en las nuevas generaciones en una forma de estar en la vida política y económica.

La lectura de ambos libros, aún sin contener informaciones que modifiquen profundamente lo que ya era conocido, resultará apasionante para cualquier lector que quiera ver más allá de las informaciones que a veces nos ofrece la vida política. Y una llamada de atención para cuantos se interesan por ese tipo de historia.