Pablo García Casado. Foto: Víctor Castro

Pablo García Casado. Foto: Víctor Castro

Letras

'Cada uno es mucha gente': el poeta Pablo García Casado, de compras con Walt Whitman

Bajo el signo del antilirismo, el autor retrata en su nuevo libro a la gente de la periferia, con su vida cotidiana, sus esperanzas, sus frustraciones y sus miedos.

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En una entrevista de hace unos años, Pablo García Casado (Córdoba, 1972) decía que es "en las periferias donde ocurre la vida" y, fiel a esa idea, Cada uno es mucha gente, título que reproduce un verso de Fernando Pessoa, presenta un fresco en el que las figuras son gente corriente, gente con sus esperanzas, sus frustraciones, sus miedos, gente inserta en la vida cotidiana, gente de la periferia, y se cuenta de ella, como habría dicho Juan de Mairena en pasaje inolvidable, no "los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa", sino "lo que pasa en la calle".

Cada uno es mucha gente

Pablo García Casado

Premio Ciudad de Burgos
Visor, 2025
96 páginas. 12 €

El lector –y no son pocos los de este poeta– lo sabe bien: los poemas de García Casado no buscan el lirismo tradicional –se ha llegado a decir que están bajo el signo del "antilirismo"– y desde luego es cierto que este modo de poetizar rehúye el situar en el centro al yo y la expresión de sus sentimientos.

Aquí el yo será nada más que la voz de quien mira a las personas de un modo que no es ni desde arriba ni desde abajo, sino tratando de situarse a su misma altura y tomar la palabra. Ello supone que lo que se dice huye de la subjetividad para presentarse como objetivo, bien entendido que la objetividad del habla, siendo como están las lenguas llenas de connotaciones y otras particularidades en la significación, es una aspiración más que un logro.

Como ya sucedía en libros anteriores (Las afueras, Fuera de cámara, La cámara te quiere...), Cada uno es mucha gente es un libro orgánico y no una sucesión de textos, y, siguiendo también otras publicaciones, son textos en prosa, modalidad en la que tengo a García Casado por maestro. Poemas en prosa que son muy mayoritariamente narraciones, pequeños relatos sobre gente corriente, de ahí que se nombren Carrefour, Hipercor, Mercadona, Zara o H&M, y a gente que sufre y goza con sus hijos, con sus padres, con sus vidas.

Rocío Jurado –excelente la elegía que se le dedica; otra es "ITV" dedicada al amigo y poeta Eduardo García–, Woody Guthrie, Mecano, Radiohead, Matar a un ruiseñor, Juan Ramón Jiménez, Raymond Carver son solo unos pocos de los autores o textos nombrados o citados. Mención especial requiere "Un supermercado en Andalucía", donde uno de los clientes resulta ser Walt Whitman y a quien se le insta a ayudar a otros clientes: "Sí, Walt Whitman […] ayúdales con tu tarjeta de puntos", etc.

Y no menos destacable –aunque en realidad lo son todos– es "Amor", donde el título y la sucesión de infinitivos –hasta quince–, "Revisar la presión de los neumáticos […] Desatascar el retrete […] Deprimirte", evoca ya, mutatis mutandis, los "Desmayarse, atreverse, estar furioso" del muy conocido soneto de Lope de Vega, y que este es el modelo lo corrobora el que uno y otro se cierran con "quien lo probó lo sabe".

Como queda apuntado en lo anterior, estos textos son ejemplos sobresalientes de construcción anafórica, una figura que es muy característica de la escritura de García Casado. Otra de sus marcas estilísticas es el uso de la lengua estándar, en la que no faltan los denominados vulgarismos, "hijo de puta", "escaras en el culo", expresiones que, lejos de restar valor a los textos, dan legitimidad al discurso dotándolo, pese a ser ficción, de verosimilitud. Y, como era esperable, la jerga futbolística ocupa un lugar no menor y llega a ser la que sustenta varios poemas, como "Cesarini" o "Césped artificial", testimonio de una pasión personal y de lo importante que es el fútbol en la vida de tantos.

Libro excelente este Cada uno es mucha gente, como lo es toda la obra de Pablo García Casado, una obra concebida como un verdadero regalo para el lector: "Vuestro es el poema" son las últimas palabras del libro.

Captiva (fragmento)

Tú que fuiste el rey de los afterhours. Y ahora los ves pasar luminosos, desde la autopista, al volante de un Chevrolet siete plazas. Junto a esa mujer que besó tus cicatrices y te hizo un hombre de provecho. Tres niños y una mascota, al volante del Chevrolet por la carretera de Sitges, plenamente recuperado. Pero una parte de ti pisaría a fondo.