
Teju Cole. Foto: Martin Lengemann
Atreveos a pensar en libertad: Teju Cole, el intelectual que no existe en nuestras letras
'Papel negro', el nuevo libro del pensador nigeriano-americano, analiza los momentos tormentosos que atravesamos con una mirada humana y culta.
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Vivimos tiempos revueltos. Los hechos que sirven para estimar los confines de la realidad han cedido su puesto en el entender nuestro mundo y sus gentes a las explicaciones psicológicas. El actual gobierno español pasó demasiado tiempo manipulando la cuestión del machismo, y terminó con una legislación letal y desastrosa. Sin embargo, los verdaderos problemas constatables, digamos la pobreza de más de diez millones de conciudadanos, no aparece en el discurso político.

Papel negro
Teju Cole
Traducción de Miguel Temprano García. Acantilado, 2025
304 páginas. 20,90 €
En vez de tirar de vara de medir, blandimos la varita mágica de la palabrería. Por fortuna, existen todavía mentes lúcidas en el área de las Humanidades como Teju Cole (Nueva York, 1975), un intelectual nigeriano-americano, que practica con igual talento la fotografía, la narrativa y el ensayo cultural, que llaman la atención sobre los desequilibrios sociales. Este libro, que contiene páginas de primer orden, aborda con inteligencia y una mirada humana y culta estos momentos tormentosos.
Qué descanso leer a Cole, saborear un discurso armado con hechos sobre el tema de cada ensayo. Después envuelve los datos en conceptos amplios, lo que permite entenderlos a nivel conceptual, y así podemos valorar los datos. Por ejemplo, si en Gaza han muerto recientemente 45.000 personas y un tercio de ellas eran niños, podemos afirmar que los datos indican que estamos ante una trasgresión humanitaria, que muchos califican de genocidio.
La educación obtenida en universidades como Columbia, donde Cole hizo el doctorado, y en Harvard, donde enseña en la actualidad, son precisamente el tipo de instituciones prohibidas por Viktor Orbán, el premier de Hungría, o las que intenta controlar Trump. ¿Por qué? Los buenos estudios de Humanidades preparan para entender el mundo. Enseñan a conceptualizar, a pensar con independencia, utilizando cuanta literatura científica encuentres en la biblioteca universal del saber, sea de arte, de fotografía o de música. Y cuando tienes el talento de Teju Cole puedes sintetizar esos recursos para abrir caminos de entendimiento humanos. Si vives del amateurismo intelectual, aportas cero a la sociedad.
Daros, lector, una idea cabal de este libro resulta casi imposible, pero intentaré espigar las mejores ideas para animaros a su lectura. Carecemos de algo semejante en nuestras letras, pues solemos perdernos en el nominalismo; los ensayistas reconocidos suelen preferir enlazar nombres a ideas. El ensayo inicial del libro, "Basado en Caravaggio", es una joya ensayística. Entrar en la vida y en la obra del genial pintor italiano de la mano de Cole permite visitar esos lugares dolorosos de la realidad que generalmente deseas evitar. Y poco a poco, repasando la vida trágica del maestro, sus cuadros, aprendes que el realismo pictórico permite ver las cosas tal y como son, y, cuando están reflejadas sin brillos ni retoques, sentirás que de la tela brotan los sentimientos humanos (p. 27).
En España solemos perdernos en el nominalismo; los ensayistas reconocidos suelen preferir enlazar nombres a ideas
Pero no sólo del arte vive el hombre o la mujer, como creen los individualistas de salón, ni el conducirte por los principios liberales, progresistas, asegura que llevas una vida intelectual plena. Esta sólo se logra si te relacionas con personas con conciencia (p. 81). Tales ideas aparecen en otro ensayo espléndido, "Cuarteto para Edward Said". Dedicado a presentar las aportaciones del intelectual palestino, que en su libro Orientalismo (1978) nos enseñó a entender al diferente mirando las heridas de los palestinos, sin caer en el antisemitismo (p. 82).
Cole visita cuatro ciudades con Said en mente. Comienza en Nueva York, donde residía el profesor, el lugar de la libertad civil e intelectual; luego viajamos a Ramala, la ciudad ahogada por las Fuerzas de Defensa Israelí, compuestas en su gran mayoría por jóvenes, "que a diario faltan al respeto a mujeres que podrían ser sus abuelas" (p. 79). Estos comentarios nos plantearán preguntas que exigen respuestas honestas (p. 82). Llegamos a continuación a Beirut, y nos recuerda la falsedad de la perniciosa idea de que unas razas son superiores a otras. Said y la música de Beethoven rememoran, en la cuarta ciudad, Berlín, que la diferencia entre los seres humanos no depende de jerarquías sino de contrapuntos, de la armonía creada por las imbricacones humanas.
En el ensayo "¿Qué significa mirar esto?", Cole trata de la fotografía. Comienza comentando las ideas de Susan Sontag, y me detengo en una expuesta por la escritora en Ante el dolor de los demás (2003). Afirma que en los países desarrollados, como España, las fotografías de sucesos trágicos las vemos como espectadores privilegiados, con distancia. Extremo que Ariella Azoulay matiza, argumentando que la fotografía une a quienes miramos en una suerte de república de ciudadanos que contempla los horrores, y así entramos en el mismo barco de los maltratados. Susie Lindfield añadió otro matiz: que la fotografía de fuerte contenido permite conocer los ideales incumplidos de los derechos humanos, que la fotografía de guerra o de atrocidades ofrece testimonios inesquivables.
No podía faltar en el libro el tratamiento del color. Cole, que creció hasta el fin de la educación secundaria en Lagos, donde todos sus compañeros eran negros, cuando llega al mundo blanco de Estados Unidos, advierte enseguida su diferencia, y cómo le asignan una identidad que no comprende, la de africano, cuando se piensa nigeriano. En realidad, esta circunstancia explica cómo los prejuicios reducen la polifonía de influencias culturales que nos configuran (p. 199), y llevan a comportamientos inhumanos.
Cierra el volumen un "Epílogo" en el que compara el papel negro, la hoja de calco utilizada en las antiguas máquinas de escribir para transportar el significado de la hoja original a la copia (p. 279), con su propia identidad. Dramática manera, que da título al libro, de trasmitirnos cómo un grupo de gente, caracterizada racialmente, resulta tratada como seres humanos obligados a comportarse y sentir como copias de las conductas de los blancos.