Pablo Katchadjian. Foto: Archivo del autor

Pablo Katchadjian. Foto: Archivo del autor

Letras

'Gracias', de Pablo Katchadjian: una perturbadora fábula sobre la esclavitud y la humillación

El escritor argentino sitúa la histora de su nueva novela en una isla indeterminada, donde desembarca una nave cargada de esclavos.

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Aunque acaba de publicarse en nuestro país, Gracias vio la luz por primera vez en Argentina el año 2011. Se trata de la segunda narración de Pablo Katchadjian (Buenos Aires, 1977), autor que ha tocado géneros como la poesía, el relato corto y la novela, donde se incluyen títulos como Amado señor (2020) o Una oportunidad (2022).

Gracias

Pablo Katchadjian

Sexto Piso, 2025
128 páginas. 17,90 €

Además, hay que añadir obras como El Martín Fierro ordenado alfabéticamente (2007) o El Aleph engordado (2009), en las que reescribe dos clásicos de la literatura argentina. A causa de la propiedad intelectual, el vinculado con Borges le creó problemas judiciales con su viuda que se han alargado más de lo razonable.

El argumento de Gracias se sitúa en el ámbito de la utopía y tiene, así mismo, carácter ucrónico. En una isla indeterminada desembarca una nave cargada de esclavos. Uno de ellos –el narrador de la historia– es adquirido casi de inmediato por Aníbal, el señor de un castillo que domina el islote. El prisionero tiene que cumplir los mandatos de su amo, algunos extravagantes, pero, contrariamente a lo que cabría suponer, no sufre su maltrato.

Por los ruidos y sollozos que percibe, sin embargo, sabe que lo padecen algunas esclavas que viven con él. Más concretamente, en ocasiones Aníbal persigue a Nínive y, cuando la alcanza, la golpea ante el asombro de quien observa la escena. Si se le pregunta, ella solo dirá de forma imprecisa que el amo la visita todas las noches y le hace "cosas terribles".

De la misma manera, el narrador se queja de su trabajo, que implica que un olor nauseabundo a pescado podrido le impregne la ropa y la piel, un hedor que él relaciona con "la humillación y la esclavitud". En ninguna de las situaciones, sin embargo, se describe la naturaleza del vejamen al que Nínive y el narrador son sometidos, por lo que ambas se mantienen en el ámbito de lo indefinido.

Con el paso de los días, la situación se convierte en insostenible y un grupo de cautivos se convence de que la única forma de terminar con las ofensas es deshacerse de Aníbal. El magnicidio convierte al narrador en un nuevo rey de actitud sensata y a Hugo, otro esclavo, en una especie de ministro jactancioso y pendenciero que ejerce el poder con mano dura.

Como se puede intuir tras la descripción parcial del argumento, la novela es altamente alegórica. Es más, se podría argumentar que en ella intervienen personajes arquetípicos que siguen pautas de la literatura fabulística: el rey malvado, la esclava seductora, el líder que gobierna con principios éticos, el que apela a la fuerza, etc.

El sentido de la novela se muestra demasiado obvio en algunos lances y excesivamente ambiguo en otros

Cada uno de ellos, además, cambia su forma de ser cuando ingiere unas hierbas alucinatorias que lo convierten en un alter ego de sí mismo, por lo que algunos protagonistas son una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde que entra y sale de un extraño agujero negro en el que se conculca la lógica.

La novela tiene sus reglas, pero no siempre cuentan con una demarcación clara y convincente, de manera que el autor puede cambiarlas a su antojo ante el desconcierto del lector. El resultado es una narración cuyo sentido se muestra demasiado obvio en algunos lances y excesivamente ambiguo en otros. Finalmente, el estilo es simple, austero y repetitivo, y peca, en ocasiones, de una vaguedad que contribuye al oscurecimiento del mensaje.