Image: Euskadi, en el escaparate

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Ensayo

Euskadi, en el escaparate

9 mayo, 2001 02:00

En estas vísperas electorales, nada mejor que echar un vistazo a varias ofertas editoriales llenas de interés. La difícil situación en el País Vasco -donde el terrorismo y una gestión política deficiente han puesto la libertad contra las cuerdas-, la historia pendular del PNV, con su ambigöedad calculada, y la visión del clima en el que vivía el nacionalismo que se precipitó hacia la locura terrorista son propuestas que nos llegan en libros de tono diferente y de valor notable

ESTADO DE EXCEPCIóN,
de Iñaki Ezkerra.
(Planeta, Barcelona, 2001). 209 páginas, 2.200 pesetas.

Con un título que no deja lugar a dudas, un subtítulo revelador -"Vivir con miedo en Euskadi"- y la imagen de una mano blanca en la portada, el bilbaíno Iñaki Ezkerra nos ofrece el testimonio de una víctima de ETA, él mismo, que figura en los papeles incautados a los pistoleros, que tiene que ir acompañado de escolta, que participa del miedo que oprime a una parte de los ciudadanos vascos. El testimonio es estremecedor pues permite acercarse a la vida torturada de quien no puede trabajar, pasear, relacionarse, descansar sin que gente armada le acompañe y sin que pueda librarse del miedo, ese sentimiento que paraliza y puede arruinar una vida.

Una de las reflexiones más interesantes de Ezkerra tiene que ver con ese miedo que es el factor que mejor explica la situación dramática en que vive el País Vasco. En este caso, el autor hace suya una afirmación de Raúl Guerra Garrido -el escritor también perseguido por los terroristas-, que decía: "Cualquier información sobre la situación política en Euskadi, cualquier dato que se brinde o cualquier análisis que se haga, es incompleto si no se menciona el miedo", pues -y ya es Ezkerra el que habla- sin citarlo "no se entiende nada del País Vasco".
Afortunadamente, los que tienen miedo ya han empezado a hablar y este libro es parte de esa rebelión. Con ello se ha dado un paso para la solución del mal llamado problema vasco. Pero es un paso insuficiente. ¿Qué falta? En respuesta a esta pregunta, Ezkerra escribe las páginas más importantes de su libro (137 a 141), en las que se encuentra, por ejemplo, la convicción de que "ETA dejará de matar el día en que pierda toda esperanza de que va a lograr arrancar la menor concesión al Estado", afirmación de sentido común que, sin embargo, no fluye por el mundo nacionalista, pero que tiene como corolario esta otra afirmación llena de sensatez: "Quien sostenga que un movimiento independentista va a durar treinta años pegando tiros para luego hacerse el harakiri en el mismo instante en que consiga forzar la puerta de la independencia y en el umbral de esa misma puerta es que no sabe lo que dice".

Con esta certidumbre, Ezkerra ve la "única solución" en "un Gobierno constitucionalista que logre instaurar por primera vez y con todas sus consecuencias el Estado de Derecho en Euskadi", pues el miedo que paraliza a media población procede de ETA, por supuesto, pero también de la falta de respuesta a ETA. Ahí está la clave.
Iñaki Ezkerra es poeta, novelista, escritor de periódicos -El Correo y La Razón- y miembro fundador del Foro de Ermua. Su libro ofrece la oportunidad de entender la vejación que sufren las víctimas de los terroristas y es una buena ayuda para la reflexión en estas vísperas electorales.


EL PéNDULO PATRIóTICO. Historia del Partido Nacionalista Vasco, 1936-1979, VOL. II. ,
de Santiago de Pablo, Ludger Mees y José A. Rodríguez Ranz.
(Crítica, Barcelona, 2001). 484 páginas, 3.900 pesetas.

ETA definió su objetivo en su manifiesto fundacional, dado a conocer en julio de 1959, como patriótico, apolítico y aconfesional. Su objetivo consistía en la autodeterminación y también en exigir los derechos del hombre -entre los que citaba expresamente el derecho de expresión, de opinión y de enseñanza-, el espíritu liberal, el mutuo respeto y la tolerancia. Este documento, que retrata una ETA tan distinta a la actual -origen del miedo, de la exclusión, de la falta de libertad en Euskadi-, acaba de aparecer publicado por primera vez, y ha sido en este libro dedicado a investigar y detallar la historia del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Este ejemplo da idea de la utilidad del libro, que es una historia serena, bien elaborada y útil del partido que ha llenado ya más de un siglo de la vida de Euskadi.

El trabajo ha sido realizado por tres profesores de historia, los dos primeros de la Universidad del País Vasco, y el tercero de la Universidad de Deusto, que han trabajado en fuentes, algunas originales, incluidos los archivos del propio PNV. El volumen que se publica ahora es el segundo. El anterior se ocupaba del período 1895-1936 y entraba de lleno en la ideología del fundador Sabino Arana. Este segundo, que llega hasta 1979, repasa y fundamenta la actitud del PNV durante la Guerra Civil, el exilio, el franquismo, la transición y la democracia.
El título del libro responde fielmente a su contenido, pues el PNV queda retratado, con bases documentales, en su dimensión de partido que busca adaptarse al terreno en cada circunstancia, tensando la cuerda de la reivindicación de acuerdo con la resistencia que cree advertir en la otra parte.

Republicano durante la Guerra Civil, estuvo oscilando durante la posguerra y acabó apostando por la Monarquía en el diseño de Indalecio Prieto. Europeísta en ocasiones, participó luego en la Transición, rechazó la Constitución, pero adoptó el Estatuto, para ya en la actualidad apostar por la autodeterminación. Esta última fase escapa del ámbito del libro, aunque resulta predecible del curso de su historia. Lo que sí se aprecia en el libro es lo que sus autores llaman su relación de "amor-odio" con el grupo que surgió de una escisión, ETA, la hoy organización terrorista con la que el PNV firmó hace dos años un pacto que está en el origen de la crisis actual.
éste es un buen libro de historia, que tiene además el valor de la actualidad. No puede llegar en momento más oportuno, aunque el mejor valor de la investigación histórica es su capacidad de permanencia al margen de lo último que ocurre. Documenta la ambigöedad calculada del PNV, que le ha permitido transitar entre la autonomía y la independencia, y ofrece información jugosa que ayuda a entender sus actuales devaneos.


EL PRECIO DE LA LIBERTAD (memorias)
de Mario Onaindía. (Espasa, Madrid, 2001).
636 páginas, 2.900 pesetas.

El libro está bien escrito y algunos de sus pasajes se leen como una novela. No es una ficción sino un volumen de memorias minuciosas, con frecuencia premiosas, que arrancan del momento mismo del nacimiento -que el autor, por cierto, dice recordar, aunque rápidamente matiza que nunca sabrá si se trata de una pesadilla o de la evocación de un accidente- y relatan paso a paso una vida que, a grandes rasgos, podría resumirse en estos episodios: ingreso en un convento de mercedarios con vocación de misionero, expulsión, militancia en el PNV, lectura decepcionante de Sabino Arana ("me topé sólo con unos comentarios chabacanos sobre los inmigrantes […]. Una caricatura obscena y racista sobre la gente que había tenido que venir a Euskadi a trabajar para superar la miseria en la que vivía en su pueblo", pág. 179), entrada en ETA, huida de casa, clandestinidad, primera pistola, prácticas de tiro, detención, condena a muerte, primeras discrepancias con ETA…

Las memorias son indudablemente interesantes. Uno de sus atractivos reside en la posibilidad de conocer el clima del nacionalismo vasco desde dentro en la última etapa del franquismo y, como parte de él, la atmósfera del PNV y el nacimiento de ETA. Mario Onaindía deja bien a las claras, porque lo subraya constantemente, la conexión que algunos sacerdotes mantuvieron con la organización terrorista en los primeros tiempos, hasta el punto de prestar sus casas para atender a huidos y a heridos (por ejemplo, pág. 260). No oculta su alegría por algún atentado, aunque aparenta no ser tan minucioso en narrar su actividad personal como otras peripecias. Y llama la atención, en todo caso, la falta de emoción con que se enfrenta a los primeros atentados de ETA (el cabo Pardines, el comisario Melitón Manzanas) y a la condena de muerte que le impuso el consejo de guerra de Burgos. El lector que ha recorrido atentamente por la meticulosidad del texto autobiográfico espera conocer, con el buen lenguaje que se le ofrece, el impacto emocional de una sentencia de muerte pero encuentra, por el contrario, una extraña frialdad.

Las memorias llegan hasta el año 1977, cuando Onaindía sale de prisión. A partir de ahí es cuando su vida sufre una evolución extraordinaria: abandona ETA -una organización que no entenderá la llegada de la democracia, pág. 581-, dirige Euskadiko Ezkerra, es diputado, entra en el PSOE y es senador. La segunda parte de sus memorias completará la evolución personal que en las últimas páginas de ésta se inicia.