Ana Pérez Cañamares. Foto: Luis Orlando Martínez

Ana Pérez Cañamares. Foto: Luis Orlando Martínez

Letras

'Fricción': la contundencia sencilla de Ana Pérez Cañamares

La poeta evoca a sus familiares y denuncia injusticias en su nuevo libro, donde opta por el tono confesional y la dicción nítida

22 julio, 2022 10:23

Autora de nueve libros de versos, Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968) ha publicado asimismo relatos y aforismos. La antología Fricción reúne 46 poemas. En su prólogo, Alberto García-Teresa expone de manera comprensible las claves de la literatura de Pérez Cañamares.

Y las muestras escogidas de los dos primeros libros, La alambrada de mi boca y Alfabeto de cicatrices, ratifican las tesis del prologuista. La poeta evoca a sus familiares y denuncia injusticias. Opta por el tono confesional y la dicción nítida. Anhela una intimidad alejada del sufrimiento: “Perdonadme que ahora juegue: / el dolor fue una institutriz severa”. Los haikus de Entre paréntesis demuestran la pericia técnica de la autora.

Fricción

Ana Pérez Cañamares
Bartleby, 2022. 84 páginas. 13  


En Las sumas y los restos sobresale una pieza emocionante: la poeta se refiere a una hermana nacida en otra familia, en un país remoto. Ana Pérez Cañamares escribe sin caer en el sentimentalismo o el panfleto. Después, las páginas seleccionadas de Economía de guerra son alegatos contra los disfraces. Los poemas arrancan dichos disfraces y apuestan por las víctimas del sistema capitalista. Dos líneas de Regreso a nosotros resumen la experiencia de la escritora con su amante: “allí aprendemos entre brumas / que dos exiliados hacen país”.

En El espejo discreto destaca el poema iniciado con una cita de Lawrence Ferlinghetti. Un ciclista joven o las muchachas que se visten “para los funerales de su infancia” son protagonistas de la creatividad de Pérez Cañamares. Los lugares comunes de las relaciones materno-filiales se rompen en Querida hija imperfecta. En La senda del cimarrón, el animal merodea recuerdos humanos. Con él reaparecen la figura de la madre, el aullido y la fascinación por las palabras.

La antología termina con una composición que aún no había sido editada. Sus versos transmiten conocimiento y belleza. Como en el conjunto de Fricción, percibimos la verdad personal de la escritora.