
Antonella Marty, autora 'La nueva derecha'. Foto: Planeta
'La nueva derecha': "No es mi 'wokismo', es tu fascismo"
Antonella Marty se pone al frente de un ensayo político que patologiza, sin dar pie a discusión, la ideología de líderes como Donald Trump, Javier Milei o Santiago Abascal.
Más información: 'El eclipse del padre': Gabriel Albiac alerta sobre la orfandad ideológica en la era 'woke'
Hay dos frases en La nueva derecha que vertebran, sin pretenderlo, el todo y la nada en que se mueve el libro de Antonella Marty (Rosario, Argentina, 1992). La primera: "La pregunta será si todos los caminos de la nueva derecha conducen a Moscú. La respuesta es cada día más evidente". La segunda: "No es mi wokismo, es tu fascismo".

La nueva derecha
Antonella Marty
Deusto, 2025. 376 páginas. 21,95 €
Empecemos por la más directa. La posición de la autora es tan indubitable sobre las bondades del evangelio woke (antirracista, antipopulista, antihomófobo, antiautoritario, antimachista, antirreligioso…) que no deja espacio para la duda.
Si el lector –en este caso, el crítico– osa pensar que "en todos los sitios cuecen habas", sentirá tras la cerviz la espada flamígera de la autora con su "¡Será que eres un fascista!".

Marty, como San Pablo, se cayó del caballo y mandó su credo liberal al closet para abrazar el woke. Usa y abusa de sonoros calificativos sobre la nueva derecha mundial, sus líderes, sus partidos o sus ideas: brutos, charlatanes, arcaicos, payasos, fascistas, medievales…
En las 360 páginas, con una amplia bibliografía, siempre de agradecer, establece la ideología y la sintomatología de este movimiento extremo que gana adeptos por todo el mundo, como vemos en las últimas elecciones celebradas en Europa (Polonia, Portugal, Alemania o Escocia) y en América, con Trump como líder de la que sería una I Internacional a falta de congreso.
Marty es tan indubitable sobre las bondades del evangelio woke (antirracista, antipopulista...) que no deja espacio para la duda
La ideología de la Nueva Derecha es nacionalista, nativista (primero, el de aquí) y xenófoba. Con ganchos electorales como la corrupción, la migración, la seguridad, el feminismo y una política exterior que valora más al líder fuerte que a la nación misma.
La sintomatología de esta Nueva Derecha consistiría en ser: 1) Odiadora ("tirar la piedra y ofender al prójimo"); 2) Religiosa, con tics autócratas ("Dios está con nosotros", "Detengamos la decadencia moral" –referida al movimiento LGTBI–) y 3) 2.0, con un uso acertado y masivo de las redes sociales, gracias a "una oligarquía tecnológica" entregada a este movimiento.
Esta tomografía de la Nueva Derecha coincide con un portfolio de líderes exitosos que producen tanto espanto entre quienes no los votan como inmunidad en sus electores pese a coquetear, incluso significándose brazo en alto, con la atroz memoria genocida de Hitler.
Donald Trump ("Dios me salvó –de la bala de Pensilvania– para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande"), Milei ("zurdos de mierda", "somos estéticamente superiores"), Abascal, Le Pen, Meloni, Alice Weidel, Orbán, Bolsonaro o Bukele aparecen en el libro de manera inmisericorde, sin que la autora dedique la menor reflexión a la razón y la sinrazón del apoyo millonario en votos que reciben. Isabel Díaz Ayuso también es citada como "neomacartista" por su lema "Libertad o comunismo".
Casi todos los libros de ensayo político son escritos para convencidos, como sucede con La nueva derecha (Deusto). Debido a este prejuicio interesado de la autora, el límite entre el ensayo –exagium, etimológicamente, acto de pesar– y el panfleto es a veces difuso.
El libro confirma que no hay nada nuevo bajo sol (America First es de 1940; MAGA, de 1980, con Reagan) o que el ridículo bailecito de codos de Trump al sonar Y.M.C.A., no es lo que parece: la canción se asoció con los gays.
¿Acabará el camino de la Nueva Derecha en Moscú?, en frase recogida al principio. Nadie lo sabe por más que lo parezca la sintonía de Trump y Putin. Mejor pensar, lector, que lo nuevo es lo viejo resucitado y pronto volverá a ser historia.